¡Sí, podemos! (segunda parte)

Doce mujeres con toneladas de talento, resistencia y creatividad cuentan cómo viven y sienten en femenino

Martí, Uve y Parellada.

Martí, Uve y Parellada. / periodico

GEMMA TRAMULLAS / NÚRIA MARRÓN / NÚRIA NAVARRO / Barcelona

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Por unas horas, el sótano de la redacción de EL PERIÓDICO, donde se encuentra el estudio de fotografía, fue un trasiego de bebés, saludos afectuosos, intercambio de teléfonos, risas e ideas compartidas.

Esa es la estela que dejaron las 12 mujeres que acudieron a la llamada de este diario para reproducir el famoso cartel del 'Podemos hacerlo', emulando a la concejala de Iniciativa per Catalunya-Verds, Janet Sanz, que fue la primera que lo hizo para la portada de 'Más Periódico' del pasado 10 de marzo.

Representantes de la cultura, la edición, el teatro, la arquitectura, el diseño, la literatura, la empresa, la ilustración, la música, la cocina, el arte, el activismo...

Ninguna de estas mujeres tan diversas quiere transmitir una sensación de víctima por ser mujer. Al contrario, celebran su mirada propia, su fuerza creativa y su potencial para transformar su entorno. En boca de estas mujeres el cuidado de los demás, la cooperación, el intercambio, la empatía, la creatividad y el entusiasmo se alzan como valores prioritarios para salir de la crisis. Superada la guerra de sexos, parece que ha llegado la hora de la feminización de la sociedad.

La web de EL PERIÓDICO abre un buzón a aquellas que estén dispuestas a formar una cadena de mujeres con voluntad de reivindicarse.

Vivas, activista y periodista

Esther Vivas, activista, periodista e investigadora de movimientos sociales, cuenta, por ejemplo, que "cuando eres mujer y joven, tu discurso, si es radical, no se recibe igual que si eres hombre y mayor: la credibilidad te la debes ganar".

"Lo que a mí realmente me ha marcado, más que ser mujer, ha sido asumir que el feminismo es indisoluble al cambio social. 'La revolución será feminista o no será', dice el lema. Ahora hay una ofensiva contra los derechos sexuales y parece que las políticas pasan por que la mujer vuelva a casa. En cuanto a los movimientos sociales, se ha hecho pedagogía, pero aún queda trabajo: en las asambleas suelen hablar los hombres".

Urroz, actriz

Teresa Urroz, actriz y socia del Projecte Vaca, cree que "más que de mujeres, hay que hablar mucho de lo femenino, porque hay mujeres que esto no lo comparten y hombres que sí. Yo siempre he considerado la creatividad como una cualidad femenina. Hace muchos años que estoy en la asociación de creadoras escénicas Projecte Vaca y mucha gente nos dice: '¡Pero si esto de la mujer ya está superado, si ya son iguales que los hombres!'. No está superado pero, aunque lo estuviera, hay que potenciar y celebrar el fuego creativo de las mujeres porque que tiene el potencial de cambiar el mundo".

Borràs, filóloga

Laura Borràs, filóloga que dirige la Institució de les Lletres Catalanes y asegura que "vivo con mucha intensidad el trabajo y la maternidad --por poco perdí la vida al dar a luz--, y no quiero renunciar a ninguno de los dos. Pero estoy casada con un cirujano y la logística familiar pasa por mí. Así que busco soluciones imaginativas y le robo horas al sueño (por suerte, leer y escribir son actividades que puedo hacer de noche). Creo que las mujeres nos movemos bien en entornos de dificultad, buscamos caminos alternativos, sabemos ponernos en el lugar del otro, y esa forma de hacer se puede trasladar a lo público para lograr una sociedad más justa e igualitaria".

El Hacmi, escritora

Para Najat El Hachmi, escritorar --ganó el Premio Ramon Llull de novela 2008-- "siempre tienes la sensación de que te están haciendo el favor de dejarte entrar. Pero yo ya no quiero reivindicar nada, sino ser. Quiero ejercer en femenino. Escribir sobre temas que no se consideran universales por ser femeninos, pero que están en la médula del conflicto, como la maternidad. También tengo la sensación de que estamos más próximas a lo real. Yo no puedo encerrarme dos meses a escribir un libro porque tengo dos hijos. No me puedo olvidar del mundo. Y eso me ha permitido considerar que si la literatura no surge de la misma vida no tiene valor".

