Núñez y su hijo salen con el tercer grado tras pasar 38 días en prisión

Tendrán que ir a un centro abierto solo a dormir de lunes a jueves a partir del 29 de diciembre

Los Núñez abandonan la cárcel de Quatre Camins

Los Núñez abandonan la cárcel de Quatre Camins

JESÚS G. ALBALAT / OLGA GRAU / BARCELONA

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El expresidente del Barça, Josep Lluís Núñez, y su hijo Josep LLuís Núñez Navarro, obtuvieron el miércoles el régimen de tercer grado, horas antes de la celebración de la Nochebuena y tras pasar tan solo 38 días prisión. El empresario y su primogénito abandonaron la cárcel de Quatre Camins, en el municipio de La Roca del Vallès, a las 13.05 horas acompañados de su abogado y el hijo menor del constructor, Josep Maria, en el mismo coche en el que habían ingresado el pasado 16 de noviembre para cumplir una condena de dos años y dos meses, impuesta por el Tribunal Supremo por el caso Hacienda.

El macroproceso, iniciado hace 15 años, destapó los sobornos de Núñez a inspectores para que hicieran la vista gorda con las empresas de su grupo empresarial inmobiliario, Núñez i Navarro. El promotor -al que el Tribunal Supremo rebajó la condena de seis a dos años por dilaciones indebidas- fue condenado por un delito de cohecho por el que, además de la cárcel, se le impuso una multa de 1,5 millones de euros e inhabilitación para cargos públicos durante siete años.

En la redención de la condena se les ha aplicado a ambos, padre e hijo, el antiguo Código Penal, que le es más favorable en la redención de la pena. Al tratarse de delitos cometidos hace 15 años, la pena efectiva que deberán cumplir los Núñez se les ha rebajado a un año y cuatro meses de cárcel.

TERCER GRADO

El tercer grado penitenciario les ha sido concedido por el servicio de clasificación de la subdirección general del Departamento de Justícia de la Generalitat a propuesta de la Junta de Tratamiento de Quatre Camins. Esta clasificación penitenciaria permite a los reclusos poder salir de prisión durante las Navidades, (del 24 al 29 de diciembre) como es el caso, y fines de semana y dormir solo en la cárcel los días laborables.

Núñez y su hijo, que compartían celda en Quatre Camins, deberán ir a dormir de lunes a jueves a un centro abierto a partir del próximo lunes 29 de diciembre y disfrutarán de plena libertad de viernes a domingo.Para la concesión de este tercer grado, la Junta de Tratamiento ha valorado que existe un bajo o nulo riesgo de reincidir en los mismos delitos y que ambos condenados gozan de una situación familiar estable, disponen de medios económicos para poder mantenerse y han pagado las multas que se les ha impuesto por valor de 1,5 millones de euros. En el caso del padre, la Junta de Tratamiento también ha valorado su avanzada edad, de 83 años.

El tercer grado es recurrible por la fiscalía como ocurrió en el caso del exministro y expresidente balear Jaume Matas, a quien le fue concedido el permiso y después la Fiscalía de Valladolid pidió revocárselo ante el escándalo que provocó su salida tan rápida de la cárcel. El juez de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Valladolid, Florentino de Marcos Madruga, anuló el tercer grado y ordenó el reingreso en la cárcel del expresidente balear.

SIN INDULTO A LA VISTA

Los Núñez habían solicitado a la Audiencia de Barcelona la suspensión provisional de la ejecución de la condena impuesta en el 2011 por el Tribunal Supremo, mientras se decidía sobre su indulto. Sin embargo, en un auto notificado el pasado 21 de octubre, la Sección Novena de la Audiencia desestimó la petición, a lo que el expresidente azulgrana presentó recurso.

La Audiencia de Barcelona volvió a rechazarlo en otro auto, esta vez firme, y dio al constructor 10 días hábiles de plazo para que acudiera a un centro penitenciario.

El tribunal argumentó su negativa en que difícilmente el Gobierno concederá a Núñez la medida de gracia del indulto, al ser un caso de corrupción. Según la resolución, el constructor no era «una persona rehabilitada» al no haber dado muestras de arrepentimiento ni reconocer el delito por el que ha sido condenado.

La Audiencia insistió en la «gravedad» de las actuaciones, ya que el soborno a los inspectores se prolongó durante años. El tribunal destacó la «gravedad» de unos hechos realizados por personas que utilizaron su «privilegiada inserción social para delinquir», mientras que el fraude fiscal afecta a «las capas de población menos favorecidas».