IDEAS PARA DAR CONVERSACIÓN

Champú de bacterias

Cualquier madre se haría el harakiri con la Arielita al oír esto: revolcarse en la tierra es higiénico. De ahí salen las bacterias que contienen estos espráis con los que evitar la ducha

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dominical numero 688 champu bacterias / periodico

ANA SÁNCHEZ

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Si se busca a David Whitlock en Google, aparecerá un hombre con cara de científico enclaustrado y un titular con tufo: “No me he duchado en 12 años”, dice sin clavar los ojos en el suelo. Los periodistas que lo han tenido a menos de dos metros juran que ni huele mal ni parece sacado de 'Callejeros'. Whitlock es ingeniero del MIT (el Instituto Tecnológico de Massachusetts), ese laboratorio de donde sale el futuro. Así que él no se ducha, no, pero se rocía pulcramente con su espray de bacterias.

Al fin, la frase que todo niño ha querido responderle alguna vez a su madre corroborada por científicos: revolcarse en la tierra es higiénico. De la tierra se sacan las bacterias del gel de no-ducha de Whitlock. Una botella de 100 mililitros contiene millones de estos microbichejos vivitos y coleando. Ya se vende una línea completa de productos que “reconsidera lo que significa estar limpio”, reta su mercadotecnia. ¿Su estribillo de márketing? “Hay que usar productos compatibles con el ecosistema de la piel”. Se llama Mother Dirt (madre tierra o madre mugre, según se traduzca). Hay gel (unos 45 €), champú (unos 14 €) y desmaquillante (unos 14 €). Son los primeros productos –autoproclama su web– que contienen bacterias vivas. 

Si esto fuera 'Érase una vez el cuerpo humano', veríamos en la piel a unas bacterias con el pelo naranja riéndose por lo bajini al causar mal olor tras tocar el sudor. Las de los botes de Mother Dirt irían vestidas con un mono blanco. Con gorra y pico. “Consumen los molestos componentes del sudor –explica la compañía– y los convierten en sustancias que reducen el olor causado por otras bacterias”. Una guerra bacteriológica con armas de desinfección masiva.