Gente corriente

Ferran Font: "Si lo que quiere es hacer dinero, olvídese de la bolsa"

Tras invertir en bolsa y arruinarse dos veces, se presenta como un 'trader' de élite.

«Si lo que quiere es hacer dinero, olvídese de la bolsa»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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A las 5.00 horas abre los ojos para seguir el cierre de la sesión asiática; a las 8.00 conecta con la bolsa de Londres; a las 14.30, con Nueva York y a las 22.00, con Chicago. Este operador de bolsa es uno de los ponentes del encuentro Barcelona Trading Point, que se celebra en septiembre.

-¿Cómo se inició en el trading?

-Soy empresario y ahora me va bien, pero cuando mi cartera de 4.000 clientes bajó a 400 busqué una salida. Soy decidido, hablo seis idiomas (entre ellos el chino) y no se me resiste nada. Pero me arruiné dos veces.

-¿Por qué?

-El trading es un entorno probabilístico: si metes siete bolas blancas y tres negras en un cesto tienes la esperanza a tu favor, pero en alguna tirada saldrán negras. El ser humano busca la seguridad, no está preparado para las bolas negras, para la incertidumbre, y la esencia del trading es la parte emocional.

-¿Qué nos pasa si salen bolas negras?

-Perdemos el control. En un mal día, tu ego y el ánimo de revancha te llevan a querer recuperar lo que el mercado te ha quitado y dejas de ser objetivo en tu análisis. Si perdías 10, con el segundo click perderás 100.

-¿Y esa imagen de dinero fácil y rápido?

-Según una auditoría de la universidad de Berkeley, entre un 80% y un 90% de las cuentas de brokers tienen pérdidas.  Es la industria que hay detrás la que vende que en 10 minutos se pueden ganar dos mil euros.

-A usted parece que le ha ido muy bien.

-La gestión del miedo a través del coraje es lo que a la larga me da el éxito. Me costó años, pero gané el concurso Wilmott de trading matemático en Estados Unidos y trabajo con una industria de trading de alta frecuencia.

-¿En qué consiste?

-Los brokers y traders de los corros de las bolsas están en el paro con sus chaquetas de colores. Los han sustituido supercomputadoras que hacen centenares de operaciones en una milésima de segundo; son imbatibles.

-¿Y quién es el dueño de estas máquinas?

-Un dark pool, el gran capital oculto. Contratan a los mejores científicos para crear modelos algorítmicos con estos ordenadores. Yo soy un quant [de matemática cuantitativa]. Estudio el comportamiento de estas máquinas para ir robot contra robot.

-¿Qué posibilidades tiene un humilde trader ante estos agentes robotizados?

-El 10-20% de la auditoría de Berkeley. Al otro lado hay profesionales superpreparado que ganan 200.000 euros al mes y estas máquinas trabajan sobre algoritmos matemáticos cuya base son las emociones humanas como el pánico, la avaricia, la revancha y la euforia. ¡Pueden provocar el desplome de la bolsa! Estas instituciones se refieren a los inversores como «el rebaño».

-¿Y su trabajo no le crea un dilema ético?

-(...) No. Si alguien piensa que con un cursillo podrá batirme a mí o a otros como yo es muy ingenuo. Yo jamás he cobrado a nadie por un consejo y a raíz del premio abrí mi pantalla para compartir mi trabajo.

-¿Compartir? ¿En el sector financiero?

-Yo he aprendido compartiendo ideas de otros. Del trading se puede extraer una experiencia valiosísima para gestionar la vida, porque en la vida existen las mismas bolas negras que en los mercados.

-Con el trading no se ha hecho millonario.

-No. Soy un máster en gestión de riesgos y no asumo riesgos que no pueda controlar. Solo el 30% de mis rentas proceden del trading. Si lo que quiere es hacer dinero, olvídese de la bolsa y registre el ticker FCAT. El dominio del índice bursátil catalán valdrá millones en su momento.

-¿Y por qué no lo registra usted?

-No me interesa. Mi único interés es averiguar cómo funcionan los mercados.