lucha contra el déficit público

Grandes fortunas y empresarios franceses piden más impuestos

ELIANNE ROS
PARÍS

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El inédito gesto del multimillonario norteamericano Warren Buffett, que pidió pagar más impuestos para contribuir a salvar la economía de su país, ha encontrado eco al otro lado del Atlántico. En Francia, 16 de las grandes fortunas y dirigentes de empresas emblemáticas han suscrito una carta en la que reclaman al Gobierno la instauración de una «contribución excepcional» para los más ricos a fin de «preservar» el modelo francés y europeo amenazado por la crisis del déficit.

El llamamiento hecho público por el semanario de izquierdasNouvel Observateurreúne las firmas de personalidades tan destacadas como Liliane Bettencourt, la heredera de L'Oréal y la mujer más rica de Francia, o los patrones de la petrolera Total, el grupo hotelero Accor, el alimentario Danone, el banco Société Générale, el operador de telecomunicaciones Orange, la aerolínea Air France-KLM o el fabricante automovilístico PSA Peugeot-Citröen. Aunque su petición contradice la política fiscal seguida hasta ahora por el presidente Nicolas Sarkozy -ha favorecido a los ricos al fijar un techo del 50% de los ingresos en el pago de los impuestos- resulta difícil imaginar que tan selecto e influyente grupo de representantes del mundo económico haya actuado por su cuenta, al margen del Elíseo. Máxime cuando algunos de ellos dirigen empresas semipúblicas como Areva o son personas de la confianza del presidente de la República, como el presidente y consejero delegado de la multinacional Publicis, Maurice Lévy, a quien Sarkozy encargó organizar la cumbre dedicada a internet dentro de la reunión del G-20, la pasada primavera.

PLAN DE CONTENCIÓN / Tampoco parece casual que la petición haya sido difundida la víspera de la presentación de las medidas que piensa adoptar el Ejecutivo para reducir el déficit público, con el objetivo de cumplir el compromiso de dejarlo en el 5,7% este año, el 4,6% el próximo y el 3% en el 2013. Algunos medios franceses han avanzado que el primer ministro, François Fillon, anunciará la creación de un impuesto especial de entre el 1% y el 2% a los contribuyentes cuyos ingresos fiscales superen el millón de euros. El Gobierno estima que la medida afectará a 30.000 personas. El plan con el que Sarkozy espera aumentar los ingresos en 10.000 millones supondrá también la abolición de desgravaciones fiscales e importantes recortes ministeriales.

La petición de los empresarios facilita las cosas al presidente para dar un giro a su política. «Somos conscientes de habernos beneficiado de un modelo francés y de un contexto europeo al que nos sentimos muy vinculados y que queremos contribuir a preservar», sostienen en la carta. Para ello, sugieren un aumento «razonable» de la fiscalidad que evite «efectos indeseables como la fuga de capitales o el aumento de la evasión fiscal», argumentos ofrecidos en su día por Sarkozy para justificar la limitación de los impuestos a los ricos. Pero esto era antes de la crisis.

«En un momento en el que el déficit de las finanzas públicas y las perspectivas de agravación de la deuda del Estado amenazan el futuro de Francia y de Europa, en el momento en el que el Gobierno pide a todos un esfuerzo de solidaridad, nos parece necesario contribuir a ello», apostillan los empresarios.