entrevista con el Pintor y fotógrafo

David de Moragas: «Quiero morir con el pincel en la mano»

David de Moragas

David de Moragas

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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David de Moragas (Barcelona,1937) es pintor, fotógrafo, escultor y ceramista. Nieto del poeta Joan Maragall e hijo del psiquiatra Jeroni de Moragas. El artista, que ha firmado casi 5.000 piezas, es vicepresidente del colectivo Art Farró-Putxet, que agrupa a 28 artistas del distrito. Su afición pictórica fue tan precoz que a los 7 años ponía excusas para no ir al cole y quedarse en casa pintando.

—¿En esta pasión por el arte ha influido su familia?

---Entonces no era frecuente que saliera un artista en una familia, pero

los genes mandan. Mi abuelo era poeta, mi padre tocaba el chelo y la tenora, un tío era pintor y escultor... y mi abuelo paterno tocaba el chelo con Pau Casals.

—¿Y con estos antecedentes aún tuvo problemas para poder pintar?

---A los 17 años le comenté a mi padre que quería ser pintor. Y me respondió que me buscara un oficio. Entré en un laboratorio de fotografía y me dieron la escoba. Después pasé a revelar fotos.

—¿Cuando se independizó?

---A los 20 años monté un laboratorio y hacía fotos de obras de arte. Ahí empezó mi viacrucis profesional.

—¿En que consistió el viacrucis?

--Dí clases de pintura, diseñé estampados y monté una tienda de fotografía. También trabajé en un estudio de cine publicitario. Rodábamos un espot tras otro de detergentes, de coches. Eran los años 50. Me acuerdo de los rodajes con Teresa Gimpera.

—¿Compaginaba trabajo y pintura?

---Sí, porque la pintura me ha dado vida pero yo no he vivido de ella.

—¿Por qué hay tan pocos artistas que vivan de la pintura?

--Porque hay poca cultura de arte y no se valora. La gente cree que por entrar en una galería está obligada a comprar. Por eso el que no tiene nombre no puede vivir del arte.

—Y los que pueden comprar obras a veces lo hacen como inversión ¿No es una forma de prostituir el arte?

—Sí, creo que lo prostituye. Si compras un cuadro debe ser porque te gusta. Pero si es como negocio es una especulación que a mí no me va.

—Entonces, ¿qué alternativas hay? —Convertir la pintura en unhobby y no en una profesión.

—Eso, respecto al artista ¿y respecto al público?

—El aprendizaje debe comenzar en la infancia. Hay que enseñar a los niños y llevarlos a ver exposiciones. La plástica debe ser una asignatura potente y no algo sin importancia.

—Está al pie del cañón con 72 años.

—Pinto todas las mañanas. Por las tardes, fiesta. Me he impuesto un horario y una disciplina. Espero morirme con el pincel en la mano.

—¿Qué le ha aportado la pintura para que la viva con esta intensidad?

—Es una necesidad que tengo. Pinto hasta los domingos. Investigo técnicas, una la descubrí por azar al salirme mal una foto. En lugar de tirarla la abandoné en una mesa y comprobé que habían variado los tonos. Así empecé a hacer quimigramas.

—¿Qué son?

—Tienen tres colores: negros, ocres y blancos. Parte de la fotografía y se completa con elementos pictóricos. Se expone una hoja de papel fotográfico a la luz de una lámpara y con un pincel untado en revelador se traza la imagen que quieres hacer. El tono va subiendo hasta quedar negro. Los marrones se logran uniendo dos productos: revelador y fijador.