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Sustos

Ángel de la Fuente

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El desplome de la bolsa y de la deuda pública, junto con las exigencias de nuestros socios para poner en marcha el nuevo mecanismo de rescate financiero europeo, han obligado al Gobierno a acelerar y a concretar su proyecto de ajuste presupuestario, llevándose por delante su compromiso de no recortar el gasto social.

Tras muchos meses de negarse a contemplar siquiera medidas semejantes, el presidente del Gobierno anunció en el Congreso una reducción de los sueldos de los empleados públicos, la congelación de las pensiones y la desaparición del cheque-bebé así como un fuerte tijeretazo a la inversión pública y recortes menores en farmacia, dependencia y ayuda al desarrollo. Aunque ciertamente desagradable, la decisión del Gobierno es correcta. Visto lo visto en las últimas semanas, hay pocas dudas de que toca apretarse el cinturón. Y puestos a hacerlo, no está claro que haya muchas alternativas menos dolorosas que la que ha elegido el Gobierno.

Lo más preocupante del caso es que este Gobierno parece moverse solo a trompicones, reaccionando a impulsos externos sin una estrategia clara de conjunto. Tras el susto de Davos vino el esbozo de un plan de ajuste para cumplir los objetivos del pacto de estabilidad y un anuncio de reformas sensatas en materia de pensiones. Una vez calmadas las aguas, sin embargo, los buenos propósitos se difuminaron rápidamente. Del aumento de la edad de jubilación no se ha vuelto a hablar, y el muy esperado plan de racionalización de la administración central se ha cerrado con un ridículo ahorro de 16 millones.

El reciente susto griego nos ha traído medidas concretas de recorte del gasto de las que será más difícil desentenderse. Tales medidas, junto con el nuevo mecanismo de rescate, podrían comprarnos unas semanas de cierta tranquilidad en los mercados, aunque seguramente no en la calle. Es de esperar que el Ejecutivo deRodríguez Zapaterohaya aprendido la lección y aproveche la tregua para poner en marcha otras reformas necesarias a las que también se ha resistido. En particular, habría que retomar el tema de las pensiones, desatascar la reforma laboral y empezar a pensar en el copago sanitario.