medio ambiente

Permisos para el 'fracking' y menos protección ambiental

Dos operarios, en una planta de 'fracking' de Dakota del Norte.

Dos operarios, en una planta de 'fracking' de Dakota del Norte.

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El debate alrededor del aprovisionamiento energético es otro punto clave del TTIP. Las discusiones se centran especialmente sobre la técnica de adquisición del gas a través del fracking, fracturación de rocas a gran profundidad con la ayuda de agua a presión con componentes químicos que permitan liberar y recoger el gas. Estados Unidos quiere levantar las prohibiciones, moratorias o restricciones sobre la fracturación hidráulica.

«El documento que se ha filtrado de las negociaciones revela que la Unión Europea solicita que se aumenten las exportaciones con el fracking desde Estados Unidos, que hasta la fecha no exporta gas porque tiene muchos impedimentos burocráticos para hacerlo», cuenta Luis Rico, portavoz de la campaña No al TTIP de Ecologistas en Acción. «En Europa, donde el fracking no se autoriza gracias al principio de precaución, tememos que si se ratificara el TTIP y se homologaran las normas se generaría un daño ambiental notable, en contraste con las políticas europeas contra el cambio climático». 

Por otra parte, los partidarios del TTIP dicen que este es un punto de fricción del tratado que esta todavía en plena negociación, de la misma manera que se negocia el desarrollo de unas políticas medioambientales conjuntas.

Del mismo modo que el acuerdo favorecería la entrada en Europa de alimentos tratados con sustancias hoy prohibidas, la supresión de regulaciones ambientales impediría, entre otras cosas, limitar la entrada de combustibles muy contaminantes, como las arenas bituminosas o el gas de esquisto. Para los ecologistas, el TTIP pondrá en riesgo muchos logros sociales y ambientales europeos.