consecuencias de las malas prácticas empresariales

El escándalo de Gowex hunde el mercado alternativo

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA
PABLO ALLENDESALAZAR / MADRID

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La confesión de Jenaro García de que manipuló las cuentas de Gowex durante cuatro años desató ayer una ola de suspicacias, recelo y desconfianza sobre las empresas que cotizan en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y sobre el funcionamiento mismo de este parquet para pymes emergentes.

Cuatro de estas compañías (Ibercom, Carbures, Ebioss y Eurona) anunciaron -las dos primeras ratificaron un anuncio anterior-que habían decidido abandonar el MAB para pasar a cotizar en el mercado continuo mientras sus directivos tuvieron una jornada agotadora intentando convencer a los inversores institucionales, en su mayor parte extranjeros, de que la situación de sus empresas nada tiene que ver con Gowex. No evitó que se produjeran caídas que en algún caso (Bionaturis) superaron el 23%, aunque a medida que avanzó la sesión, pareció que los esfuerzos desplegados dieron fruto en algunos casos.

«El desmoronamiento del proveedor de wifi Gowex el domingo puede hacer caer la confianza en España y en sus empresas justo en el momento en el que el país emerge de una crisis de cinco años y el dinero extranjero comienza a volver al mercado», según la agencia de noticias británica Reuters. «Tendremos más cuidado a la hora de comprar acciones españolas de este sector», comentó a la agencia un accionista que vendió el martes pasado todos los títulos que tenía en Gowex.

La realidad es que la imagen del mercado ha quedado tocada y el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, se vio ayer forzado a responder en Bruselas sobre la imagen de España. «No se pueden hacer generalizaciones», señaló. «Situaciones de fraude ocurren en todos los mercados de todo el mundo, lo importante es que tengamos en marcha los controles adecuados», añadió el ministro, quien indicó que ahora la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) analizará en qué falló el sistema de vigilancia y qué se puede mejorar.

SITUACIÓN IRÓNICA / No deja de resultar irónico que Gotham City Research, firma responsable del informe que ha acabado con Gowex, manifestara ayer su confianza en España y en las empresas españolas: «No creemos que Gowex sea un reflejo de España y de los españoles (...) Tampoco lo es de las start-ups españolas», señaló la casa de análisis especializada en detectar fraudes en el mercado.

La firma de análisis apuntó que «por el momento» no se plantea emprender acciones legales contra Gowex y, aunque recuerda que Jenaro García no se ha disculpado por las acusaciones vertidas en respuesta al informe de Gotham, no duda en destacar el «coraje» del fundador de Gowex al confesar.

La firma de EEUU, que trabaja para fondos especulativos que invierten en corto, destacó que frente la ineficacia de auditores, reguladores, abogados, banqueros de inversión y otros para detectar fraudes. «Los inversores en corto lo hacen», insistió.

Desde diferentes ámbitos del mercado se puso ayer el foco sobre el trabajo de los auditores, como ya ocurriera en sonados casos anteriores como los de Bankia y Pescanova,  en los que los auditores no llegaron a detectar las anomalías contables de esas firmas. «El MAB se encarga de que las empresas cumplan las reglas, pero no tiene capacidad sancionadora. Solo puede poner en conocimiento de la Comisión Nacional del mercado de Valores (CNMV) las irregularidades que detecta», comentaron ayer fuentes de ese mercado.

Las falsas cuentas de Gowex estaban auditadas por M&A Auditores, un firma pequeña, poco conocida. Por su parte, Ernst & Young (EY) desempeñaba la función de asesor registrado, encargado de asesorar acerca de los documentos y plazos que las empresas deben presentar para su salida a bolsa.

«Pero, las cuentas de cada empresa son responsabilidad, en primera instancia, de dicha empresa», comenta Jaime Díez, analista de XTB. Es decir, del consejo de administración. «El MAB es fiable como mercado para empresas de pequeña capitalización en busca de financiación. El inversor debe saber que una inversión en el MAB es de un nivel de riesgo muy elevado al ser empresas que tienen menos requerimientos de información y cuyos negocios están menos afianzados», agrega Díez.

El mayor riesgo no impide que las empresas eludan la obligación de ser transparentes. Josep Castells, consejero delegado de Inkemia, que también acusó el castigo de los inversores, destacó que «está continuamente auditada, tanto por las grandes compañías farmacéuticas y químicas que auditan la actividad de desarrollo que se realiza para ellas, como por las administraciones», informa Agustí Sala.