CONSUMO EFICIENTE

Una mayor eficiencia mitigaría los efectos de las sequías

Terreno afectado por la sequía

Terreno afectado por la sequía

Julio Márquez / Barcelona

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El clima mediterráneo es para todos un motivo de orgullo. Es el sinónimo de disfrutar de temperaturas suaves, poca frecuencia de lluvia y la posibilidad de hacer vida en la calle los 365 días del año. Es un tesoro y una envidia a nivel mundial, atrayendo turismo todos los meses del año.Sin embargo, el oasis mediterráneo también tiene inconvenientes. Se trata de un clima irregular y esto conlleva frecuentes episodios de sequía, sobre todo en las cuencas internas, donde se concentra la mayor parte de la población.

Catalunya en los últimos 100 años ha sido susceptible de varios episodios de sequías moderadas y rigurosas. Los últimos casos fueron en 1973, 1985, 1988 y 2008, donde hubo afectaciones importantes para diversos usos del agua y se estuvo cerca de afectar al suministro de Barcelona.

El cambio climático plantea la necesidad de ser más eficientes en el uso del agua, la cual se va a ver reducida a medio y largo plazo, ya que disminuirán las lluvias, las nevadas y, en consecuencia, el caudal de los ríos. Hay que tener en cuenta que la sequía es el riesgo natural que afecta a más población y que más daños económicos causa. A día de hoy, el estado de las reservas de aguas en las cuencas internas es del 51%. Por ese motivo están activas las medidas que el Plan de Sequía establece en la fase de prealerta, una vez las reservas se sitúan por debajo del 60%.

En estado de prealerta se llevan a cabo medidas de anticipación, sin efectos directos sobre los usuarios, como el incremento de la aportación de las plantas desalinizadoras o la preparación de las infraestructuras de reutilización, para posibilitar su utilización para uso agrícola o ambiental en caso de situarse en fase de alerta, con unas reservas inferiores al 40%. Las limitaciones sobre el consumo de las personas solo tendrían lugar en situación de emergencia, llegados a unos niveles de las reservas por debajo del 20%.

Soluciones innovadoras

La sequía, igual que el cambio climático, depende de todos. El ahorro de agua empieza por las pequeñas acciones en el uso doméstico del agua por parte del ciudadano; pasa por la innovación de las compañías de agua en busca de una mejor eficiencia, apostando por técnicas como la reutilización de agua en el uso industrial o en la agricultura; y llega a la pedagogía y divulgación de la importancia de cuidar el medioambiente y el agua desde las instituciones.

Aigües de Barcelona es un claro ejemplo de ello y ha desarrollado una serie de medidas de mejora en la eficiencia del agua contempladas en su Plan de Acción 2020. La estrategia incluye diez grandes compromisos ligados a las personas, el agua y la ciudad, y se concretan en 24 objetivos a conseguir mediante diversas acciones e iniciativas. Este plan de acción se materializa a través del Programa de Mejora de la Eficiencia Hidráulica, que tiene como reto incrementar en 1,5 puntos el rendimiento del sistema a finales de 2017. La mejora equivaldría al consumo anual de una ciudad de 68.500 personas.

La Tribuna: Francesc Mauri

E<span style="font-size: 1.6rem;">n Barcelona llueve más que en Londres. Según el Observatorio Fabra, en Barcelona, la media de precipitación anual es de 621 litros/m2. Mientras que, según el Greenwich Park, en Londres es de 557 l/m2. Es curioso el hecho de que, en Barcelona, hay 54 días de lluvia de media anual. Por su parte, en Londres, llueve durante 110 días. La conclusión es clara, en Barcelona, pese a llover moderadamente durante el año, llueve de forma irregular, mal repartida, mal gestionada y mal aprovechada.</span>

Actualización tecnológica

Esta mejora es destacable, si se tiene en cuenta que ya actualmente el índice de eficiencia hidráulica de los 4.500 kilómetros de red gestionada por Aigües de Barcelona es muy satisfactorio, situándose 10 puntos por encima de la media de los abastecimientos de Catalunya, según el Idescat. Respecto a las acciones para reducir las pérdidas comerciales, se está llevando a cabo una campaña de actualización tecnológica del parque de contadores, con contadores más precisos y con un sistema de telelectura incorporado. Además, se ha desarrollado una aplicación que permite identificar de forma automática posibles fraudes.

Entre las medidas de desarrollo sostenible de Aigües de Barcelona, están la apuesta por la economía circular, la gestión eficiente del ciclo integral del agua, la educación en el valor del agua (Barcelona está entre los núcleos de población desarrollada que menos consume por persona: 105 l/habitante, lejos de los 124 l/habitante de Madrid), la lucha contra el cambio climático, la apuesta por una ciudad más inteligente y resiliente, el respeto por los derechos básicos de los ciudadanos (Aigües de Barcelona no ha cortado el agua ante ninguna situación de vulnerabilidad), diálogo con grupos de relación, la reutilización, impulsar un tejido empresarial joven y el cuidado del entorno.

Retos de futuro

El 'boom' turístico de Barcelona ha repercutido en una ocupación en el sector turístico en torno al 90%, con un ritmo de crecimiento superior al 16% anual. Aunque el turismo es bueno para la economía, trae consigo retos de sostenibilidad. Ante esta tesitura es importante plantearse qué limites no habría que traspasar, para no poner en riesgo los derechos elementales de los ciudadanos barceloneses, como el acceso al agua potable y el saneamiento.

Desde el año 2000 hasta 2014, las cifras de consumo de agua en el área metropolitana de Barcelona han experimentado un gran descenso: en el año 2000, 130 litros por habitante y día, en 2014, 101,1 l/hd. En 2015 y 2016, han visto como aumentaba a 102,2 l/h/d y 103,6 l/h/d, respectivamente. Datos que pueden deberse a los efectos del crecimiento del turismo en el consumo.

Para José Luis Gallego, divulgador ambiental, urgen campañas informativas dirigidas a los turistas, acompañadas de una tasa ecológica que penalice severamente a los que persistan en el malgasto: “Avanzar hacia un uso más responsable del agua en el sector turístico es uno de los principales retos para garantizar la sostenibilidad de un modelo que, en opinión de muchos, está empezando a morir de éxito”, concluye.

El caso de éxito del 2008

<span style="font-size: 1.6rem;">En el año 2008 tuvo lugar <strong>la peor sequía en Catalunya</strong> de los últimos 70 años. Un episodio que fue de abril del 2007 hasta enero de 2009, hasta la derogación del Decreto de Sequía. Hubo 15 meses seguidos sin precipitaciones en las cabeceras de los ríos, las reservas de agua en los embalses del Ter y del Llobregat descendieron hasta el 20,3% de su capacidad, con los principales acuíferos en mínimos históricos y con 4.400 noticias publicadas en relación a la sequía solo durante los meses de abril y mayo de 2008.</span>