Análisis

Escritos con lápiz

JOSÉ ANTONIO BUENO

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Siempre se ha dicho que el debate parlamentario más importante del año es el de los Presupuestos. En él las ideas toman tierra en elementos tan tangibles como los impuestos, las inversiones y los gastos. Sin embargo , los Presupuestos Generales del Estado para 2013 nacen con un aroma a provisional que asusta tanto en la esencia como en la puesta en escena. Se adelantó el Consejo de Ministros un día para dar tiempo a maquetarlos antes de entrarlos en el registro del Congreso de los Diputados, en sábado, para cumplir con la obligación de tenerlos depositados el 1 de octubre en la Cámara baja; y para colmo, se retrasó la rueda de prensa tres horas ¿Hace falta tanta excepcionalidad (que, por cierto, obliga a realizar horas extras a los funcionarios del Congreso)? Lamentablemente, sí, porque las cuentas están supeditadas al beneplácito de latroika, que por su parte quería tener la foto final del test de estrés a la banca.

El 15-M y el 25-S son movimientos probablemente contaminados, pero que evidencian una creciente separación de los ciudadanos respecto de los políticos. Pero la creciente cesión de soberanía hacia organismos multilaterales cargados de ideología ultraliberal es mucho más grave. Estamos malvendiendo nuestra soberanía por un plato de lentejas frías. Aún no hemos recibido ni un céntimo de euro de los fondos de rescate y ya escribimos al dictado de unos tecnócratas a los que nadie ha votado ni votará.

Para salir de una crisis económica siempre hay dos caminos: más Estado que invierte de manera contracíclica, o menos Estado que permite que la economíarealfluya. Las líneas ideológicas dominantes tanto en Bruselas como en Madrid son liberales -es decir, el mejor Estado es el que no existe-, pero las medidas más tangibles son más impuestos (para los pocos que los pagamos, claro). El resultado es un círculo vicioso que se retroalimenta: menos actividad, que conduce a más impuestos, que a su vez frenan la actividad.

Los Presupuestos presentados son, simplemente, un borrador. Lo que mañana entrará en el Congreso será modificado no solo en el trámite parlamentario, sino también por vías de excepcionalidad mediante los reales decretos, que nacieron solo para que el Gobierno legislase en momentos excepcionales. En cuestión de meses veremos remiendos para corregir un déficit desbocado por la falta de ingresos.

Lo conocido ayer es más o menos lo esperado, con menos recortes estructurales de los debidos y algunos guiños, insuficientes, al estímulo económico como las ayudas a la compra de coches, algo necesario para la más importante de nuestras industrias pero nada sencillo de vender cuando simultáneamente se hace pagar a los pensionistas por los medicamentos. Las pensiones no se tocan, al menos estéticamente, pero se deja la puerta abierta a no reconocer el incremento del IPC en el 2013 en caso necesario, que lo será. Los funcionarios siguen de paganos con el salario congelado y nos cae algún impuesto más. Trámite necesario, pero no suficiente, para reducir en casi dos puntos porcentuales el déficit, tarea hercúlea donde las haya. Lo realmente importante aún está por venir: cómo se calcula el precio de los activos delbanco malo, si Moody's hunde en la miseria el bono soberano español y cuándo narices pediremos el inevitable rescate. Lo de ayer fue solo un entremés.