Sopa de Cabra, de gira con '3, 2, 1...'

Sopa de Cabra, en un momento de descanso durante los ensayos a los que 'Dominical' tuvo acceso.

Sopa de Cabra, en un momento de descanso durante los ensayos a los que 'Dominical' tuvo acceso. / FERRAN SENDRA

NÚRIA MARTORELL/ BARCELONA

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En la cocina de la masía que Josep Thió tiene en Montfullà (Bescanó, Gironès), Sopa de Cabra guisa a fuego lento su esperado nuevo disco. El recuperado batería de la formación original, Pep Bosch, está literalmente bajo la campana, entre perolas y parrillas. Los platos los pone él. Y bien contento que está. Justo se acaba de hacer público que vuelve a formar parte de la escudería (¡rencillas superadas!). El álbum que romperá un largo silencio discográfico de casi 15 años se está grabando ya. Entre ensayos y conciertos. Y se publicará en noviembre. ¿Sopa de Cabra se repite como la Sopa de Ajo? Alguien en internet lanzó esta broma y diseñó un cartel rebautizándoles así. "¡Y estaba tan bien hecho –exclama el anfitrión y guitarrista– que nos llegaron a preguntar si este era el nuevo nombre del grupo!".

Más allá de la pulla, que Los Sopa digieren con humor, el hecho es que empieza la cuenta atrás de la gira que emprenderán este verano. El pistoletazo de salida de '3, 2, 1...' será el próximo 18 de julio en el Festival Porta Ferrada de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà, Girona) y proseguirá el día 24 en Mataró (Maresme, Barcelona) y el 7 de agosto, en el Festival Internacional de Cambrils (Baix Camp, Tarragona).

Tres, dos, uno, ¡fuego! La banda está lanzada. Tener canciones por estrenar era el requisito para esta re-reunificación, tras el apoteósico triplete que se marcaron en el Palau Sant Jordi en septiembre del 2011, coincidiendo con el cuarto de siglo de su creación y los 10 años de su disolución. Muy pocos han sido capaces de llenar el polideportivo de Barcelona tres días consecutivos: Dire Straits, Alejandro Sanz, Bruce Springsteen, Serrat con Sabina, los cachorros de la primera edición de 'Operación Triunfo'... La gira de Sopa de Cabra se completó entonces con bolos en Tarragona, Palma y Girona. En total, convocaron la escalofriante cifra de 90.000 espectadores. Y exprimieron el filón publicando el doble disco y DVD 'El retorn'.

DIRECTRIZ INDISCUTIBLE: "GRABAR UN DISCO"

Recuperados del subidón, cuando se reunieron para hacer balance y consensuar planes de futuro, había una directriz indiscutible. "Si a partir de ahora íbamos a hacer algo, tenía que pasar por grabar un disco. De lo contrario, no jugábamos", recuerda el cantante Gerard Quintana. El vocalista insiste en que Sopa de Cabra siempre funciona a golpe de retos. "Cuando un grupo deja de hacerlo así, se convierte en una caricatura", asevera.

 "Si nos volvemos a encontrar es para crecer. Nuestro reto ya no es llenar un gran espacio. Esta es la diferencia"

Las metas hacen que el engranaje esté bien lubricado. "Cuando decidimos volver, el objetivo era un concierto en el Sant Jordi. Sobrepasamos las expectativas, y con creces. La de ahora es hacer un compacto que esté a la altura de nuestro repertorio, que en algunos casos se ha convertido en clásico. Es lo que nos motiva. Si nos volvemos a encontrar es para crecer. Nuestro reto ya no es llenar un gran espacio. Esta es la diferencia", aclara Quintana.

Josep Thió, el 'Margaret Thatcher' del conjunto, decidió terminar las asignaturas que le faltaban de Arquitectura después de ese primer retorno. "Acabando la carrera, empecé a escribir canciones con la idea de proponerles hacer algo. Componía pensando ya en Sopa", aclara el cocapitán del conjunto, quien, como Quintana y el resto de integrantes, emprendió una intermitente aventura musical paralela. "Todos teníamos la ilusión de ser capaces de hacer el mejor disco de Sopa de Cabra", asiente el cantante. "Porque todavía no lo hemos hecho –añade el bajista Francesc 'Cuco' Lisicic–. Hay algunos más redondos que otros. Y sentimos que aún tenemos muchas cosas que decir".

A LA ALTURA DEL MEJOR REPERTORIO

Sopa de Cabra quiere coger el testigo de su último disco de estudio, 'Plou i fa sol' (2001). "Este sería el último precedente. Tenía muy buenas canciones: 'Camins', 'Els teus somnis', 'Quan es faci fosc', 'El llarg viatge'... Retomamos el Sopa de Cabra de su mejor momento", subraya Quintana.

Pero ni la industria ni ustedes son los mismos, ¿no? "El hilo ya lo retomamos en el 2011. Y en este tiempo, no ha habido ninguna ruptura. Nadie se ha vuelto budista ni nada extraño. Era fácil volver donde lo dejamos. Estamos en dinámicas parecidas de trabajo. Coincidimos en el tipo de canciones en las que nos sentimos cómodos", contesta Thió. ¿Y cuáles son? "Nos gusta buscar cosas nuevas. Para nosotros, claro, porque para otras bandas no lo serán tanto. Me refiero al pop, un estilo bastante por explorar en muchos sentidos".

