reunión del Ecofin en Luxemburgo

Reacciones lentas sobre inversiones

Luis de Guindos, ayer.

Luis de Guindos, ayer.

MONTSE MARTÍNEZ / LUXEMBURGO

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Los indicadores pesimistas para la economía de la zona euro -el más reciente y preocupante, la previsión a la baja del crecimiento del motor alemán para este año- llevan ya meses aflorando. Coincide el mal dato con la reiterada advertencia de las principales autoridades económicas europeas de que  ha de ser la inversión -que ha caído un 20% desde el inicio de la crisis- la mejor fórmula para crear crecimiento y empleo. Pero, sin duda, el deterioro económico va mucho más rápido que sus decisiones.

Por una parte, se enfrentan al desafío de buscar fórmulas que no sobrecarguen más las maltrechas cifras de déficit y, por otro, deben escoger muy bien dónde se va a colocar ese dinero para que tenga una verdadera repercusión. Cuestiones que el Ecofin -los ministros de Economía de la UE- abordaron ayer en su reunión en Luxemburgo. Los 300.000 millones de euros destinados a la inversión que anunció el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, cuando tomó posesión antes del verano son, de momento, palabras al viento que no tendrán traducción concreta hasta, por lo menos, final de año.

Uno de los tímidos pasos dados ayer por los ministros de Economía europeos fue el de crear un grupo de trabajo, encabezado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Comisión Europea (CE), con el objetivo de presentar proyectos concretos en los que volcar la inversión que Bruselas tiene preparada.

«Una cartera de proyectos creible y transparente que impulse la competitividad», reza el documento de trabajo consensuado por los ministros, que señala los sectores de energía, transporte, medio ambiente, I+D y la economía digital como los más idóneos. «Tienen que ser proyectos viables, con participación privada y guiados por la racionalidad económica», explicó ayer el ministro de Economía español, Luis de Guindos, a la salida del cónclave del Ecofin.

ELIMINAR TRABAS / Otra de las cuestiones que deben concretarse es el papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que, según los ministros, debería arrastrar a la inversión privada. Otro de los cometidos del grupo de trabajo será detectar cualquier traba que pueda disuadir al sector privado.

El Ecofin decidió también ampliar el intercambio automático obligatorio de información tributaria entre los Estados miembros de la UE con el objetivo de luchar de forma más efectiva contra el fraude y la evasión fiscal.