La Barbie demoniaca

“Soy responsable de lo que yo digo, no de lo que tú entiendas”. Es su resumen vital en Twitter. La minibiografía incluye un link a un post interminable de “preguntas frecuentes”. Las preguntas conspiranoicas con las que suelen bombardearla, dice. “No soy periodista”. “No represento a ningún medio, diario, TV o partido político”. “No cobro por tuitear”. “No tengo opinión formada sobre todos los conflictos terrestres”. ¿Lo más absurdo que le han preguntado? “Que si soy Letizia Ortiz. Eso está en el top”. 

Barbijaputa ni es una Barbie, ni tan hijaputa, ni siquiera es rubia. Se parece a su avatar en que es “mujer, caucásica y heterosexual”, dice. ¿Que qué hay de los cuernos? “Jajaja. Seguro que alguno habrá y no lo sé”, responde. Se rumorea por internet que es un albañil de Cuenca. “Albañil de Cuenca. Camionero de Soria. Gay de Madrid. ¿Alguien cree que soy una tía normal? –ha tuiteado ella–. ¿Sabéis qué es la navaja de Occam?”. 

La navaja de Occam: “La explicación más sencilla suele ser la correcta”. 

La explicación más sencilla, en su caso, está codificada a prueba de WikiLeaks. La Barbi tuitera se queda muda ante preguntas personales. “Soy reservada porque en realidad soy Letizia Ortiz”, echa balones fuera a lo Messi. ¿Cómo se resumiría en menos de 140 caracteres en el mundo real? “Puede que apasionada (esto a veces más que una virtud puede ser un defecto), intento siempre ser sincera y, a veces, soy la graciosilla de turno”. Hace seis años que se adosó cuernos, rabo y tridente. ¿Por qué Barbie? “Porque me fascina su cinismo y su frivolidad, su ‘pase lo que pase, nada va a alterarme”. Su cinismo afilado suma ahora 170.000 seguidores. “No soy un fenómeno de nada fuera de Twitter –confiesa ella–, mi madre aún me pregunta que por qué lo soy dentro”.

El PP la metió en un vídeo de campaña

Lo más surrealista que le ha pasado: “Que el PP de Monago me metiera en un vídeo de campaña”. Lo más sorprendente: “Que me siga Pérez-Reverte”. Hasta un exnovio que no le habla desde hace diez años lo hace a diario en la red social sin saber que es ella. ¿Que para qué sirve Twitter? “Todos aprendemos y agudizamos el pensamiento crítico”. Y el currículo. “He encontrado trabajo gracias a Barbi, además de colaboraciones en medios y propuestas de cosas interesantes”. De hecho, acaba de publicar su primer libro, 'El planeta Lilaverdía' (Ed. Origami), un planeta cuadrado que deja regusto tierno. Barbijaputa debuta con poemas infantiles y seudónimo antidemoniaco: Lula Libé. “A ver cómo vendes un libro con esos cuernos y ese nombre”, le había dicho su madre. ¿Cómo resumiría su paso por Twitter? “Tan enriquecedor como desquiciante”.