Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

RUGBY

Sudáfrica evoluciona su rugby desde el supremacismo físico al "caos inteligente" del ‘Tonyball’

Erasmus ha encomendado al neozelandés Brown la implementación de un juego más fluido y diversificado en ataque sin perder su impronta tradicional

Imagen de un partido del último Championship entre Sudáfrica y Neuva Zelanda

Imagen de un partido del último Championship entre Sudáfrica y Neuva Zelanda / South Africa Rugby Federation

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Madrid
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todas las historias tienen un principio. Y la del fichaje de Tony Brown por la selección sudafricana de rugby arranca pocos meses después de que los Springboks ganasen el Mundial en Francia, cuando el que fuera apertura de los All Blacks recibió dos llamadas. La primera fue de Scott Robertson, el seleccionador de Nueva Zelanda. La segunda, de Rassie Erasmus, el entrenador de Sudáfrica. Las dos grandes potencias del sur requerían sus servicios y Brown tomó la decisión basándose en la lealtad que guarda a su amigo Jamie Joseph, quien fue descartado para el puesto de entrenador principal de los All Blacks, para el que designaron a Robertson. Así que dio el sí a Erasmus, lo que generó mucho ruido en Sudáfrica.

Evolucionar desde el 'caos'

Rassie era consciente de que después de encadenar dos títulos mundiales, necesitaba dar una vuelta de tuerca a su propuesta de juego si quería aspirar a ser la primera selección de la historia en ganar tres copas del mundo consecutivamente. Y para evolucionar su modelo eligió dar un salto mortal pasando del supremacismo físico con el que han arrasado a sus rivales, gracias entre otras soluciones brillantes a la 'Bomb Squad', a incorporar a Brown y su apuesta por la "generación de caos". Sudáfrica, que pasa por ser el equipo más físico del planeta, apuesta así por evolucionar su modelo.

Brown, descendiente de maoríes de la tribu Ngapuhi en la península de Northland, presentaba una hoja de servicios respetable en la que además de incluirse 18 caps con los All Blacks, también pasado discretamente por los Highlanders y en Otago, además de trabajar como entrenador de ataque en varios clubes. Y desde que desembarcó en el campamento bokke comenzó a implementar una filosofía de juego mucho más expansiva. La idea lejos de ser nueva, ya advertía en los 70 el maestro galés Carwyn James que "en el rugby se ataca desde cualquier punto del campo", era chocante para un equipo como Sudáfrica, basado en el despliegue físico, la posesión y el desgaste defensivo.

El 'Tonyball', como se bautizó la propuesta de Brown, chirriaba a los puristas del rugby físico sudafricano, pero Erasmus encargó a Brown desarrollar una especialización ofensiva que ha provocado la creación de nuevas estructuras de juego, la multiplicación de los off-loads y los consiguientes apoyos, y una mayor circulación de pelota. No solo se trataba de incrementar la variedad ofensiva, también de preparar mejor a los jugadores para superar defensas bien organizadas como las de neozelandeses, ingleses, irlandeses o franceses.

De repente, la Sudáfrica que castiga el eje con cargas infinitas de sus mastodónticos portadores apuesta por hacer ancho el campo, lo que dispara sus alternativas ofensivas y exige a los rivales cubrir más áreas del campo. Ya no solo hay que defender el maul y los impactantes 'drives' de su delantera en los canales centrales levantando pelotas cerca del ruck, ahora se disparan las llegadas a los canales externos y las posesiones rápidas ponen en juego a sus poderosos finalizadores exteriores.

Esta transición ha generado, como no podía ser de otra forma, algunos contratiempos imprevistos, como la derrota ante Australia (22-38) después de colapsar tras colocarse 22-0 arriba. Ese 'caos' en el que Brown está enseñando a trabajar a los bokkes ha provocado alguna contratiempo como el incremento de la pérdida de balones o la inferioridad en el 'breakdown' en otras ocasiones, pecado capital en Sudáfrica que ha generado algunas críticas.

Especialistas ofensivos, jugadores 'híbridos'....

Sin embargo, la aparición de nuevos jugadores de enorme potencial ofensivo como Sacha Feinberg-Mngomezulu, la utilización de jugadores 'híbridos' capaces de actuar en la delantera y en la línea, y el aumento de la fluidez ofensiva le han permitido cerrar victorias de enorme producción ofensiva ante Nueva Zelanda (43-10) y Argentina (67-30) en las jornadas finales del pasado Champhionship. Los Springboks han logrado aumentar la amplitud de maniobra, pero necesitan que no provoque una pérdida de densidad de juego. Y necesitan que esas buenas actuaciones ante kiwis y Pumas dejen de ser episódicas y se conviertan en una línea consistente.

Si lo llevamos al análisis estadístico esto se traduce en un descenso del tiempo a la hora de levantar la pelota de los rucks, un aumento sustancial de los pases, de las cortinas defensivas rotas y los rivales superados. Pero al aumentar la frecuencia, y ahí Brown sí está trabajando con tenacidad con los jugadores, los jugadores deben leer perfectamente el entorno de juego en el que están en cada momento y tomar la decisión adecuada para mantener vivo el juego y la situación de ventaja cuando estén en ella.

Y todo con la premisa que Erasmus impuso desde el primer momento en que explicó esta evolución en la que trabajan: mantener la superioridad en el set-piece (las fases estáticas), seguir siendo dominantes en los puntos de contacto, imponer una defensa ganadora y mantener el nivel de exigencia físico que ha convertido a los Springboks en campeones en las dos últimas ediciones del Mundial.

Esta "transición inteligente", como la ha calificado Erasmus, ha generado expectación en los aficionados e inquietud en los rivales, que ven cómo Sudáfrica sigue sumando argumentos a su enorme catálogo de recursos para mantenerse un escalón por encima del resto de selecciones. Ahora lo que le falta es alcanzar la excelencia en la ejecución, el factor decisivo que explica por qué los All Blacks se han convertido en los grandes referentes de la historia del rugby.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS