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Ciudad de México: Luz y color

Donde la vida celebra la muerte

Entre desfiles de alebrijes, comida callejera y arte eterno, la capital mexicana vibra durante el Día de los Muertos

Una metrópoli donde el pasado sigue vivo y el presente se escribe con arte y sabor

Una metrópoli donde el pasado sigue vivo y el presente se escribe con arte y sabor / Cedida

Albert Falcó

Albert Falcó

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En Ciudad de México, el pulso de la vida se siente con más fuerza que nunca durante el Día de los Muertos, una de las fiestas más emblemáticas de México. Cada noviembre, el aroma de las flores de cempasúchil, los desfiles de alebrijes y catrinas y los altares dedicados a los seres queridos llenan la ciudad de luz y color. Más que una conmemoración, es un canto colectivo a la memoria y a la alegría de vivir.

Pero la capital mexicana invita a explorar mucho más. Un buen punto de partida es Xochimilco, con sus canales milenarios y trajineras multicolor, donde la música de los mariachis y los sabores locales acompañan un paseo inolvidable. Desde allí, la ruta puede continuar hacia el centro histórico para admirar la parroquia y exconvento de San Bernardino, joya colonial construida por los franciscanos en el siglo XVI y que sigue siendo testigo de la historia viva de la ciudad.

Más que una conmemoración, es un canto a la memoria y a la alegría de vivir

El viaje prosigue hacia Coyoacán, el barrio bohemio que respira arte y tradición. Caminar por sus calles empedradas conduce a las casas Azul y Roja, donde Frida Kahlo dejó su huella personal e inconfundible. El recorrido cultural se amplía con una visita al Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec con su mirador y su Museo de Arte Moderno, lugares que narran la historia y la creatividad del país.

Para descubrir el corazón más auténtico de la capital, nada como un paseo por la Central de Abasto, el mayor mercado de Latinoamérica, donde se mueve buena parte de la economía gastronómica del país. Muy cerca, el proyecto Utopía Meyehualco busca transformar barrios con espacios deportivos, culturales y de bienestar, una iniciativa que pretende replicarse en otras zonas desfavorecidas. También avanza la construcción de funiculares sostenibles, que conectarán las comunidades periféricas con el centro, apostando por una movilidad más verde, sostenible e inclusiva.

Dos estrellas Michelin

Y como no podía ser de otro modo, el viaje termina en la mesa: desde la comida callejera hasta una taquería con más de 70 años, El Califa de León, con una estrella Michelin, la gastronomía mexicana se disfruta con todos los sentidos.

Ciudad de México es una mezcla única de tradición, arte y sabor. Una ciudad que, además, será sede de la inauguración del Mundial de Fútbol 2026, lista para volver a deslumbrar al mundo.