ACUERDOS COMERCIALES EN ASIA

Mas receta en la India

La industria farmacéutica halla opciones de mercado en la misión empresarial catalana

El 'conseller' Felip Puig departe con varios empresarios del sector biofarma en Bombay.

El 'conseller' Felip Puig departe con varios empresarios del sector biofarma en Bombay.

FIDEL MASREAL / Bangalore (enviado especial)

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Las siete empresas del sector farmacéutico catalán que han visitado estos días la India con el president Artur Mas, el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, y la directora de Biocat, Montserrat Vendrell, han salido relativamente satisfechos de su viaje. La principal prueba, que cuatro de las siete están en vías de firmar contratos de confidencialidad con empresas indias, lo cual es un indicador de que las negociaciones avanzan y se requiere esta discreción para evitar el mercadeo de la información.

Las farmacéuticas son muy sensibles a perder su principal valor, el conocimiento, el know-how sobre los principios moleculares, y evitar así que estos se produzcan en la India y beneficien solo a las empresas del país asiático. Como dijo Mas, el viaje ha consistido en ir «sembrando» opciones de negocio. Alguno de los empresarios alargará incluso su estancia para participar en la feria de la industria farmacéutica que se celebrará en Bombay. Los congresos y convenciones son constantes, en lujosos hoteles de las principales ciudades. Entre ellas, Bangalore, el llamado Silicon Valley indio.

Las cifras de la India son mareantes. Más de 1.300 millones de ciudadanos. Y grandes multinacionales del sector que hacen del país un referente, en especial de la fabricación de medicamentos genéricos. Por ello, las grandes multinacionales, como Pfizer, Bayern o Novartis, tienen difícil competir en este país. Esta última perdió un histórico contencioso judicial con la industria de los genéricos india el pasado abril en relación a un anticancerígeno.

Por ello, empresas más pequeñas y especializadas en principios activos para genéricos, como Manremyc, tienen camino por recorrer. Trabaja con un probiótico para tratar la tuberculosis, que afecta a dos millones de personas al año. El producto es natural, no se requiere receta, y sirve para que la infección, que tiene el 90% de la población, no se convierta en enfermedad. «Es un mercado ideal», afirman. No es fácil establecer contacto, ni mantenerlo. «Son muy grandes y muy informales, incluso si ya son clientes tuyos», admite uno de los miembros de la misión empresarial catalana.

Otra de las firmas que intenta abrir camino es Lebsa, radicada en Cornellà y especializada en principios activos. La firma ha podido comprobar cómo la industria india «tiene muchas novias». Pero el apoyo de ACC1Ó le ha servido a Lluís Justo a establecer reuniones con 3 de las 10 primeras empresas indias. «No queremos hacer transferencia de tecnología, porque es nuestro know-how», explica. Y confía en que el precio de su producción, mucho más barato que los artículos estrella de sus competidores, les ayude: «Nosotros vendemos para la industria de los genéricos, y por tanto esta política de defensa del genérico nos beneficia». ¿Las condiciones laborales? Las de las firmas con las que poder establecer acuerdos, y las de Catalunya, aseguran en el sector, son dignas.

En todo caso habrá que seguir «sembrando», compitiendo con gigantes de todo el mundo que ven en la India un mercado incomparablemente potente. No en vano, alguno de los empresarios de otros sectores desplazados bromeaban estos días: si nos hacen una comanda de las dimensiones habituales para ellos, no podremos ni por asomo atenderla. La anécdota: una firma india pidió una muestra de un producto de automoción. Encargó 20.000 piezas: ¡la producción de esta empresa en todo un año!