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Andà p'allá, bobo

Vinicius y Lamine Yamal, los putos amos

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Cuentan que Leo Messi era algo inimaginable. Cuentan auténticas barbaridades de él. Cuentan tales cosas de él, que cuando las explican nadie se las cree. ¿Nadie? ¡Nadie! “Eso no puede ser verdad, Messi no es así”. ¿No?, vale, pues Messi no es así.

Es decir, que Messi no se burló del Tata, no, que va. Vale, no es cierto, que cada vez que el Barça firmaba un contrato millonario con un gran patrocinador, el papá de Leo se presentaba en el despacho del presidente de turno para pedirle “qué hay de lo nuestro, porque ustedes han firmado ese cuantioso contrato porque Leo está en el Barça”.

Y es mentira, también, sí, que, a veces, Leo utilizaba a los fisios para enviarles mensajes a los compañeros que, el día antes, en el partido no le habían visto a él desmarcado y prefirieron chutar alto, fuera y mal. “Leo me han dicho que estás enfadado conmigo porque ayer no te la pasé el balón”. “¿Yoooooo?, qué dices, ¿quién te ha dicho eso?, no hagas caso”. Ya, sí.

Xabi Alonso y Hansi Flick necesitan tanto, tanto, a Vinicius Jr. y Lamine Yamal, que están dispuestos a mirar hacia otro lado cuando sus futbolistas hacen y dicen lo que les viene en gana. Entre otras cosas porque cuentan, además, con el visto bueno de sus presidentes, enamorados de ellos.

Pero Messi no hizo jamás, nunca, nada de lo que ha hecho Vinicius Júnior. Leo jamás tuvo la actitud, los gestos, los desplantes, la verborrea, el enfado, la rebeldía que ha demostrado Vini ante Xabi Alonso, que, al parecer (¡allá él, Xabi, ya se lo encontrará, es el eslabón débil de la cadena), no le ha tenido en cuenta todos esos gestos despectivos hacia su persona y, dicen (yo no me lo creo) que ya le ha perdonado.

Messi no era así

Messi tampoco se fue a Croacia en un viaje de placer con su chica y montado en un helicóptero estando lesionado de una lesión que requería, sobre todo, descanso. Ni acudió a una divertida charla con tuiteros para burlarse del Real Madrid, a horas del clásico. Ni, 48 horas antes de pisar el Santiago Bernabéu, lanzó un penalti, a las diez de la noche, estando lesionado. Ni, a los tres días, se fue de fiesta a Milan.

Messi no hizo nada de todo eso y, si lo hizo, nadie se enteró, no fardó en las redes de que lo había hecho. Messi era el puto amo, ¡claro que era el puto amo!, pero luego dejaba boquiabierto al mundo entero, no a medio mundo, no, al mundo entero, vistiendo la camiseta azulgrana. Messi, lo crea o no la gente, diga lo que diga Joan Laporta y todos los que le recomendaron que no le renovara (faltando a su promesa electoral), se pagaba solo.

Un membre del cos tècnic subjecta Vinícius al final del clàssic del Bernabéu. | BERNAT ARMANGUE / AP

Un miembro del cuerpo técnico del Real Madrid sujeta a Vinicius en el clásico. / EL PERIÓDICO

Pero alguien decidió que el Barça ya no lo necesitaba. Y el mismo que tomó esa decisión ha decidido, ahora, entregarle las llaves del club a un niño mimado de 18 años, llamado Lamine Yamal. Y es que Laporta piensa que si pierde a Lamine Yamal o Lamine Yamal se pierde solo, él cae detrás. Y por eso ni el presidente, ni Rafa Yuste, ni Deco, ni Alejandro Echevarría, ni Ferrán Olivé, ni Bojan Krikic, ni mucho menos Enric Masip, se atreven a abrir la boca ante las graciosidades que protagoniza Lamine Yamal.

No crean, en la Casa Blanca, pese a tener los ejemplos de Cristiano Ronaldo o, sin ir tan lejos, el de Kyllian Mbappé, pasa algo parecido con Vinicius. Lo de Vini, como lo de Lamine Yamal, estaba anunciado, cantado, se veía venir, pero son tan buenos, tanto, que su fútbol (de momento) cierra las bocas que consideran que ni ellos, ni el club, ni su entrenador, ni sus compañeros merecen asistir a actitudes como esas.

Pero es que tampoco los compañeros de un lado y otro son capaces de llamarles la atención. Lo conté el otro día y lo repito hoy: De Jong, en lugar de reñir a Carvajal, debió aconsejar antes a Lamine Yamal, pero el holandés también necesita las filigranas del niño de oro para sobrevivir en el Barça.

Estaría bien, muy bien, que no olvidásemos la protección, el mimo y cariño que Florentino Pérez tiene por Vinicius Jr., al que llegó a sentar a su lado en la primera fila del palco del Santiago Bernabéu.

De la misma forma que Courtois, capaz de reírse del Barça “porque después de tantos años aún no puede inscribir futbolistas”, tampoco es capaz de decirle a su compañero que ya vale de desplantes y dejar en ridículo a sus compañeros.

Puede que Vinicius y Lamine Yamal piensen que es mejor tener de su lado a Florentino Pérez y Joan Laporta que a Xabi Alonso y Hansi Flick o a Valverde y De Jong. No seré yo, o sí, quien recuerde que ‘Flo’ ha sentado, por vez primera en la historia del Real Madrid (¡anda que no ha tenido galácticos ese club!), a Vinicius Jr., a su lado en la primera fila del palco del Bernabéu. Eso no había ocurrido nunca. Tampoco recordaré, o sí, que ‘Flo’ ha detenido un avión repleto de gente que iba a la gala del Balón de Oro porque a Vini no le parecía bien ir.

Así que bien harán, o no, no, Xabi Alonso y Hansi Flick en tragarse todo lo que piensan de las actitudes y comportamientos de Vinicius Jr. y Lamine Yamal. Los necesitan tanto, tanto, que mañana serán titulares con la excusa y la idea de que sería idiota castigarles, aunque una multa de unos cuantos miles de euros no les iría mal, igual es el único idioma que entienden, el del dinero. Nadie se pega un tiro en el pie.

Por eso se creen los putos amos, porque nadie les ha dicho que no lo son.

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