evolución del tejido comercial

Los nuevos hábitos reavivan la venta a granel

MERCADO Maria del MarLorente, en su parada delmercado de la Concepció.

MERCADO Maria del MarLorente, en su parada delmercado de la Concepció.

SONIA GUTIÉRREZ
BARCELONA

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La suma de varios factores, algunos ligados a la crisis y otros no tanto, han revitalizado una forma de comercio que estaba adormecida: la venta a granel. En los últimos años, comprar productos sin envasar se había restringido a fruta, carne, pescado y otros pocos alimentos. Los consumidores se habían acostumbrado a llevarse los productos empaquetados del supermercado. Pero la concienciación de un consumo más responsable -con el planeta y con el bolsillo- han animado la apertura de comercios que han modernizado un sistema muy tradicional.

Junto a las antiguas tiendas de barrio que aún venden legumbres y huevos a granel, proliferan comercios que amplían el concepto de la compra por peso. Se puede encontrar aceite (su venta a granel está prohibida, pero sus comerciantes poseen el permiso de embotellador), perfumes, detergentes (la empresa italiana Goccia Verde ha abierto dos tiendas en Barcelona) e incluso leche en máquinas expendedoras, como las que tiene la compañía catalana La Vaqueria d'Osona en una veintena de puntos de Catalunya. Estos comercios han vuelto a poner de moda rellenar envases traídos de casa, algo común hace décadas, solo que ahora, el valor ecológico se suma al clásico motivo del ahorro de dinero que supone reutilizar recipientes.

Las nuevas tiendas se distinguen a simple vista de las tradicionales de barrio por su decoración. No tienen lasolera de los comercios antiguos y su mobiliario es moderno, aunque guardan guiños a lo antiguo, como elementos de roble y mimbre.

SOSTENIBILIDAD / La cadena Granel es uno de estos nuevos comercios. Abrió su primera tienda en Vic en diciembre del 2011 y ya tienen ocho en Catalunya y Baleares. Vende arroces, cereales, harina y frutos secos, entre otros productos, que el cliente introduce en bolsas de papel o fécula de patata. La ausencia de plástico forma parte de la filosofía del negocio: respetuosa con el medioambiente, con productos ecológicos y de proximidad y el mínimo de intermediarios. «Nuestros clientes están preocupados por la gestión de los residuos y quieren un consumo sostenible», afirman Judit Vidal e Iván Álvaro, propietarios de Granel.

Vidal y Álvaro afirman que la venta a granel está más extendida en otros países europeos que en España. También lo opina Carles de Camaroux, propietario de la tienda Vom Fass de Gràcia, de aceite, vinagre y licores. Es una franquicia de una cadena alemana con más de 20 años de experiencia, pero que en España lleva apenas tres años y medio, cuando él abrió su local. «Los inicios fueron difíciles porque la gente asociaba el aceite a granel con mala calidad», afirma De Camaroux, justo lo contrario del concepto de esta tienda, que vende productos seleccionados bajo estrictos criterios.

Ahora Vom Fass ya ha fidelizado la clientela, y también vende suvenires a turistas (sale en el portal Tripadvisor). Han abierto otras dos franquicias en España y las ventas van en aumento, aunque no ha variado los precios pese a la subida del IVA y de los impuestos al alcohol. «La crisis se nota», dice De Camaroux.

Oriol Izquierdo, dueño de Sopa de Lletres, apunta a otra razón por las que la gente se decanta por la compra a granel: la salud. «El cliente puede llevarse solo lo que necesita para su dieta, no más». Y está, además, el trato personalizado de las tiendas de barrio.

El precio también es un motivo, ya que al poder decidir la cantidad exacta, el comprador controla más cuánto dinero se gasta. Pero no siempre es la principal razón: «Si el cliente busca precio, irá a las grandes superficies, pero no encontrará productos como los de aquí», dicen los fundadores de Granel.

En cambio, en otros negocios, el coste sí que es el principal reclamo. Como la cadena Equivalenza, que vende perfumes similares a los de las grandes marcas. «Somos la marca blanca de los perfumes», afirman fuentes de esta compañía, con las oficinas centrales en Zaragoza y la central logística en L'Hospitalet. Nació en el 2011 y ya tiene más de 300 tiendas en varios países, la mayoría en España. El suyo es el típico producto que triunfa con la crisis, ya que sus colonias son hasta un 70% más baratos que las primeras marcas. «Siempre ha habido imitaciones de perfumes, pero nosotros hemos dignificado el canal», dicen. El cliente puede elegir entre tres tamaños de frascos y rellenarlos en sus próximas compras, lo que rebaja el precio.

LOS TRADICIONALES / Las tiendas de granel de toda la vida también han notado los cambios de hábitos de los consumidores. «Nuestra clientela se ha mantenido estable, pero ahora compra más productos de alimentación básica, como legumbres, y menos caprichos, como pipas y cacahuetes», afirma María del Mar Lorente desde su parada del mercado de la Concepció de Barcelona.

En cuanto al vino, uno de los productos de venta a granel más comunes, también ha habido cambios. Marià Rosàs, dueño de una bodega de Rubí casi centenaria, afirma que ahora se vende más. En los últimos años, ha pasado de ser el 30% al 40% de la facturación total. Hasta el punto de que piensa ampliar la gama de vinos a granel. «Puede ser por la crisis, porque sale bastante más económico que embotellado, pero también porque la calidad es mejor, no son como antes», asegura.