Pocos futbolistas pueden presumir de tener la vitrina de trofeos tan llena como él. El defensa es el tercer jugador en la historia del Barça con más títulos (30), solo por detrás de Leo Messi (35) y Andrés Iniesta (32). También cabe destacar su etapa en el Manchester United entre 2004 y 2008 antes de llegar al primer equipo azulgrana, la cual incluyó una cesión en el Real Zaragoza (2006-2007).

Por si fuera poco, Piqué también ha saboreado el éxito con la camiseta de la selección española, con la que levantó la Copa del Mundo de 2010, disputada en Sudáfrica, además de proclamarse campeón de Europa en 2012, en ambas ocasiones bajo las órdenes de Vicente del Bosque.

Polémicas extradeportivas al margen, Piqué ha dejado huella en el Barça. Pero, ¿es el mejor central de la historia del club? Carles Puyol, su fiel acompañante en la zaga en la época culé más dorada, también presenta sus credenciales. Opinan los especialistas de EL PERIÓDICO Emilio Pérez de Rozas, Marcos López y Albert Guasch.

"Otros saben más que yo de fútbol para decir que Gerard Piqué ha sido el mejor central de la historia del Barça. Yo creo que no. La historia del Barça es demasiado larga como para decir eso. Una cosa sí es cierta: el mejor Piqué fue fabuloso, f-a-b-u-l-o-s-o. Por muchas cosas, sí, pero, sobre todo, por presencia, envergadura, capacidad, intimidación y salida de balón, que es lo que se pide ahora (cosa que no se reclamaba antes) a los centrales. Pero papá contaba (yo no lo vi jugar) que Gustavo Biosca era portentoso. Y yo ya vi sobre el césped, con la Leica M3 que me dejaba papá, a Francisco Fernández 'Gallego’, de Puerto Real (Cádiz), al portentoso ‘Tarzán’ Migueli y al (casi) único Carles Puyol".

Sí y no. Sí porque ha sido indiscutible y capital pieza en el mejor Barça de la historia. Un equipo perfecto. Era el equipo de Pep Guardiola capaz no solo de conseguir todos los títulos, sino de alcanzarlos desde la belleza de un fútbol irresistiblemente eficaz y contundente, inalcanzable para los rivales. Lo es Piqué porque encarna mejor que nadie el retrato casi ideal de un central. Elegante, inteligente, dueño de una privilegiada lectura del juego, capaz de dominar los partidos. No era rápido de piernas, pero sí de mente. Y no es el mejor central de la historia del club porque necesitó conectarse con la complicidad y la sabiduría de Puyol para alcanzar su verdadera plenitud como defensa.

De Gerard Piqué siempre se ha destacado su capacidad para jugar bien en los grandes partidos. Nunca fue futbolista de tembleque en las piernas. De personalidad, chulería y seguridad en sí mismo, sobrado. De clase y lectura del juego, también. Piqué, tan poliédrico él, tan locuaz y tan disperso, fue ante todo un extraordinario futbolista. ¿El mejor central? Al gusto de quien esto firma, la respuesta no puede ser otra que posiblemente. Le acredita la titularidad indiscutible en el mejor Barça y en la selección española campeona del mundo. Como Puyol, sí, pero Piqué siempre tuvo más. La paradoja: el central, profesión para feos, con bigote y mala uva, encumbró a lo más alto a un tipo apuesto e inteligente como pocos.

Piqué ha sido protagonista de numerosos capítulos polémicos fuera del campo, aunque dentro de él también ha sido expulsado en 10 ocasiones como jugador del Barça. Algunas de sus palabras han quedado en el recuerdo de muchos.

Compañeros y adversarios han valorado la retirada de Piqué, algo que no ha dejado indiferente a nadie, tanto por la trayectoria que ha tenido el central culé como por su repentina manera de anunciarlo.