Fútbol femenino

De la prohibición a los récords

El fútbol femenino tiene hoy el reconocimiento general pero el camino hasta conseguirlo ha sido largo. Está en el lugar que soñaban las pioneras de este deporte.

La mejor jugadora del mundo, Alexia Putellas, debe mucho a su esfuerzo propio y al de las mujeres que desde hace 140 años han jugado pese a prohibiciones y rechazo social.

Los primeros encuentros entre equipos femeninos se disputan en 1881 entre Escocia e Inglaterra.

Suscitan controversia. Uno de ellos se acaba cuando cientos de hombres saltan al terreno de juego.

Las jugadoras escapan en medio de peleas entre espectadores y policías. Los partidos no tienen continuidad.

Pasan 13 años. En 1894, la joven inglesa Nettie Honeyball pone un anuncio en un diario para reclutar a mujeres para un equipo de fútbol.

Se apuntan 30 y se organizan dos equipos. Entrenan en los parques públicos de Londres. Así nace el British Ladies Football Club.

En el equipo juegan la escocesa Helen Matthews, con el apodo de Mrs. Graham, y una de las primeras jugadoras negras, Emma Clarke.

Después, Graham crea también su equipo, conocido como El once de Mrs. Graham.

Las asociaciones de fútbol ponen dificultades a los partidos de mujeres por lo que va perdiendo fuerza, hasta la Primera Guerra Mundial, cuando se reactiva.

Con miles de hombres enviados al frente, las mujeres asumen los roles masculinos tradicionales en el trabajo y el juego.

Aparecen múltiples equipos de fútbol. Muchos partidos sirven para hacer colectas para los heridos en la guerra.

El más equipo más popular es Dick Kerr Ladies, que llena estadios de hasta 53.000 personas.

En 1921, la federación inglesa de fútbol prohíbe el fútbol femenino.

PASAN CASI 50 AÑOS

En 1970, países como Bélgica e Inglaterra retiran el veto a la práctica de este deporte.

En 1970 se crea también el equipo femenino blaugrana, por iniciativa de Inma Cabecerán, quien convence al entonces presidente del Barça, Agustí Montal, para publicar un anuncio para captar jugadoras.

El día de Navidad juegan en el Camp Nou ante 60.000 espectadores. No pueden utilizar la camiseta blaugrana ni el nombre del equipo. Se le llama Selecció Ciutat de Barcelona.

Y España juega su primer partido contra Portugal en 1971. El fútbol se reconoce en 1980 y un año más tarde se crea el primer trofeo, la Copa Reina Sofía, que se convertirá en el Campeonato de España femenino.

Aunque las barreras legales caen, las sociales tardan más.

En Estados Unidos, en 1979, un entrenador tiene que demostrar con un certificado que el deporte no es dañino para las niñas, pues algunos padres creen que podrían quedarse estériles.

En 1991 se celebra en China el primer Mundial, con 12 equipos. Las norteamericanas están seleccionadas. En lugar de una bonificación económica, reciben un pack de camisetas.

En esa década, el fútbol femenino crece y comienza a batir sus récords de público.

Más de 90.000 aficionados asisten a la final del Mundial entre Estados Unidos y China en 1999.

Entre ellos está el entonces presidente Bill Clinton. El récord de asistentes se mantiene hasta 2022, cuando se bate en el Camp Nou.

Aumentan las competiciones, las ligas y los trofeos.

El Mundial de Francia de 2019 marca un antes y un después porque es el primero que tiene un tratamiento similar al masculino.

El país anfitrión abre sus mejores estadios.

Existen patrocinadores y derechos de televisión de 12 millones de euros.

La brasileña Marta Vieira da Silva se convierte en la jugadora que más goles ha anotado en la historia de los Mundiales. La FIFA la ha elegido seis veces mejor jugadora.

Las futbolistas más icónicas tienen un impacto más allá del campo, en la reivindicación de causas.

Tras ganar su cuarto Mundial, la selección estadounidense rechaza ir una recepción en la Casa Blanca, con el presidente Trump, por sus políticas machistas, homófobas y racistas. Las capitanas dejan claras sus razones.

“Supongo que, por el hecho de ser mujer y homosexual, siento una mayor empatía respecto a las personas que no se encuentran en una posición dominante”

Megan Rapinoe

“Jugaba en el mejor equipo de mundo y estábamos viajando en las últimas filas de los aviones, mientras los hombres, que no consiguen clasificarse para un Mundial, van en aviones chárter”

Alex Morgan

Las estrellas del fútbol femenino brillan en todos los continentes.

Cuando comienza a jugar, la nigeriana Asisat Oshoala engaña a sus padres para ir a entrenar diciéndoles que queda con amigos.

Sus padres no quieren que juegue. Oshoala les pide un año de confianza. Si no consigue convertirse en una futbolista profesional en ese tiempo, lo deja.

Pero lo logra.

Asisat Oshoala gana cinco veces el premio a Mejor Jugadora Africana, superando a dos leyendas como Touré Yaya y Samuel Eto’o.

En el Barça, Alexia Putellas se convierte en la única deportista española, mujer o hombre, con dos Balones de Oro en su haber, mientras el equipo es el único español en ganar la Champions y también el triplete.

El sueño de las pioneras como Nettie Honeyball, Mrs. Graham e Inma Cabecerán se ha cumplido.