Tomatito: "El árbol genealógico del flamenco está bien enraizado"

El genio de la guitarra vuelve a las raíces con 'Soy flamenco', un disco en el que recupera la voz de Camarón, a quien acompañó durante 18 años

NÚRIA MARTORELL

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Falta menos de una hora para que Tomatito salga al escenario del teatro londinese Sadler's Wells, activo epicentro cultural y centro residente de prestigiosas compañías de danza contemporáneas como Akram Khan, Sylvie Guillem y Sidi Larbi. Desde hace 10 años, esta sala organiza también con instinto y atino un atractivo festival de flamenco. El tocaor está guitarra en mano, concentrado, calentando sus ágiles e inquietos dedos, cuando Dominical irrumpe en el camerino. Es un asalto en toda regla. Un mal entendido propicia que el músico se vea interrumpido en esos sagrados minutos antes de la actuación, cuando lo único que se espera son las musas. Comprensivo y paciente, Tomatito acepta incluso marcarse una interpretación en acústico. La misma pieza que, minutos después, ante una audiencia entregada que abarrota el aforo, provoca que un espontáneo suelte: "¡Qué grande eres por acordarte de Pat Metheny!".

Se trata de 'Our Spain', que cierra su nuevo compacto. Una composición que en realidad es original del contrabajista Charlie Haden, pero que Metheny "hizo universal" al incluirla en su disco 'Missouri'. "Me gusta por esa melodía tan española que tiene", dice el músico en este encuentro.

El artista anda de gira internacional con su último disco. Y su identidad queda clara desde el título: 'Soy flamenco'. La voz grave de José Fernández Torres (Almería, 1958), que así se llama el hijo y nieto de los también guitarristas bautizados como Tomate, retumba con fuerza en la pequeña habitación, mientras el público va entrando ya en el teatro. "Este Festival Flamenco de Londres es importante -asegura el genio de las seis cuerdas sin dejar de tocar ni un instante-. Los guitarristas vamos por el mundo habitualmente invitados por festivales de jazz y siempre es agradable ir a un festival que se llame así, Flamenco, fuera de España. De hecho, es la segunda vez que me invitan. Estuve aquí hace dos años".

¿Y era necesario aclarar de forma tan contundente que usted es flamenco? "En mis dos trabajos anteriores me alejé del género. Grabé de nuevo con el genial pianista de latin jazz Michel Camillo. Y con la Orquesta Nacional de España, dirigida por Josep Pons, otro músico estupendísimo, un disco titulado 'Sonata Suite. Así que mi último disco de flamenco es de hace mucho, del año 2004", rememora refiriéndose a Aguadulce. "Pero haga lo que haga, que quede claro que yo me siento flamenco. Aunque no le he puesto mucha sal al título, la verdad. ¡Lo veo tan normal en mí! Soy un guitarrista flamenco que ha tocado con otros músicos. Es así de simple. Y no le doy más importancia".

VIVIR FLAMENCO

Entonces quizá la pregunta debería ser: ¿qué es ser flamenco? "Es venir de una cultura musical flamenca. Y de una tradición familiar. Y creo que es también un poco vivir flamenco. Escuchar música flamenca en casa, ya desde chico, desde el vientre. Si se hace una fiesta, lo primero es bailar y cantar. Siempre vamos con el flamenco por delante", explica.

Y hablando de su estirpe, hay Tomate para rato. "Mi hijo de 15 años me supera. ¡Yo a su edad no tocaba así de bien! Me lo dice hasta mi madre. Pero él ya decidirá su futuro, si su pasión sigue en la música o no. Es muy listo y potencial tiene un rato. Le gusta mucho el flamenco. Y del bueno. Además, sabe tan bien como yo que el cante es muy importante. Es la base del flamenco".

Con esta pasión habla de su hijo José, el benjamín después de cinco hijas, el único varón de su extensa descendencia, porque Tomatito es un abuelo joven, con cinco nietos. Su José destaca ya como joven promesa. Y Tomatito quiere que se vaya curtiendo, por eso le acompaña en sus actuaciones. Como en esta de Londres. “Hace poco le di incluso entrada para que hiciera un solo, y cómo lo bordó -dice, orgulloso-. Y luego está mi hija Mari Ángeles, que también ha participado en mi disco cantando. Siempre les digo que la vida es mirar y aprender. A los dos les gusta mucho esto. Son muy jóvenes, ¡pero ahí van!".