"Tenemos la ventaja de no sufrir el agotamiento, el desgaste de un grupo cansado de tantas horas juntos. Este intermedio nos ha permitido decir, 'venga, volvemos a trabajar juntos con ilusión"

El tiempo de descanso les ha sentado bien. Eso dicen. "Tenemos la ventaja de no sufrir el agotamiento, el desgaste de un grupo cansado de tantas horas juntos. Este intermedio nos ha permitido decir, 'venga, volvemos a trabajar juntos con ilusión". Hay canciones, confiesan, que se les resisten más que otras. Todo parece estar inventado. "Els teus somnis' ya era una pieza que requería arreglos distintos, un pop más elaborado", analiza Quintana. ¿En qué sentido? "Pues una estructura más arquitectónica". La respuesta es de Quintana, no del arquitecto. Aunque Thió coge al vuelo la conversación.

LA ARQUITECTURA PERFECTA

"La idea es construir arreglos más específicos para cada tema. Hasta que no encontramos la arquitectura perfecta, no estamos contentos. Hay algunas piezas que lo necesitan más que otras. El grupo islandés Sigur Rós es un ejemplo de banda que busca la progresión, crear climas, construir una canción en este sentido arquitectónico". Pero Sigur Rós es mucho Sigur Rós. Cuida al milímetro el calibre emocional de cada creación, ya tenga un corte tierno o folk, o sea una balada sinfónica.

"Sí, es una banda excepcional. Hay grandes conjuntos, como U2, que recurren al artificio. Hay diferentes maneras de hacer que evolucione una canción, de llegar a climas concretos. Hay temas que necesitan una gran estructura que vaya creciendo, y otros que poniéndole una segunda voz al estribillo ya funcionan". Por cierto, emulando a U2 o a los Beatles, Sopa de Cabra actuó en una azotea esta primavera. Fue en la de la oficina de turismo de Girona. Un golpe de efecto que usó para anunciar este regreso. Y una mini-actuación se ha convertido en el primer videoclip, al ritmo de un 'hit' que no caduca: 'Camins'.

Las nuevas tazas de Sopa saben a rock, pop, folk...  En el ensayo tocan tres (con títulos provisionales). 'Dolços plans' es un medio tiempo con arreglo de cuerda que no llega a ser una balada. En la siguiente, aún sin nombre, hablan del paso del tiempo y de los que no pueden volver a casa. Y el ritmo se anima con la última, 'Hi ha un camí'. "Una canción más bailable, sin abandonar el rock pero jugando a celebrar lo mejor de la vida en la pista", describe Quintana.

Las letras, por lo general, mantienen la misma receta. "En Sopa lo tenemos fácil –añade–. Si analizas nuestros trabajos, hay una constante: el tema de la superación. La lucha por los sueños". 'Seguirem somiant' es el título que más rápido viene a la memoria: "Seguirem lluitant/ ensorrarem els murs/ anirem sempre més lluny..." ("Seguiremos luchando/ deribaremos los muros/ iremos siempre más lejos"), reza el pegadizo estribillo.

Es hora de dejar descansar los instrumentos y la entrevista continúa en la plaza que hay frente a la pequeña iglesia Santa Anna de Montfullà, a poquísimos metros de la masía. "Pregueu per nosaltres" ("rezad por nosotros"), pone en la inscripción del mosaico de azulejos que decora la puerta de madera. ¿Se han vuelto más religiosos? "No, no –ríe Thió–. La ermita se la hizo construir el antiguo propietario".

¿SOPA DE CABRA VUELVE POR DINERO?

¿Y materialistas? ¿Sopa de Cabra vuelve por dinero? "Todo el mundo trabaja por dinero. Quizá sí sea una de las razones. Pero es como si a un fontanero le preguntas si trabaja por la pasta”, responde Quintana. “Puede ser una de las razones, sí –intercede Thió–. De alguna manera, hemos de financiar el disco". El disco y la puesta en escena que preparan para los conciertos: "Con pantalla gigante, realización en directo, contenidos hechos expresamente para algunas canciones... De la escenografía, el diseño y las luces se encargará Cube, gente con mucha experiencia que ha trabajado con Albert Pla, por ejemplo, y con ideas muy potentes", adelanta el cantante.

Sopa de Cabra, el grupo que dio identidad, sonido y tirón al rock catalán, se separó, efectivamente, en su mejor momento. En plena racha artística. Pero roto por dentro. "Pasa como en las familias. Puedes  tener hermanos con los que te enfadas, llevas años sin hablarte, pero pasa el tiempo y, de repente, sabes que están ahí", reflexiona Quintana. "Es que son, es que somos, unos cabrones", añade el batería Pep Bosch.

 "La música es un trabajo muy emocional. Te has de abrir, ser vulnerable, ¡estar como una cabra! Y cuando formas parte de un grupo, la clave está en la confianza"

El periodista Pep Blay hizo que se abrieran en canal en la biografía que escribió: 'Sopa de Cabra. Si et quedes amb mi'. "Pues ahora nos hemos descuartizado", ríe Quintana, afilando sus gruesos labios. "La música es un trabajo muy emocional. Te has de abrir, ser vulnerable, ¡estar como una cabra! Y cuando formas parte de un grupo, la clave está en la confianza".

Y así, con la confianza restaurada, Sopa de Cabra volverá a excitar a sus fans, calentando el ambiente al grito-ritual de "¡bona nit, malparits!".