La crisis del euro

Los eurobonos ganan apoyos pese al veto alemán

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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La emisión de eurobonos de deuda pública compartida de los países de la zona euro, como instrumento para hacer frente a la crisis de la deuda soberana, recibe un creciente apoyo entre los países y las personalidades europeas, a pesar de la firme oposición de Alemania, Holanda y Finlandia, los países mejor valorados por los mercados.

La Comisión Europea está preparando un informe sobre las diferentes opciones que podrían tener estos eventuales eurobonos, con las ventajas e inconvenientes de cada modalidad, su coste, sus implicaciones legales y su impacto en la financiación de los países.

Los eurobonos, al constituir una emisión de deuda en común, reducirían el coste de la misma a los países con menos credibilidad en el mercado, pero encarecerían el tipo de interés que deberían pagar los países modélicos. El bono a 10 años alemán tiene un coste en el mercado del 1,79%, mientras que el francés sube a 2,53%, el español se sitúa en el 5,21%, el italiano llega al 5,47% y el griego alcanza un imposible 20,41%. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha prometido que el informe de los eurobonos estará disponible a mediados de otoño.

DEFENSORES / La creación de eurobonos para combatir los ataques especulativos contra la deuda pública de los países ha sido defendida en las últimas semanas por los exprimeros ministros socialistas Felipe González (España), Gerhard Schröder (Alemania) y Tony Blair (Gran Bretaña). La propuesta cuenta con el respaldo de los exprimeros ministros de Bélgica, Guy Verhofstadt, y de Finlandia, Matti Vanhanen, y del expresidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. El presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, también la defiende, al igual que el ministro italiano de Finanzas, Gulio Tremontti.

Los defensores reconocen que la emisión de deuda en común necesita un reforzamiento de la supervisión presupuestaria y de la coordinación política de los estados. Sin una sustancial cesión de la soberanía presupuestaria nacional y un elevado grado de unión política, la creación de los eurobonos no es viable, precisó Rehn, porque compartir una deuda pública exige como contrapartida una política económica rigurosa y unas finanzas públicas sanas y sostenibles en cada uno de los países.

Esta es la principal objeción de Alemania y otros países virtuosos, que estiman que la emisión de los eurobonos reduciría presión sobre los gobiernos laxos y los rigurosos acabarían costeando los desmanes de los estados manirrotos.

Los eurobonos tropiezan además con las limitaciones legales del Tratado de la Unión Europea, que prohíbe en su artículo 125 que la UE, sus instituciones o un estado miembro pueda asumir deudas de otro estado. La sentencia del Tribunal Constitucional alemán del 7 de septiembre ha introducido una dificultad adicional, al prohibir al Parlamento alemán que ratifique una «mutualización de deudas» de otros estados.