La estrategia empresarial

El escudo exterior

Análisis 8 Felipe de Borbón e Isidre Fainé conversan durante el encuentro de directivos, ayer en Girona.

Análisis 8 Felipe de Borbón e Isidre Fainé conversan durante el encuentro de directivos, ayer en Girona.

AGUSTÍ SALA
GIRONA

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No es solo exportar. Es estar en el exterior de forma estable, producir, no solo vender. En eso coincidieron ayer los más de 1.000 directivos participantes en la 3ª Trobada de Directius organizada por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y la Fundació Príncep de Girona.

En un día gris, frío y lluvioso en Girona y durante el que la deuda pública española vivió una jornada más bien caliente, casi de infarto, el príncipe Felipe de Borbón, que intervino en las sesiones, invitó a los asistentes a desarrollar más las inversiones en el exterior para remontar la crisis. Afirmó que la internacionalización ya es una realidad y esta, añadió, es un «eje estratégico para la actividad empresarial». El mercado exterior, explicó el Príncipe, es «una oportunidad evidente e ineludible para el crecimiento, la diversificación y la competitividad».

También aseguró que «es preciso ir más allá en los procesos de implantación comercial y de participación en alianzas productivas o en empresas conjuntas». Es decir, además de un escudo exterior hay que construir otro interior -el tamaño- para superar los malos momentos actuales.

Isidre Fainé, presidente de La Caixa, de la patronal de cajas (CECA) y de CEDE, apostó también por la actividad exterior. Y ese, de hecho, es el lema de la jornada: Dirigir y abrirse al mundo. «Hay que orientar la economía hacia el exterior. Pero este lema ya no es un consejo sino una necesidad para subsistir», tanto para las grandes empresas como las pymes, afirmó. Recordó que el 64% del negocio de las 35 grandes empresas del Ibex proviene de otros países, pero sigue siendo «una asignatura pendiente para muchas pequeñas».

Fainé, que desgranó un decálogo de temas pendientes, reclamó eliminar rigideces, aumentar la productividad y estimular la emprendeduría y relanzar el prestigio de los empresarios y los directivos. También defendió un sistema educativo más basado en «el mérito y el esfuerzo», así como centrarse en los sectores más competitivos -«no podemos ser buenos en todo», dijo- y en las infraestructuras que son catalizadoras de crecimiento.

En las jornadas se produjeron debates sobre el perfil que tendrán que tener los directivos del futuro. Fainé apostó por aquellos que tengan visión global, capacidad de involucrar, se centren en las prioridades y «salgan de los despachos». «¿Cómo puede ser que estén reunidos siempre?», bromeó el presidente de CEDE.

En la jornada también se habló de la necesidad de arriesgar, porque, según la vicepresidenta de Microsoft, Rosa María García, «es mejor arruinarse y así al menos tener una historia que contar a los nietos, que no hacer nada». En resumen, sea en el ámbito internacional o en el doméstico, lo esencial es actuar, no quedarse quieto por miedo a equivocarse.