Consecuencias de una actividad industrial

Iberpotash palía más el impacto ambiental en otros países que en Súria

Vista aérea de la actividad extractiva de la mina de Súria.

Vista aérea de la actividad extractiva de la mina de Súria.

AGUSTÍ SALA / OLGA GRAU
BARCELONA

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iCL, la multinacional israelí propietaria de Iberpotash, realiza soluciones mediambientales en otros países que no aplica en las minas de potasa de Súria y Sallent (Bages). Así lo afirma un informe del Estudio Ramon Folch, encargado por industrias salineras europeas.

También se desprende de una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, que anuló la autorización ambiental de la mina de Sallent y que ve muy baja la fianza de 0,58 millones de Iberpotash para paliar y cubrir los daños mediambientales de una escombrera (montaña de sal) de más de 100 metros, como dice la normativa comunitaria.

Cleveland Potash, de ICL, explota una mina de potasa en un parque natural en Inglaterra, disuelve los residuos salinos y los vierte en el mar. Su accionista Potash Corp devuelve a la mina de New Brunswick, en Canadá, los residuos tras extraer la potasa. Las distintas técnicas paliativas para los residuos suponen un coste del 0,5% y el 3% del precio de venta, según el estudio.

El informe de Folch revela que las mayores actuaciones para mitigar los efectos de las minas las ha hecho la Administración, «que parece haber actuado subsidiariamente ante la falta de diligencia del contaminador». En los últimos 30 años, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha destinado al menos 200 millones a paliar la salinización del Llobregat, abastecedor de la región metropolitana de Barcelona, como informó EL PERIÓDICO ayer.

Fuentes de Iberpotash aseguran que han cumplido «escrupulosamente» la ley. Atribuyen el informe de Folch a la competencia, que se ve «amenazada por la calidad y cantidad de sal» que producirá Iberpotash con su plan de inversiones Phoenix en Súria. La sal es el residuo de la producción de potasa, pero vale la décima parte y se suele acumular en vez de vender. La impermeabilización de la escombrera de Vilafruns, la menor del Bages, costó a la ACA 7,5 millones. Iberpotash dice que también participó.

SOLUCIÓN SOCIAL Y AMBIENTAL / «Es la primera vez que se da una solución social, económica y para eliminar montañas de sal» del Bages, ya que esta se venderá, agrega la empresa. En ningún otro caso la venta de la sal es la única solución ambiental, destaca el estudio. Pero en Iberpotash insisten: «Ya tenemos compradores en el mercado europeo. Si la vertiéramos al mar, la competencia no habría encargado el estudio».

El problema es que, a pesar del cierre de Sallent, se seguirá extrayendo potasa en Súria y por cada tonelada de esta salen tres de sal. Según el informe, ni en el más conservador de los escenarios se reducirán las escombreras. De hecho, calculan que crecerán entre 1,2 y 1,9 millones de toneladas anuales.