Aún existe un gran desconocimiento entre la ciudadanía

Europa tiene una de las legislaciones más avanzadas del mundo

La legislación europea garantiza los derechos fundamentales de los ciudadanos

La legislación europea garantiza los derechos fundamentales de los ciudadanos

ALBERTO LARRIBA / Barcelona

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Es ciudadano de la Unión Europea toda persona que tiene la nacionalidad de un Estado miembro de la UE. Esa condición le garantiza una serie de derechos, muy útiles en el día a día, y le ofrece diversos canales para que su voz se oiga en Europa. La legislación europea defiende desde principios tan fundamentales como el derecho al voto o a la libertad, hasta cuestiones más prácticas como la indemnización por el retraso de un avión o el pago de tarifas justas en el sector de la telefonía móvil. Tanto el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea como la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE recogen la lista completa de los derechos de los ciudadanos europeos.

Los informes y encuestas realizadas hasta el momento señalan que hay una falta de conocimiento generalizado sobre los derechos. “El 60% de los inmigrantes y de minorías no saben o dicen no estar seguros de que existan leyes que prohíben la discriminación por razón de origen étnico o racial”, declara Blanca Tapia, portavoz de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales. Incluso cuando se conoce el derecho, normalmente lo que falta es saber a dónde acudir en caso de que sea violado. “Tan solo el 10% de los casos de discriminación por orientación sexual son denunciados”, revela Tapia. La razón principal es que “las víctimas creen que el hecho de denunciar no va a cambiar nada las cosas”.

Los ciudadanos tienen la responsabilidad de hacer valer sus derechos

Para Tapia, “la UE tiene una de las mejores legislaciones de no discriminación y de protección de derechos humanos del mundo”, pero “la responsabilidad de hacerlos realidad depende de los ciudadanos”, afirma. Todos los derechos fundamentales establecen unos estándares mínimos que aseguran que una persona sea tratada con dignidad. Cada violación de derecho supone una violación de la integridad de la persona. “Todos deben ser respetados, protegidos y fomentados”, sostiene Tapia, que cita “al pueblo gitano, las personas con problemas mentales, los transexuales y los niños” como los colectivos “más vulnerables” a ver violados sus derechos.

Cómo actuar

En caso de violación de los derechos, el ciudadano tiene que dirigirse a la autoridad o institución competente de su país o del país donde se produjo la violación. Todos los estados de la UE han establecido instituciones especializadas en dar información con respecto a la violación de derechos. Desde la existencia de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, cada vez hay más referencias a la misma ante tribunales nacionales como ante el Tribunal de Justicia de la UE. Una vez que se ha extinguido la vía judicial nacional, las víctimas pueden también acudir al Tribunal de Derechos del Consejo de Europa, en Estrasburgo.

Analizando los casos que han sido ya tratados por la Corte Europea de Derechos Fundamentales, los países con mayor número de casos pendientes en números absolutos (no en relación a su población) el año pasado son Rumanía (88), Hungría (42), Italia (39) y Grecia (38). España tuvo que enfrentarse a 12 casos el año pasado. Según Tapia, el 98% de los casos que llegan a la Corte Europea de Derechos Fundamentales se consideran “sin fundamento”. De los casos que pasan a trámite, la mayoría de los veredictos señalan la violación de algún derecho. Igualmente, hay grandes diferencias entre países. Por ejemplo, de los 12 casos contra España el año pasado, en 7 se encontró una violación, en 4 no, y otro acabó con un acuerdo entre las partes.

Muchas víctimas creen que el hecho de denunciar no va a cambiar nada las cosas

La portavoz de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales tiene claro que “los derechos humanos están vivos y evolucionan”. El derecho a un medioambiente limpio y saludable no existía hace algunas décadas. Desde ese punto de vista, “siempre habrá derechos por conquistar”. Lo importante, asegura, es que los derechos que figuran sobre el papel sean “implementados y disfrutados en el día a día de las personas”. En este sentido, la crisis socioeconómica ha supuesto una reducción en presupuestos y en recursos, que en parte estaban dedicados a implementar derechos, financiar la justicia y las instituciones de derechos humanos y oenegés. “Estos recortes presupuestarios han debilitado los cimientos que hacen realidad los derechos fundamentales”, lamenta Tapia, que anima a seguir perseverando para conseguir una sociedad europea más justa e igualitaria.

Derechos fundamentales

Todos los ciudadanos europeos deberían conocer y, en caso de ser necesario, ejercer todos sus derechos. Entre otros, los ciudadanos de la UE tienen el derecho de votar y de presentarse como candidatos a las elecciones municipales y europeas aún residiendo en otro país de la UE en las mismas condiciones que los nacionales; pedir protección consular en la embajada o consulado de cualquier país de la UE; recibir prestaciones de seguridad social en el país que coticen; solicitar protección contra prácticas comerciales abusivas; plantear quejas y denuncias de ámbito comunitario al Parlamento Europeo; pedir la intervención del Defensor del Pueblo Europeo ante una mala gestión administrativa por parte de instituciones y organismos de la UE; presentar una iniciativa legislativa (se requiere un mínimo de un millón de firmas); usar el móvil a precios razonables...