zona franca

Digo y Diego

Gonzalo Bernardos

Gonzalo Bernardos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unos días, los inversores financieros internacionales dictaron sentencia: «La zona euro no está gestionando bien la salida de la crisis». Para demostrar su discrepancia, provocaron una continuada depreciación del euro, una elevada caída de las bolsas europeas y una importante subida del tipo de interés de la deuda de algunos países.

El mensaje fue claro: «La solución no es un aumento del gasto público, sino una mayor austeridad». En definitiva, los ciudadanos se han apretado poco el cinturón y deben hacerlo mucho más.

Para proteger al euro y salvar a las naciones más débiles de los ataques de los especuladores, los ministros de Economía de la UE decidieron crear un fondo de rescate de 750.000 millones. No obstante, exigieron antes a algunos países un profundo cambio en su política económica y que hicieran un importante ajuste. A Zapatero no le quedó más remedio que ceder a las presiones europeas y hacer buena la célebre frase: «Donde dije digo, digo Diego». Por primera vez, desde la llegada de la crisis, nuestro Gobierno adoptaba medidas adecuadas para salir de ella.

En la actualidad, nuestro país necesita la financiación extranjera, ya que sigue viviendo por encima de sus posibilidades. Antes la culpa era de familias y empresas, ahora principalmente es de las Administraciones. En un marco de escasez de capitales, esta situación hace que aumente la desconfianza de los inversores internacionales hacia España. Para volver a confiar plenamente, exigen que el déficit público disminuya a corto plazo en gran medida y sea factible que en el 2013 se sitúe en el 3% del PIB. Las cuentas solo cuadrarán si se produce una disminución de los gastos y un aumento de ingresos.

Las medidas actuales demuestran que el Gobierno lleva casi tres años equivocándose. Y no poco, sino mucho. Mediante un gran aumento del gasto ha intentado dar un paso adelante y nos acercó al precipicio. Tarde, pero ha rectificado. Ha reconocido que más vale dar dos pasos atrás, cambiar de camino y dar otros tres al frente sobre tierra firme. Aunque no se ve y tardará en notarse, la recuperación de la economía española ya ha empezado.