Efectos del 'boom' inmobiliario

Las demandas civiles por defectos en la edificación se disparan

Bloques de pisos en Seseña (Toledo), cerca de Madrid.

Bloques de pisos en Seseña (Toledo), cerca de Madrid.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El granboominmobiliario en España también ha tenido consecuencias judiciales derivadas de las deficiencias técnicas de la edificación que, en general, han pasado desapercibidas para el grueso de la población, pero no para los colectivos que directamente las padecen. Aparejadores y arquitectos han tenido que hacer frente a un número creciente de demandas civiles. Como consecuencia, las compañías de seguros que cubren la responsabilidad civil de esos profesionales han tenido que aumentar drásticamente el pago de indemnizaciones.

En el 2011, Musaat, una de las mutuas que cubre a los aparejadores en Catalunya, tuvo que destinar 148 millones de euros a cubrir la siniestralidad provocada por sus asegurados. Esa cifra es consecuencia de las 4.402 demandas a las que tuvieron que hacer frente. A principios de la década, en el 2002, las indemnizaciones no alcanzaban los 62 millones de euros, lo que viene a explicar que en ocho años -los que coinciden con el momento álgido de ciclo inmobiliario y el comienzo de la crisis- la siniestralidad se ha incrementado un 136%. Solo en el 2011 la cifra comenzó a caer, pero la razón hay que buscarla en que el número de viviendas acabadas se redujo.

LOS MÁS RESPONSABLES / Los aparejadores se han convertido en el chivo expiatorio de los problemas técnicos de la construcción, puesto que, según la ley de ordenación de la edificación, ellos son responsables de los defectos que se produzcan durante los 10 años siguientes a la construcción, mientras que los promotores solo dan garantía de los tres primeros. «El coste económico de la responsabilidad civil profesional es insostenible y pedimos una distribución más equitativa del coste de seguros», ha señalado la presidenta del Colegio de Barcelona, Rosa Remolà, que pide el mismo trato para este colectivo.

A raíz del aumento de demandas, el coste de asegurar la responsabilidad para los profesionales se ha incrementado notablemente. Las dos únicas compañías que se encargan de asegurar a los aparejadores -Asemas y Musaat- incrementan las pólizas a quienes han tenido reclamaciones, hasta el punto de resultar una carga complicada de soportar. Un estudio del colegio profesional refleja que el colectivo destina el 17,57% de sus honorarios a pagar el seguro de responsabilidad, mientras que los arquitectos destinan un 8,6%. Pero las cifras que afectan a los técnicos contrastan de forma evidente con el 0,22% que emplean los promotores y el 0,12% de los constructores.