DE NUEVO CON CAMARÓN

Pero si una voz sorprende, y mucho, en 'Soy flamenco', es la del malogrado Camarón. Tomatito fue durante 18 intensos años el escudero del más grande de los cantaores. Y ha querido rescatar su quejío a través de grabaciones inéditas. Y con la ayuda de otro artista inmenso, Paco de Lucía, que le acompaña con su guitarra en una de las dos piezas en las que revive al de la Isla, por obra y gracia de la tecnología. Quién iba a decir que este trío de ases, De Lucía, Camarón y Tomatito, se unirían de nuevo 32 años después del mítico 'Como el agua'. Ese imprescindible álbum en el que coincidieron por primera vez. Corría 1981.

Tomatito tuvo claro que tenía que involucrar a Paco de Lucía en esta osadía. Y se plantó con el máster de un viejo tango de Camarón, recuperado de los archivos, hasta la casa-estudio que el tocaor gaditano tiene en Mallorca. Y así fue como los dos guitarristas volvieron a fundirse con la voz bravía del más aclamado y añorado de los cantaores. Y la magia fluyó de nuevo. Como el agua.

Así lo relata Tomatito: "Con la colaboración de Paco hemos rescatado una canción de Camarón, que hemos titulado 'Corre por mis venas' y que aunque estaba cantada por tangos la hemos reconvertido en una bulería. Y, sinceramente, se nota mucho el cariño y el respeto que le sigo teniendo. A Camarón. Y a su legado, claro".

En Mallorca ensayaron hasta adaptarle el compás. Hasta allí se llevó también a su hijo. "Paco le veía tocar y me decía: 'Me recuerda tanto a ti cuando eras joven'. Fue tan amable. Y qué bien toca. No hay nadie como él", subraya. Cuando ya tuvieron la pieza adaptada, viajaron a Madrid para la grabación final, a la que añadieron los coros y la percusión.

Camarón también se escucha en otro de los cortes: 'El regalo'. Una seguiriya de apenas tres minutos en la que su inconfundible eco duele ya en los primeros quiebros: "¡Ay, alumbra mi alma, tú alumbra mi vida. Que iluminas mi sueño, tú eres mi alegría!", reza la intensa letra. "Tanto esta pieza como la otra son de mitad de los años ochenta. Son tomas que estaban grabadas en analógico y que quizá al pasarlas a digital se hayan visto afectadas en algo, pero había que sacarlas", se justifica. ¿Cuánto material de Camarón le queda? "No, no tanto. Y no es cuestión de sacarlo o no. Lo que importa es que quede bien. Todo afinado y con los acompañamientos que se merece", puntualiza.

DOLOR INSUFRIBLE

Tomatito empezó a tocar con Camarón siendo menor de edad. El cantaor tuvo que pedirle permiso a su padre para llevárselo de gira. El dolor insufrible que le provocó su muerte, en 1992, casi estuvo a punto de costarle su retirada. Pero logró resurgir. Y fortalecido. Han pasado 21 años. Y el recuerdo de quien le dio la alternativa sigue enredado en sus cuerdas. Estampado en su memoria. Y en la funda de su guitarra, que ilustra la carátula de su último compacto.

"Camarón ya estaba en mi primer disco en solitario, 'Rosa del amor', de 1987. Y también en el siguiente, 'Barrio negro', de 1991. Siempre hemos estado juntos. Gracias a él estoy donde estoy. Soy conocido. Y a mí, más que a nadie, le costó volver a subir a un escenario sin su presencia", recuerda.

Para Tomatito, tanto Camarón como Paco de Lucía "han sido y serán los grandes revolucionarios del flamenco". ¿Y cómo se entiende que apenas surjan nuevos palos? "Porque la música flamenca tiene toda su fuerza en su raíz. Sus palos no se pueden o no se deberían cambiar. De ninguna manera. Camarón y Paco permitieron que fueran entrando cosas nuevas. Maravillosas. Como el cajón, que se trajo Paco de Lucía de Perú. Un instrumento que si no hubiera valido se hubiera quedado fuera o hubiera entrado por la puerta de atrás. Y fíjate donde está. Todo lo que han hecho Paco y Camarón es tan bonito, está tan bien hecho. La soleá con sus tercios; la taranta, con su forma propia parecida al fandango. Y así podría seguir, palo tras palo. El árbol genealógico del flamenco esta ahí, y bien enraizado. Así que, ¿para qué sacar más cosas?".

Los minutos pasan. Es el momento de salir a escena. Tomatito aparece con toda su 'troupe' y el público le recibe ya entregado. Y la aclamación se hace especialmente sonora cuando aborda 'Corre por mis venas'. "¡Viva Camarón!", se oye desde la platea. El tocaor se crece con esta bulería. Le arropa su hijo. Ágil. Entusiasta. La audiencia les despide en pie, con un prolongado aplauso. Y, tras varios bises y saludos, ya entre bambalinas, Tomatito y José se abrazan.