Serra: "Ni Todó ni Loza puede atribuirse la responsabilidad de la crisis de Catalunya Caixa"

El expresidente de la entidad intervenida atribuye la situación a la profundidad de la crisis económica

Serra llega a declarar a la Comisión de entidades financieras del Parlament, junto a la presidenta, Dolors Montserrat, este martes.

Serra llega a declarar a la Comisión de entidades financieras del Parlament, junto a la presidenta, Dolors Montserrat, este martes. / Joan Puig

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / Barcelona

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"Espero que ninguno de ellos se tome a mal lo que digo, pero ni Todó ni Loza son tan importantes como para atribuirse la responsabilidad de la crisis de Caixa Catalunya", ha dicho Narcís Serra, expresidente de esa entidad de ahorros hasta que se produjo su fusión con las cajas de Manresa y Tarragona en el 2010, en su comparencia esta mañana en el Parlament. Serra ha eludido señalar responsabilidades individuales en el proceso que ha conducido a la entidad a manos del Estado, y ha atribuido el problema a una crisis económica de la que nadie fue capaz de prever su calado.

Serra, en respuesta a una pregunta de Pere Aragonès, portavoz de ERC en la comisión de investigación sobre las entidades financieras en el Parlament de Catalunya, ha criticado el intento de los diputados de buscar responsabilidades individuales en la crisis de la entidad. Adolf Todó, expresidente de Catalunya Caixa (CX) atribuyó el 95% de la responsabilidad de la crisis al que fuera director general de la entidad antes que él mismo, Josep María Loza, mientras que para sí se reservó solo un 5% de la culpa.

Sin embargo, Serra, que fue presidente de la entidad entre el 2005 y el 2010, ha insistido en que "el gran responsable de todo esto ha sido la crisis económicas, la burbuja inmobiliaria y la caída de precios de los activos inmobiliarios".

IMPACTO NEGATIVO

Pese a ello, durante su intervención, ha explicado que tras llegar a la presidencia observó que el modelo financiero de Caixa Catalunya no se podía sostenerse porque se había concentrado excesivamente en la actividad inmobiliaria, para contrarrestar el gran impacto negativo que tubo la compra de la aseguradora MNA, que produjo un agujero de 35.000 millones de pesetas.

Tras el análisis de la situación, sugirió al Banco de España que era necesario cambiar la dirección de la caja, a lo que el regulador contestó que la situación no era diferente a la de las otras cajas. Una inspección realizada en el 2007 por el supervisor bancario detectó que tan solo había un déficit de provisiones de 22 millones de euros, lo que se podía absorber con facilidad.

Serra, con todo, insistió en que había que remodelar la dirección para dar un nuevo enfoque al negocio y que llevó a cabo el cambio de acuerdo con la Generalitat y la Diputación de Barcelona a finales del 2007, aunque el relevo se concretó en el 2008.

Se ha referido, asimismo, a que la indemnización que recibió Josep Maria Loza para abandonar la entidad fue "rotundamente excesiva", y que hizo todo lo posible por reducir el importe de acuerdo con un informe jurídico del despacho de abogados Garrigues. "Le pagamos el mínimo legal que establecía su contrato", dijo Serra, y que según expuso Aragonès fueron 6,5 millones de euros. "Loza nos pidió mucho más y conseguimos rebajar la cifra", ha comentado.

También se ha referido a que le pareció alta la remuneración que pactó con Adolf Todó para que se incorporara a la entidad --800.000 euros--, pero que esa cifra estaba en la media del sector financiero español y era lógica para la tercera entidad del país. Otra cosa, ha señalado, es que los sueldos de los directivos en España no responden a la realidad del pais.