CIUTAT VELLA

Un siglo vendiendo teatro

Interior de la librería 8 Lluís Millà consulta un texto en un rincón repleto de libros.

Interior de la librería 8 Lluís Millà consulta un texto en un rincón repleto de libros.

JORDI TRENZANO
BARCELONA

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Lluís Millà Salinas, actual propietario de la librería Millà, coge una ficha al azar. Es un pedacito de cartón con la referencia de una obra de teatro. Está escrito a máquina y su blancura original ha adquirido tintes amarillentos. La ficha esDe cuello vuelto, obra del madrileño Santiago Gascón. Tiene unas cifras al margen.«Significa que tiene un acto, con dos personajes femeninos y cuatro masculinos», aclara.

La librería Millà, en el número 21 de la calle de Sant Pau, alberga casi 50.000 obras, algunas de final del siglo XVIII. Todas están clasificadas en fichas.«Las pasamos al ordenador, pero cuando se actualizan primero uso la máquina de escribir». Millà utiliza una Olivetti, que comparte con el ordenador portátil el escritorio de madera americana. El material con que está hecho todo el establecimiento.

Historia del teatro catalán

La Millà es el gran referente de librerías de teatro en Catalunya. La fundó en 1900 Lluís Millà Gacio.«Era autor, actor y editor, era lógico que acabara abriéndola», explica Lluís, su biznieto y actual dueño:«Entonces esta calle unía la Rambla con el Paral.lel, zona por excelencia de las fiestas y los teatros». Su abuelo Ángel y su padre Lluís Millà Reig vivieron la llegada del franquismo. Los libros en catalán se prohibieron y para evitar sustos los propietarios de la librería los escondieron y tapiaron en el interior del local, aunque«en el mercado de Sant Antoni se podían encontrar libros los domingos», asegura. Poco a poco se fueron recuperando las obras en catalán. Llegaban otras tendencias teatrales y muy cerca abrió el Saló Diana, el efímero teatro creado en 1977 por Mario Gas y Carles Lucena. El espacio mostraba nuevas formas escénicas al tiempo que los usuarios de la librería se hacían con obras vanguardistas.

En los años 80 llegó la normalización lingüística y también los reconocimientos: el Premi Nacional d'Activitats Teatrals de 1986, el galardón Butaca de 1999 o el primer premio Gonzalo Pérez de Olaguer, en honor al fallecido periodista y crítico de EL PERIÓDICO. Este último galardón le hace especial ilusión a Lluís Millà, ya que además de la labor crítica, Pérez de Olaguer«creó la sección teatral de la librería El Hogar del Libro. Y además, fue un referente del teatro».

Tras cinco generaciones Millà dedicadas al negocio, el futuro es incierto. Primero, un contrato de renta que se acaba y se renovará al alza, pero que no impedirá seguir, ya que «hay sintonía con los propietarios del edificio». Segundo, una herencia familiar que Lluís Millà no sabe si continuará.«Tengo hijos, pero cada uno va a la suya. Mi espíritu no es como L'auca del senyor Esteve, no hay obligación de mantener la tradición del padre. Libertad absoluta».