Aznar se jugó con Blesa a cara o cruz su primer piso

El expresidente del Gobierno recuerda en sus memorias que él y el financiero ahora imputado fueron inspectores de Hacienda en Logroño

José María Aznar y Miguel Blesa en el 2006.

José María Aznar y Miguel Blesa en el 2006.

ANDREU FARRÀS / Barcelona

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Si la amistad de José María Aznar y Juan Villalonga (a quien el primero ascendió a la poderosa presidencia de Telefónica) se remonta a cuando compartían pupitre en el exclusivo colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid, la del presidente de honor del PP con <strong>Miguel Blesa</strong> (a quien catapultó a la presidencia de Caja Madrid) data de 1978, cuando ambos accedieron simultáneamente a las dos plazas vacantes de inspectores de Hacienda de Logroño.

Así lo cuenta el propio Aznar en sus autobiográficas 'Memorias I' (Planeta, 2012), donde también relata que se jugó a cara o cruz un piso en la capital riojana con Blesa. Aznar llegó allí a finales de mayo a Logroño con Ana Botella, embarazada de su primer hijo, José María. "Todo era fácil. Todo era sencillo", escribe Aznar. "Nos pusimos a buscar casa y muy pronto encontramos dos pisos en el mismo edificio en el centro de la ciudad, en la calle San Antón, esquina con Gran Vía. Uno tenía mejores vistas que el otro. Como Miguel Blesa y su mujer, María José Portela, también estaban buscando piso, decidimos tirar una moneda al aire para ver quién se quedaba el mejor. Tuvimos más suerte nosotros".

Poco antes de contar cómo le ganó el piso a Blesa, Aznar confiesa que no tenía vocación de inspector de Hacienda sino muchas ganas de casarse con la actual alcaldesa de Madrid. "En realidad, no tenía vocación ni de inspector, ni de abogado del Estado, ni de notario, ni de registrador de la propiedad, ni de ninguna de esas cosas. La verdad era que quería hacer una oposición de alto nivel para poder casarme pronto con Ana, a quien había conocido en la Semana Santa de 1975 (...) Lo nuestro fue lo que cualquiera llamaría un flechazo".