La UE prepara un fondo de rescate de países permanente

Los líderes de los 27 países de la Unión Europea (UE) aprobarán hoy en Bruselas la minirreforma del tratado europeo para crear un mecanismo permanente de ayuda a los países de la zona euro en apuros financieros, que entraría en funcionamiento en el 2013. El actual fondo de rescate, que servirá para ayudar a Irlanda, expira a mediados del 2013.

La modificación del Tratado de la UE, a la que ha tenido acceso este diario, se limitará a la introducción de un párrafo con dos frases en el artículo 136: «Los estados miembros cuya moneda sea el euro podrán establecer un mecanismo para salvaguardar la estabilidad de la zona euro en su conjunto. La concesión de ayuda financiera bajo ese mecanismo estará sometida a estrictas condiciones». Los líderes encargarán a los ministros de Economía que elaboren los detalles técnicos del mecanismo permanente lo más rápido posible, ya que sus ejes básicos ya están consensuados, pero falta fijar el montante total de los fondos que estarán disponibles.

AMPLIAR LA DOTACIÓN / Algunos países, como España, estiman que habría que aumentar la capacidad del fondo, dotado teóricamente con 750.000 millones de euros, pero con una capacidad real de préstamo menor. La vicepresidenta española Elena Salgado se mostró a favor de que «la capacidad real de ese fondo coincida con su capacidad teórica». Ésta será una de las cuestiones que debatirán los líderes europeos. Alemania y Francia lo consideran prematuro.

La cancillera alemana, Angela Merkel, definió las características del nuevo mecanismo: la aprobación de la ayuda será por unanimidad; la ayuda se concederá sólo como último recurso en caso de amenaza para la estabilidad de la zona euro: el país que reciba ayuda deberá aceptar un plan de ajuste muy severo y, en el caso extremo de que un país sea insolvente, los bancos e inversores privados deberán asumir parte del coste del salvamento.

Merkel reiteró que la UE no dejará caer a ningún estado miembro y destacó la solidez del euro, pero rechazó la idea de efectuar emisiones en común de deuda pública para sortear la actual crisis de confianza de los mercados. «Los eurobonos no son una solución», aseguró.