entrevista con el historiador y catedrático de la ub

Francesc Xavier Hernàndez Cardona: «Conocer la historia aporta criterio y libertad»

Investigador del pasado Francesc Xavier Hernàndez Cardona lleva toda su vida estudiando e investigando la historia. Trabaja para que esos conocimientos puedan llegar a la ciudadanía

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LAIA MESTRE
BARCELONA

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Francesc Xavier Hernàndez Cardona (Barcelona, 1954) nació en la Barceloneta pero vive en Hostafrancs (Sants-Montjuïc) desde 1978. Es doctor en Historia Contemporánea y catedrático de Didáctica de les Ciencias Sociales en la Universitat de Barcelona. Ha participado en diversas excavaciones arqueológicas, así como en proyectos museísticos y es autor de numerosos libros relacionados con la educación y la enseñanza de la historia.

—¿Qué tiene de especial la historia?

—La historia es el poder oculto que lo condiciona casi todo en la vida. Nosotros decidimos poco: hablamos una lengua, tenemos una religión determinada y unas horas en el reloj, entre muchas otras cosas, por herencia del pasado. Estamos muy conectados a él y conocerlo nos facilita el tomar decisiones. Conocer la historia ayuda a tener criterio y si tienes criterio tienes libertad.

—Su especialidad es la Didáctica de las Ciencias Sociales. ¿Cree que la historia se está enseñando como debería?

—Para nada. Somos un país con importantes déficits en la educación. Globalmente, el sistema educativo es de baja calidad. La historia de Catalunya no tiene la relevancia que tendría que tener, y no solo la historia sino muchas otras materias. No somos competitivos en política cultural.

—¿Cuál es el problema?

Los que mandan siempre se han preocupado del desarrollo urbanístico y de la construcción. Pero no hay que invertir en el gris cemento, sino en la materia gris de las personas. Un país no puede construirse con hormigón; no lo mueven las rotondas o las calles asfaltadas, sino gente de calidad. Nadie ha invertido lo suficiente en la cultura.

—Usted ha participado en distintos proyectos de investigación. ¿Se le da la suficiente importancia y ayuda económica a este campo?

—He trabajado en varios proyectos, sí. Recuerdo especialmente el del Museu d'Història de Catalunya, que tuvo mucha envergadura y que me tocó coordinar. Pero ahora no hay proyectos, de la misma forma que no hay ayudas en la investigación. No entienden que la museografía catalana, que aún es muy arcaica, tiene que estar al servicio de la ciudadanía. No entienden que es un bien escaso y aún se cree que es un producto exclusivo para la élite.

—¿Se queda con las clases y la educación o con la investigación y la arqueología?

—Depende del momento, aunque no entiendo unas sin las otras. Es tan importante la educación como las excavaciones que realizamos. No serviría de nada excavar si no podemos dar salida a este conocimiento para que llegue a la gente y la sociedad pueda gozar de él. Con la educación no me refiero solo a escuelas, institutos o universidades. Hay que hacer llegar el conocimiento a una sociedad que quiere y tiene todo el derecho a conocer su pasado.

—¿Qué proyectos tiene en marcha en la actualidad?

—Hemos excavado e investigado unos campos de aviación republicanos del Penedès y de allí hemos producido material didáctico y creado un museo para que esta información pueda llegar a la población. Ahora estamos sumergidos en una búsqueda arqueológica en La Fatarella (Terra Alta) sobre la batalla del Ebre. Utilizamos tecnología punta para reproducir con la máxima fidelidad los escenarios y a partir de allí queremos editar un libro. En mi opinión es obligatorio hacer esfuerzos para recuperar el pasado.

—¿Está contento con el trabajo que ha realizado todos estos años?

—La verdad es que sí. Creo que durante el primer gobierno tripartito, en el que yo estuve como director general de Recerca de la Generalitat, le dimos un impulso muy fuerte a la investigación. Lo suficiente como para comprometer al país para que no hubiera marcha atrás, aunque llevamos dos años ya sin política de investigación, una mala situación de falta de proyecto.

—¿Cuál es su sueño?

—Me gustaría animar a la sociedad a mirar más hacia el pasado. Tenemos que modernizar la investigación de la historia con nuevas tecnologías que permitirán reproducir el pasado y serán la vía para el futuro. Me gustaría que el país recuperara su patrimonio.