UNA historia de SANT ANDREU... Iglesia de Sant Joan Bosco

Un templo vanguardista en la Meridiana

La parroquia salesiana debía tener un teatro en el sótano pero el presupuesto se agotó

Entrada a la iglesia 8 La parroquia realiza una intensa labor social.

Entrada a la iglesia 8 La parroquia realiza una intensa labor social.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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En uno de los centros neurálgicos del barrio de Navas, uno de los que conforman el distrito de Sant Andreu, está la plaza de Ferran Reyes que la avenida de Meridiana divide en dos. La parte norte de la céntrica plaza, urbanizada en 1954 y reformada íntegramente en el 2003, alberga un llamativo edificio: la iglesia de Sant Joan Bosco. El templo, que sustituyó a una antigua parroquia, se inauguró en 1974, cuatro años después de iniciarse las obras.

La iglesia destaca por su fachada metálica y su forma de pirámide. Algunos vecinos de la zona, como Juan Romero, se refieren a la parroquia «como la iglesia rara» por la curiosa fisonomía del edificio. Los compañeros que pasean junto a él por la plaza Ferran Reyes, asienten.

La iglesia se levantó en honor de Sant Joan Bosco, fundador de la comunidad salesiana, y se caracteriza por unas líneas modernas que le han hecho merecedora de tener una arquitectura religiosa de las más vanguardistas de Barcelona. El proyecto del edificio lo firmaron los arquitectos Ricard Sancho Beltran y Francesc Escudero Ribot.

Afluencia de feligreses

Una entidad financiera costeó las obras de esta iglesia, pero el dinero se quedó corto. Debajo de la planta del templo «hay tres sótanos y un gran agujero en el que se pensaba construir un gran teatro, pero el presupuesto se acabó y solamente se edificó el escenario», afirma el párroco de Sant Joan Bosco, Miquel Àngel Calavia, un aragonés que lleva toda su vida en Catalunya.

El actual edificio ha sufrido desde su inauguración algunos cambios. El techo de la parroquia se ha renovado. Inicialmente era de pizarra, pero se fueron cayendo las losetas y, finalmente, hubo que sustituirlo por otro techo de latón. También se ha reformado la parte acristalada del edificio. Los primitivos vidrios de las ventanas por los que entraba luz natural a la nave del templo han dejado paso a unos vitrales, situados en la izquierda y derecha del recinto religioso, que «muestran algunos episodios de la vida de Sant Joan Bosco», asegura Calavia.

El amplio templo tiene capacidad para 500 personas y se pone a rebosar durante los fines de semana. En las seis misas que se celebran ente el sábado y el domingo participan un total de 1.600 personas. La parroquia adquirió notoriedad en el 2007 al salir a la luz que había instalado una pantalla para que los feligreses pudieran seguir las letras de las canciones durante la misa.

La parroquia ha pasado a lo largo de la historia por distintas ubicaciones hasta llegar a su actual asentamiento. El párroco explica que fue en octubre de 1945 cuando se erigió el primer templo. Por entonces empezaban a despuntar en la zona algunas casas de planta baja y pequeños talleres que florecían al abrigo de las grandes fábricas. Inicialmente la iglesia primero estuvo en unos bajos de la calle de Navas y posteriormente se trasladó a un local que hoy ocupa el gimnasio del instituto Joan Fuster.

Pero el centro no solamente ha sufrido cambios urbanísticos, también se ha intensificado la labor social como la ayuda a los más necesitados y a adolescentes y niños en situación de riesgo. La parroquia atiende actualmente a más de 160 familias del barrio. Dos jueves hay reparto de ropa y otros dos de alimentos. Más de un centenar de voluntarios colaboran en esta comunidad de cinco salesianos.