Enya, baño de burbujas

La cantante de música etérea regresa después de siete años con 'Dark sky island'

La cantante irlandesa Enya, en una imagen promocional.

La cantante irlandesa Enya, en una imagen promocional.

JUAN MANUEL FREIRE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Desde su revelación popular a finales de los 80, la irlandesa Enya es, para muchos, sinónimo de paz espiritual, armonía en el hogar y amor. O el equivalente sonoro de un perfecto baño de burbujas. Pero su música se distingue, en realidad, de la new age más corriente por el alto nivel de sus melodías y su falta de miedo a adentrarse en terrenos casi inquietantes. Enya no es una, sino tres: la cantante Eithne Ní Bhraonáin (Enya es versión inglesa del nombre gaélico), con la que hablamos a continuación; su productor y mánager Nicky Ryan, y la esposa de este, Roma, quien se encarga de las letras. Juntos han urdido (todo sea dicho, alrededor de la voz de Eithne) un sonido reconocible que en el nuevo trabajo 'Dark sky island', su primer disco en siete años, no cambia en exceso: si algo no está roto, ¿para qué arreglarlo? Seguramente vuelva a vender una infinidad de copias.

Hablamos con ella, tan educada como es de imaginar, sobre las inspiraciones detrás de este disco, la naturaleza y todo lo que define el ambiente etéreo de su música.

Enya, sé que no es la pregunta más original del mundo, pero de verdad quiero saber qué ha hecho en los últimos siete años. Tras el disco 'And winter came…', sentí que necesitaba un respiro. Y que la propia música necesitaba un respiro. Estuve tres años alejada de ella. Había un montón de cosas que quería hacer. Después, a principios del 2012, sentí de nuevo la necesidad de hacer música.

Tengo curiosidad por saber qué cosas quería hacer. ¿A qué dedica Enya el tiempo libre? Me encanta viajar. Estuve en Australia, adonde había ido otras veces, pero sin quedarme mucho tiempo. Viajé a través de Europa, sobre todo por Francia, y, de hecho, planeo comprarme una casa al sur del país. El clima, en Irlanda, en verano, no es positivo: llueve. Necesito ver el sol un poco más.

Sus discos son más bien lluviosos o nevados. ¿Hará algún día un disco veraniego bajo el influjo de su casa francesa? Para mí, las canciones son como un diario musical. Se basan menos en el espacio donde estoy que en los sentimientos. Es lo que siempre he hecho. 

Hablemos de ‘Dark sky island’. ¿Tiene la sensación de que existe un tema central que recorre todas las canciones? Bueno, el tema se descubre luego. Y en esta ocasión me he fijado en que, aunque cada una de las 11 canciones es una historia en sí misma, escrita en un momento diferente, había algo que las unía: la idea del viaje. Echoes in rain es un viaje, una especie de continuación de 'Orinoco Flow'; un viaje a casa, no una casa necesariamente física, sino algo que sea importante para uno. Lo que significa llegar ahí tras un largo trayecto. También hay un viaje en el centro de The forge of the angels. 

¿Qué clase de aprendizaje busca en un viaje? El aspecto cultural me intriga. Hablo gaélico, soy muy consciente de la cultura irlandesa. Y cuando viajo me fascinan las diferentes culturas. Eso suele ser una inspiración para la música, aunque no de forma deliberada.

Hay una canción en el disco muy emocional: ‘So I could find my way’. ¿Fue difícil interpretarla? La madre de Nicky [Ryan; su productor] acababa de morir. Y, sí, ya iba por los 90, pero tenía una gran vida. Esta canción es una celebración de su vitalidad y de su amor. Sobre todo es eso: una celebración. 

Sus letras suelen usar la naturaleza en clave metafórica. En esta letra encontramos menos metáfora. Es directa. Sí, no podía ser de otro modo: “Todos estos años me guiaste / Para que pudiera encontrar mi camino”. Queríamos que se entendiera.

Parece que, de algún modo, fue Nicky quien inventó el 'sonido Enya', basado sobre todo en la superposición de capas de su voz. ¿Es eso cierto? Lo que Nicky quería era usar la voz como un instrumento. Era un gran fan de Phil Spector y los Beach Boys y aquellas producciones de los 60 con tanto eco. En este último disco se ha vuelto bastante loco. Quería más de todo en cada tema: más voces, más ritmo…

Su canción 'Boadicea' se usó para una campaña de grandes almacenes aquí en España, a finales de los 90. Pero también para la película de terror 'Sonámbulos'. Al principio de su carrera podía hacer música realmente inquietante. Esa era la época del disco 'The celts', muy distinto de lo que he hecho últimamente. Cada álbum es un reflejo de mi vida; cuando miro atrás, veo que cada uno es un diario y es distinto. Por entonces mi vida no era como ahora.

La gente pone sus últimos discos y no pasa miedo, sino que se siente mejor. Ha pasado desde el primero, yo creo. Primero se disfrutan a un nivel más aéreo y después se vuelven personales para la gente. Y puede llegar a ser algo profundo: cada canción se convierte en su propia canción. 

¿Tiene algún disco suyo favorito? Todos son parte de mi vida y no puedo elegir. Cuando hago un disco, me concentro y me dejo toda la vida en él. Es algo que la gente sabe. Me sigue porque sabe que, después de tantos años, mi dedicación sigue ahí. Los discos aguantan el paso del tiempo. Por lo que sé, 'Watermark' es descubierto sucesivamente por nuevas generaciones de niños y adolescentes.

Supongo que cantar dos temas en la primera parte de 'El señor de los anillos' también le abriría un nuevo público. ¡Oh, sí! Eso fue maravilloso. Sigue siendo mi libro favorito. Cuando era una adolescente lo leí varias veces. Fue una maravilla componer estas canciones y trabajar con Peter Jackson en Nueva Zelanda. Ya se veía, aunque todo estuviera por acabar, que iban a ser grandes películas.

¿Es fan de la fantasía? En realidad, me van más las películas antiguas en blanco y negro. Las buenas historias.

Díganos qué escucha, a modo de inspiración. Amo la música clásica. Y aprecio mucho una buena melodía. No importa el género, no importa si es una canción pop: las buenas melodías son inmortales. Algunas canciones me da envidia escucharlas.

¿Por ejemplo? 'Avalon', de Roxy Music. 'Every breath you take' de Police, de la que se han hecho bellas versiones, pero la original sigue siendo la mejor. Y canciones recientes de Adele, Sam Smith…

Ha vendido más de 75 millones de discos, pero nunca ha dado un concierto en solitario. ¿Piensa hacerlo ahora? En los 90 estuve a punto de sacar de gira un espectáculo, pero al final no se hizo. Ahora, es más posible. Los montajes de conciertos son a menudo espectaculares y quizá podría trasladarse el álbum al escenario. Se debe estudiar.