Finca Monasterio 2014 Barón de Ley

Los monjes benedictinos sabían y saben de vinos y licores. Hábilmente situaron su monasterio en un castillo de 1548, conservando la propiedad hasta 1836. Si esta es la vieja historia, la nueva corresponde a la bodega Barón de Ley. Finca Monasterio es un buen referente de su manera de entender el vino, a partir de la viña. Para ello vendimian manualmente, un primer descarte que continua  en la mesa de selección, de la que solo salen los racimos de primera.

Parte del carácter de este tinto de tempranillo se debe a este cuidado y a la fermentación en barricas nuevas de roble francés, de distintas tonelerías. Luego el vino se ensambla durante seis meses en tinas de 10. 000 litros. El resultado es un tinto intenso, bien equilibrado que se mantiene en el paladar y en vía retronasal. Es elegante, con notas típicas de un buen rioja.