Los empleados de Frape Behr abandonan el encierro en Barcelona hasta la reunión con Treball

AGÈNCIES / BARCELONA

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Los trabajadores de la planta de componentes de automoción Frape Behr en la Zona Franca de Barcelona que desde hace cinco días permanecían encerrados han abandonado la fábrica tras acordar una reunión en la que participarán sindicatos, la empresa y la consellera de Treball, Mar Serna, según ha confirmado un portavoz de los trabajadores.

Los obreros decidieron encerrarse para evitar que la empresa ejecute el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que anunció en septiembre, que implicaría el cierre de la planta catalana, con 295 empleados.

Reunión con Serna el 2 de enero

Después de que la consellera de Treball haya accedido a reunirse con las partes el 2 de enero, los representantes sindicales, tras celebrar ayer una asamblea, decidieron abandonar el encierro temporalmente desde hoy a las 10.30 horas. Según el portavoz de los trabajadores, con esta decisión "han querido dar un voto de confianza de la Generalitat", aunque el "conflicto sigue abierto" porque la "amenaza de la empresa continúa".

No obstante, ha expresado que los trabajadores confían en que Mar Serna "sea consecuente y defienda la vigencia del pacto" de viabilidad que se firmó en el 2004, así como que desde la conselleria "se presione a la empresa".

Concentración frente a Treball

Para los trabajadores, el plan alternativo de la empresa de despedir a 81 trabajadores, "tampoco es aceptable", porque no quieren que haya "despidos forzosos" y solamente aceptarían "bajas voluntarias". Sin embargo, "la empresa no da muestras de querer cambiar de actitud", afirma el portavoz.

Los trabajadores se concentrarán frente a la sede de la Conselleria de Treball mañana a las 10.00 horas para seguir con sus acciones. Con la salida de la fábrica tras cinco días de encierro, "no ha habido un cese de las medidas de presión, sino un cambio", porque "hasta que la empresa no renuncie a despedir a nadie el conflicto sigue abierto".

Conflicto desde el 2004

El conflicto comenzó cuando la filial española del grupo automovilístico alemán Behr alegó que la factoría en Catalunya tenía pérdidas y amenazó con el cierre si no se llegaba a un acuerdo sobre un plan alternativo que aumentara la competitividad.

La plantilla sostiene que se mostró dispuesta a negociar "desde el primer momento" las medidas de este plan, incluso "cediendo en los puntos más fundamentales", pero alerta de que la dirección se ha acogido "a pequeños detalles sin importancia" para "cerrarse en banda".

Los trabajadores insisten en que siempre han mantenido la voluntad de llegar a un acuerdo pese a que la empresa, según ellos, les ha mentido desde el 2004, cuando aceptaron una reducción del 20% de sus salarios para asegurar la continuidad de la empresa. Frape Behr también amenazó entonces con el cierre, pero los pactos solucionaron el conflicto "con el visto bueno de la Conselleria de Treball".