Nuevas proyecciones económicas

El Gobierno da por perdida la lucha contra el paro

ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID

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Tras conocer, el jueves, que la cifra de parados superó en el primer trimestre del año la escalofriante cifra de los 6 millones (6.202.700 desempleados, el 27,16% de la población activa), el Gobierno solo pudo reconocer ayer que la destrucción de empleo será este año 17 veces más intensa de lo que había previsto (una caída del 3,4% frente al 0,2% estimado) y que también en el 2014 se seguirán perdiendo puestos de trabajo.

Según el nuevo cuadro macroeconómico que ayer aprobó el Gobierno, la legislatura del Ejecutivo de Mariano Rajoy podría terminar en el 2015 con la destrucción de 1,44 millones de empleos y con una tasa de paro del 25,8% del PIB, muy por encima de la del 22,8% heredada del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.

En sus nuevas proyecciones, el Gobierno admite ahora que la economía caerá este año el 1,3%, y no el 0,5% que sirvió para elaborar los Presupuestos del 2013. El ministro de Economía, Luis de Guindos, rehusó toda autocrítica por el error del diagnóstico y dijo que también lo cometieron la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, desbordados ahora por la recaída en recesión de la zona euro.

SUBIDAS DE IMPUESTOS Y RECORTES / Después del atronador dato de paro que desveló la encuesta de población activa (EPA) existía una gran expectativa sobre qué medidas podría anunciar el Gobierno, dentro de su plan nacional de reformas, que fueran capaces de cambiar el dramático rumbo del desempleo. El propio comisario europeo de Economía, Olli Rehn, pidió el miércoles a España medidas «amplias y concretas» para combatir el peor dato de desempleo de la Unión Europea.

Sin embargo la lista de reformas que ayer leyó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no incorporó ninguna novedad alentadora. Todas las medidas de estímulo ya habían sido anunciadas por el Gobierno, algunas de ellas tan importantes como las futuras leyes de emprendedores, de morosidad de las administraciones públicas, de unidad de mercado o la de servicios profesionales, así como la movilización de 45.000 millones para financiar pymes.

En realidad, la única gran novedad que ayer se anunció fue todo lo contrario a un estímulo de la economía. El Gobierno informó de que, en contra del compromiso del presidente Rajoy, la subida del IRPF aplicada en el 2012 y el 2013 también se prorrogará al 2014, dejando para el 2015 su posible anulación. El presidente ha solicitado comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar la revisión de las previsiones y el plan nacional de reformas.

Además, de la del IRPF, el ministro de Hacienda también anunció otras subidas de impuestos. Cristóbal Montoro habló de crear tributos medioambientales, subir impuestos especiales (tabaco y electricidad, según dio a entender) y aplicar una tasa sobre depósitos bancarios.

Subidas de impuestos y algún recorte de gasto que padecerán las comunidades autónomas (se recortarán las transferencias para financiar convenios) son las principales novedades que ayer anunció el Gobierno. Nada que sirva para estimular la economía. Todo lo contrario.

También se anunció, como novedad, una nueva ley de «desindexación» de la economía -según la vicepresidenta del Gobierno- para desvincular la evolución de ciertas partidas de gasto de la inflación. Aunque la vicepresidenta dijo que esta ley no afectará a las pensiones, su anuncio suscita gran inquietud, toda vez que el documento elaborado por el Ministerio de Empleo para desarrollar el futuro factor de sostenibilidad de las pensiones apunta la posibilidad de desvincular estas prestaciones de la inflación.

DEL HACHAZO, AL AJUSTE /En el fondo, la única novedad de ayer de estímulo de la economía llegó, no de las medidas del Gobierno (importantes, pero no novedosas), sino de la ampliación del plazo para la reducción del déficit público por debajo del 3% del PIB que ayer mismo avaló la CE.

Desplazar del 2014 al 2016 el objetivo de situar el déficit por debajo del 3% del PIB y elevar del 4,5% del PIB al 6,3% el objetivo de déficit del 2013 es como admitir que este año, en lugar de tener que encajar un hachazo de 25.000 millones de ajuste, este solo tendrá que serlo de 7.000 millones. Las consecuencias de tal hachazo habrían sido nefastas para la economía y el empleo.

Se puede hacer otra lectura complementaria. Pasar de un déficit del 7% del PIB (en el 2012) a otro del 2,8% en el 2014, hubiera supuesto concentrar un ajuste de 42.000 millones en solo dos años (21.000 millones por año), en lugar de hacerlo en cuatro (10.500 millones por año).

Al aceptar un objetivo de déficit del 6,3% del PIB para el 2013, Bruselas concede a España un margen adicional de 1,8 puntos de PIB (18.000 millones) de los que el Estado aprovechará 1,3 puntos (13.000 millones), para atender la desviación del gasto en pensiones y desempleo, según explicó el ministro Montoro. Los otros 0,5 puntos de PIB (5.000 millones) permitirán relajar el objetivo de déficit de las autonomías, desde el 0,7% hasta el 1,2%.