LOS ARGUMENTOS DE LOS LECTORES

Razones a favor y en contra de la huelga general del 29-M

Los motivos para apoyar o oponerse a la medida de protesta abarcan desde los de carácter personal, a los económicos o los políticos

EL PERIÓDICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los lectores deEL PERIÓDICO han enviado sus razones para justificar el apoyo o el rechazo de la convocatoria dehuelga general convocada por los sindicatosCCOO yUGT contra la reforma laboral el próximo 29 de marzo.

Los argumentos para secundar la huelga van desde quien lo haría "por imperativo", porque en su lugar de trabajo "siempre se han formado piquetes bastante agresivos", hasta ciudadanos como Francesc, 32 años, diplomado en Turismo, que confiesa que ha sido despedido impunemente y cree que con esta reforma laboral "los políticos y empresarios podrán hacer con los trabajadores lo que quieran", por lo que apoyará la jornada de protesta.

Para Miguel F., un Médico que reside en Gavà, el problema es que "Las huelgas nunca benefician al colectivo global de trabajadores de un estado", y que es "Una vergüenza" que se tenga que recurrir a estas medidas para comunicar a la clase política el descontento de los ciudadanos.

La perspectiva de ser despedido cuando superas los 50 años y sin tener buenas opciones de encontrar un nuevo empleo por culpa de la edad, lleva a apoyar la huelga, lo mismo que el convencimiento de que la reforma lo único que va a conseguir es "crear más que paro", o que "está hecha para los empresarios y en contra de los trabajadores". "Todo lo que se había conseguido en los últimos 30 años en favor del trabajador se lo han llevado por delante", asegura Pilar B.

Hay, por último quien, lectores como Bernardo P., un pensionista de Lloret de Mar que arguye a favor y en contra. Su argumento a favor es claro ya que "ante la arbitrariedad de la reforma laboral deberíamos ir todos los trabajadores a manifestarnos pacíficamente". Por otro lado ve el problema de que "El Gobierno distorsionará las cifras de asistencia, cualquier incidente por mínimo que sea será magnificado y atribuido a la izquierda". El último problema que Bernardo observa de la nueva ley es que "Las empresas confeccionarán listas negras que se utilizarán para esclavizar más a los trabajadores con la amenaza del despido expres".

No servirá de nada

Entre quienes rechazan la propuesta de los sindicatos, las argumentaciones van desde quienes aseguran que "No servirá absolutamente para nada", porque "Se reirán de nosotros... como lo llevan haciendo hace bastante tiempo", hasta quien afirma que "En una situación crítica, las soluciones han de ser radicales".

"El problema está en que la reforma laboralrecorta poderes e influencia a los sindicatos y eso duele", critica Ignasi P. Algunos no secundarán la huelga por un tema precíscamente económico, como nuestra lectora Núria F., una emprendedora que acaba de abrir un negocio que "aun no da ni para cubrir gastos". Nura asegura que no apoyará la protesta porque tendría que sumar a la ausencia de beneficio "la pérdida que supondrá el día de la huelga".

Alberto M., un comerciante de Sitges, reconoce que la huelga es un derecho, pero para él el problema es que el Gobierno, que tiene mayoría absoluta, no tenga el beneficio de la duda y "A los pocos días o meses de formarse un gobierno se convoque a una huelga general".

Por otro lado, Vicente G., un funcionario de 56 años que reside en Cerdanyola del Vallés, asegura que no piensa hacer huelga porqué "alguien tiene que hacer algo de una vez en este país".

Joan Manuel S., un jubilado vecino de Tortosa, no está de acuerdo con la huelga ya que aprecia una "Falta de credibilidad de los sindicatos, que han permitido que se llegue a esta situación. Para Joan Manuel, éstos son "Tan responsables como el Gobierno".

Otros, como Albert B., tienen un doble sentimiento frente al paro general. Para Albert, "Estar a favor del derecho a huelga no quiere decir estar a favor de paralizar un país en la situación que nos encontramos", haciendo clara referencia a que el país no se encuentra en el momento propicio para un paro a nivel general.