LAS MALAS PRÁCTICAS DEL SECTOR BANCARIO

Sin culpables en las preferentes

Las declaraciones de 13 antiguos gestores de Caja Madrid avalan la venta de estos productos

MARGARITA BATALLAS
MADRID

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No quedaba más remedio que llevar a cabo la investigación de la venta de preferentes, pero era muy difícil sacar algo en limpio. Los perjudicados de estos productos financieros no han hecho otra cosa que pedir justicia en todos los foros, incluso en la calle. Pertrechados con sus pancartas claman contra el PP,  y Miguel Blesa se ha convertido en la encarnación del mal. Esta semana no han faltado a su cita y se fueron satisfechos después de aporrear el coche del exbanquero y antes de saber que el expresidente de Caja Madrid se quitó la responsabilidad por el fiasco de este producto y le pasó el muerto a sus sucesores.

El juez Fernando Andreu ha escuchado, en cuatro días, la declaración de 13 antiguos responsables de Caja Madrid, los que gestaron la venta de preferentes en el 2009 y que años después han llevado a la ruina a miles de personas. El primero en dar la cara fue Miguel Blesa quien negó que Caja Madrid tuviera problemas de insolvencia en el 2009. Y justificó la comercialización de este producto en la necesidad de mejorar los recursos de la entidad.

Una versión que han mantenido el resto de los querellados, salvo Gerardo Díaz Ferrán, que solo asistió a uno de los más de 20 consejos de administración que Caja Madrid llevó a cabo en el 2009 porque estaba todo el día ocupado en negociar la reforma laboral como presidente de la CEOE con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los sindicatos.

Los antiguos gestores de la caja también se desmarcaron de la decisión de sacar este producto a la venta, ya que fue una decisión que se adoptó en el comité ejecutivo y ellos se han enterado después de los problemas. Por supuesto, nadie puso en duda que la información facilitada en los folletos de las preferentes fuera insuficiente. Y es que, como afirmó Blesa, los compradores de estos productos, aunque fueran jubilados, no eran necesariamente «ignorantes financieros» porque entre ellos había profesionales como médicos, abogados, y empleados de banca.

Como era de suponer, los querellados también se han cobijado en la documentación oficial para eludir responsabilidades. Y es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España avalaron sus cuentas y certificaron que obtuvieron beneficios en el 2007, 2008 y 2009. Otra cosa es lo que pasó a partir del 2010 cuando ellos salieron de la entidad y estalló la crisis económica, algo que ninguno de ellos pudo prever.