Un recorte que puede producirse en dos etapas

El Gobierno pretende reducir la carga tributaria que recae sobre las empresas sujetas al impuesto de sociedades. El objetivo es rebajar el tipo nominal y general del 30% hasta el 25% para «acercar el gravamen nominal al efectivo», según explicaron fuentes del Ejecutivo cuando plantearon los cambios.

Está previsto hacer la rebaja en dos etapas. Una primera el año que viene para situar el tipo en el 27,5%. Y una segunda en el ejercicio siguiente para que se sitúe en el 25%.

Es posible que finalmente se introduzca un gravamen específico para las empresas de nueva creación que sería de alrededor del 15%, según fuentes consultadas.

Todo ello se compatibilizará con la supresión de deducciones que reducen la tributación efectiva de las empresas y con las que se dejan de ingresar unos 3.500 millones al año. El plan del Ejecutivo es suprimir también la deducción por gastos financieros o establecer un tope. En este sentido, Hacienda estudia si incluye una nueva desgravación por recursos propios para compensar el sesgo en favor de la financiación ajena. La medida, además, limitaría el endeudamiento empresarial y fomentaría la recapitalización de empresas.

Otra de las ventajas que es posible que se mantenga es la relacionada con la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), al igual que la ligada a la reinversión de beneficios.