Ponsa, diseñadora de moda

Miriam Ponsa, diseñadora de moda, asegura que "siempre digo que puedo resistirlo todo excepto crear. Y una de las cosas que más me ha marcado es que mi tatarabuela Teresa fundara en Manresa, en 1886, una empresa de vetes para espardenyes. ¡En pleno siglo XIX y con tres o cuatro hijos a cargo! Aquel negocio es el espacio en el que yo trabajo ahora. Iba de niña y aún recuerdo el olor del aceite y el ruido de los telares. Por eso la historia industrial y la familiar me condicionan y me pellizcan. Por eso también me inspiran las antepasadas: dediqué una colección a las lavanderas, que sí o sí iban al río, y otra a las trementinaires, aquellas señoras que recogían plantas medicinales a cambio de alojamiento y comida. Muchos modistos, por otra parte muy aplaudidos, tienen una mirada sobre la mujer muy poco real. Mis colecciones, en cambio, toman fuerza cuando empiezo a ponerme las prendas cada día, y cocino, y voy en coche, y voy a buscar a los niños al cole. Así compruebo si los tejidos y la confección son resistentes, si la ropa es cómoda. Cada vez que debo empezar una colección abro el armario y me pregunto: ¿qué es lo que necesito? Desde que soy madre he multiplicado por cinco mi productividad. Pero lo cierto es que el equipo es vital. Sin él solo sería un nombre, Miriam Ponsa, nada más".

Gadel, actriz y cantante

Elena Gadel, actriz y cantante. Acaba de publicar su último disco 'De madera', y asegura que "ni en la discográfica ni en las pruebas de sonido he sentido que me trataran con paternalismo. En alguna ocasión sí han querido convertirme en algo parecido a un producto. Pero no creo que por ser chica: a otros compañeros les ha pasado igual. Sí, soy joven. Sí, soy mujer. No hay vuelta. Es más: las voces que más me llegan son las de cantantes como Estrella Morente, Elis Regina y Mayte Martín. Pocos hombres me emocionan igual. ¿Será porque son mujeres? ¿Porque hablan de cosas cercanas? No sé. Igual sí. Ahora siento que estoy en un momento muy importante. Empiezo a confiar en mí como compositora y me estoy planteando tocar la guitarra en los conciertos. He hecho muchas cosas y no me ha sido fácil encontrar lo que soy, dar con mi sonido. Y ahora siento que estoy muy cerca. Por eso cada vez que tomo una decisión, me digo: 'Mayte Martín habría hecho lo mismo, estoy en el buen camino'. También la tuve presente en la elaboración de mi último disco, 'De madera'. ¿Que por qué? Recuerdo perfectamente el día que escuché por primera vez su canción Navega sola. Yo tenía 15 años y aluciné. Desde entonces admiro su honestidad en el escenario y su claridad de criterio. Cuando la escucho me es imposible no llorar".

Muixí, arquitecta y profesora

La arquitecta del Col.lectiu Punt 6 Zaida Muixí --que también es profesora de Urbanismo-- asegura que, "siendo profesora en la universidad, un colega me acusó de ser demasiado mamá con los estudiantes. Lo dijo como algo peyorativo, pero a mí me parecía maravilloso porque significa que cuidas a la gente. La educación superior está muy masculinazada, como si existiera un conocimiento neutral e igual para todos, y te obliga a olvidarte de que eres mujer, de tu manera diferenciada de ser, de estar y de sentir. En este contexto pocas mujeres se atreven a sacar su yo, lo que resulta en una esquizofrenia en la que tienes dos roles, uno público y uno privado. No poner distancia con las personas, montar estructuras menos jerárquicas, más más en red, repartir el poder, cuidarse... Creo que estas son características del ser mujer y es muy importante aplicarlas en el trabajo diario. Si logras trabajar así, la gente tiene más confianza para decir y proponer cosas y rinde mejor que si está castrada, cuestionada y dominada. La arquitectura con sello femenino no está hecha exclusivamente por mujeres (por suerte hay hombres que también pueden hacerlo) y en ella la importancia del autor es menor; está pensada para responder a las necesidades de las personas y para contribuir a su felicidad. La ciudad de las distancias cortas y de la proximidad siempre fue una reivindicación de las mujeres; ahora la llaman 'ciudad sostenible'".

