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Opinión | Apunte

Vinicius sí que es un problema

Vinícius, delantero del Real Madrid, durante el pasado clásico frente al Barça.

Vinícius, delantero del Real Madrid, durante el pasado clásico frente al Barça. / Afp

Vivir a caballo entre Barcelona y Madrid no sólo te acumula puntos en las tarjetas de turno. Sumas a tu existencia un plus de paciencia a la que te obligan los desplazamientos y la que te genera la convivencia con la que en su día bautizó Joan Laporta como ‘caverna mediática’. Los últimos días, los previos al clásico y los posteriores, han sido tan descriptivos como agotadores. Pero, sobre todo, clarividentes.

Ocurre en muy pocas ocasiones pero cuando pasa, es casi tan magistral y con tantos matices como lo último de Rosalía. En la capital arremetieron contra Lamine Yamal cuando faltaban 48 horas para el enfrentamiento contra el eterno rival. Pero no contaban con que la imagen más viral y más lamentable la iba a protagonizar Vinicius. Aún cuando son conscientes de la bomba de relojería que tienen en el vestuario, enfocaron al chaval blaugrana con cierta anuencia del colectivo más veterano del barcelonismo.

Una, menopáusica diagnosticada, hace un esfuerzo por entender las nuevas normas de la generación de la que ya no sé ni la mayúscula que la describe. Pero la empatía siempre suma. Demostrado. Lamine Yamal vive entre la tradición del fútbol real (de la que cobra) y lo que le motivan ciertos inventos virales (que también). En ese contexto superficial dio munición a un enemigo que, hasta que no vista la camiseta de la selección, no le van a perdonar ni una.

Pero, ¡oh, sorpresa!, el mismo madridista que multiplicó sus calenturas en el Bernabéu por obra y gracia del jugador del Barça, horas después decide hacerle la cruz a uno de los suyos. Ahora, sí. Cuando los entornos soplan en contra del brasileño a la par que Florentino Pérez da más o menos velocidad al ventilador en función de las ofertas. Ellos no están divididos. Van todos a una. El culer sí lo está. Porque muchos entienden que lo importante no es si Lamine Yamal se sube a un helicóptero o se va a hacer un ‘bolo’. Preocupa y ocupa su vida dentro y fuera de la enfermería. Lo trascendente debería ser por qué no está al nivel y cuándo se recuperará de su pubalgia, siendo la última causa de la primera.

Otros, como Joan Gaspart, lo ponen en el mismo plano de riesgo que a Maradona. Mal e inadecuado. Porque atizas a un chico que tiene mucho que aprender y corregir pero que no ha traspasado ningún límite mientras, 600 kilómetros más allá, todos saben que Vinicius es irrecuperable tras años de paños calientes. A veces deberíamos tomar nota de cómo gestionar la discreción y los tiempos antes de empujar a alguien a las brasas.

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