Martí, editora de libros

Isabel Martí editora de 'La campana', cuenta que "cuando veo a editores manejar grandes cifras y muchos empleados más bien me dan pena. Mi riqueza es tener entre manos libros que admiro, de principio a fin. Y cuando creo en algo soy imbatible. Pero me mueve la utilidad, no el dinero. Tengo la sensación de estar aquí para intentar que la sociedad vaya mejor. Cuando, por ejemplo, me llegó ¡El abuelo que saltó por la ventana y se largó¡ vi que era casi medicinal para un tiempo de crisis. Y acerté, pero mis aciertos tienen que ver con que me parezco a la gente, con no estar lejos de la calle. Supongo que la perseverancia, la empatía y la vocación de estar en segundo plano son muy femeninos. Yo solo sé que soy prisionera de menos cosas, lo que me permite tener una doble vida, la familiar --tengo dos hijos-- y la editorial".

Uve, ilustradora y escritora

La ilustradora y escritora Sandra Uve, afirma que "desde que nació mi hija, Valentina, hace 7 meses, una pregunta me baila por la cabeza: ¿por qué apuesto yo realmente? Supongo que por eso no echo de menos el trabajo en la tele --a pesar de que sí lo hace mi economía--. Y por eso también creo que he tenido la valentía de autoeditarme la novela gráfica Hora zulú (www.sandrauve.com), que llevaba dos años en el limbo de las editoriales y que hacía que empezara a dudar de mi trabajo. La protagonista es una niña que tiene dos amigos y una lesión en el lóbulo frontal que le provoca comportamientos extraños. Los tres establecen una especie de poliandria, en la que el amor que ella desprende, su feminidad, permite que juntos sobrevivan a algo que no pueden controlar".

Parellada, cocinera

Ada Parellada, cocinera y agitadora gastronómica, asegura que "no tengo ninguna percepción de que ser mujer me haya condicionado en nada, al contrario, me ha permitido destacar en un sector extremadamente masculino. Yo soy la jefa ('mestressa') y todo mi equipo son hombres. El problema lo tienen las mujeres que están en estructuras lideradas por hombres. Entonces la lucha es enorme, agotadora.

En la hostelería, la igualdad entre el hombre y la mujer, en época de crisis, termina con la maternidad. La conciliación familiar es imposible. Yo tengo la ventaja de que soy hija de fondista, siempre he visto a mi madre trabajando y aunque ella no ha estado conmigo no me veo tan tarada. Por eso no me siento tan culpable por no estar tanto como desearía con mis hijos".

Roura, creadora de un portal web

Montse Roura es creadora del portal sobre la menopausia 'Ella y el Abanico', y asegura que "mi padre me inculcó que no por ser mujer tenía que dejar de acceder a ciertos ámbitos laborales; él me enseñó que yo valía igual que los hombres. Mi manera de pensar, de actuar y de sentir es la de una mujer, pero a la hora de trabajar he luchado por lo que yo quería y no he sentido presión por mi condición de mujer. He vivido episodios divertidos, eso sí, como cuando trabajaba de fotógrafa en la revista 'Interviú'. Hice un reportaje, que luego fue premiado, y tenía a toda la redacción (todos hombres) pendiente de si yo sabría revelar o no. Mucho más que ser mujer, lo que me ha afectado es tener 50 años. ¿Alguien habla de las mujeres que deberán emigrar a los 50 y 60 años? Todas estas mujeres que empezamos a trabajar a los 15 años sin contrato, que durante años cobramos en negro y que no tenemos los años cotizados, ¿de qué viviremos? Menos hablar de arrugas y más sobre temas más profundos".

Bergeret, artista

Karol Bergeret, artista y fundadora del Taller de Ideas Barcelona, piensa que "ser mujer en el mundo del arte y del diseño quizá es un poco más difícil que para algunos hombres, pero a mí me ha dado otras oportunidades y me ha hecho darme cuenta de que todo depende de una misma. Seas hombre o mujer, tienes que luchar para conseguir tus deseos y eso siempre cuesta. Pero lo que importa es tu trabajo, las ganas que le pongas y tu profesionalidad y creatividad. Creo esculturas con tablas de planchar que tratan de visibilizar y dignificar el trabajo de las amas de casa. La primera parte de este proyecto se titula 'Santas amas de casa, una especie en extinción' y es un homenaje a este trabajo que no es de un día, ni de dos, sino de todos los días del año y que, siendo tan importante como otros, parece que sea inexistente y que no tenga valor. La segunda parte se titula 'SuperWomanShiva' y trata de las mujeres con hijos, esposas y amantes que lidian con el trabajo dentro y fuera de casa".