LAS SERIES MUNDIALES
Los Dodgers vuelven a ganar el partido más largo de la historia del béisbol
No fue uno más de los cientos de partidos que se juegan cada temporada en el béisbol USA. Fue, simplemente, 'el partido'. Los Ángeles Dodgers vencieron (6-5) a los Toronto Blue Jays en el tercer encuentro de las Series Mundiales, que lideran los primeros por dos victorias a una. El encuentro de esta madrugada ha sido el más largo de la historia de este deporte.

Freddie Freeman / Mark J. Terrill / AP

Es béisbol, lo sé, les entiendo perfectamente. He vivido toda mi vida siendo un bicho raro, apasionado por el béisbol. Todo fue culpa de papá. No olviden que el estadio olímpico de béisbol de los Juegos Olímpicos de Barcelona-92 se llama, lo siento (o no), estadio Carlos Pérez de Rozas. Por eso les explico, de vez en cuando, historias de béisbol.
La de hoy es única y, sí, debe catalogarse de histórica. ¿Recuerdan el partido de tenis más largo de la historia? Lo recuerdan, sí, el estadounidense John Isner derrotó al francés Nicolas Mahut en cinco sets, en 11 horas 6 minutos, con una última manga que se decidió, sí, sí, tal cual, por un espectacular 70-68. Bueno, pues el tercer juego de la serie de siete de las Series Mundiales de bíesbol, es decir, de la gran final (allí le llaman ‘el clásico’), duró 18 entradas (el doble de lo normal, 9 'innings'), 6 horas 39 minutos y fue ganado, finalmente, por los actuales campeones, Los Ángeles Dodgers, gracias a un ‘home rune’, ‘cuadrangular’, batazo de cuatro bases, llámenle como quieran, del estadounidense Freddie Freeman, al ciera de la 18ª entrada, que dejó en el campo, derrotados, a unos magníficos Toronto Blue Jays, que, en los pronósticos, iban a perder de calle esta finalísima.
Los Ángeles Dodgers ya jugaron y ganaron el otro partido más largo de la historia, también a 18 entradas, 7 horas 20 minutos, en 2018, cuando noquearon a los Boston Red Sox.
El encuentro fue apoteósico y, sí, fue el más largo de la historia, empatado, vaya, con otra grandísima victoria, también en 18 entradas y 7 horas 20 minutos, cuando los mismos Dodgers noquearon a los míticos Yankees de Nueva York, en 2024. No deja de ser curioso que, a medida que discurrían las últimas entradas y el marcador se matenía 5-5, se iban superando récords de duración hasta que el partido de esta madrugada ha igualado la marca lograda por los mismos Dodgers en 2024.
“¡Dios mío!, nuestros aficionados, que han llenado, de nuevo, el Dodger Stadium y, por descontado, centenares de millones de seguidores del ‘baseball’ podrán contar a sus nietos que asistieron y vieron uno de los mejores partidos de la historia de nuestro deporte”, contó, totalmente exhausto, Dave Roberts, el popular y ya mítico manager de Los Ángeles Dodgers. “Todo el mundo ha estado maravilloso, todos, y ha sido una tarde-noche muy emotiva. El desgaste emocional por parte de todos ha sido tremendo y, lo peor, es que mañana (esta madrugada a las 01.00 horas, Deportes1, Movistar+) jugamos el cuarto encuentro de esta Serie, así que no hay tiempo para celebrar nada”.

El japonés Shohei Ohtani, tras conectar, hoy, uno de sus dos 'cuadrangulares' frente a los Toronto Blue Jays. / CAROLINE BREHMAN / EFE
El encuentro fue apoteósico, no solo por la tremenda actuación de los actuales campeones sino por el espectacular comportamiento lejos, repito, de favoritismo, del equipo de Toronto. “Si no tuviésemos mañana mismo otro encuentro, el cuarto, que debemos intentar ganar, éste sería un partido ideal para analizar y, sobre todo, para sentirte muy, muy, orgulloso de tu equipo, que lo ha dado todo y más sobre el ‘diamante’, perdiendo ante los campeones en el ‘inning’ 18º. Estoy tremendamente orgulloso de todos ellos”, señaló John Schneider, manager de la 'novena' de Toronto.
Hubo, sí, muchos y grandes protagonistas pero, sobre todos ellos, brillaron dos jugadores de los Dodgers. Cómo no el estadounidense Freddie Freeman y, cómo no también, el japonés Shohei Ohtani, al que ya todos consideran el mejor beisbolista de la historia. Freeman, que repitió por segunda vez lo que los estadounidenses llaman un ‘walk-off home rune’, es decir, un ‘cuadrangular’ en el cierre de un partido, ganando el encuentro y dejando a los rivales en el campo (no hay mayor humillación posible para un adversario), se convirtió en el primer héroe de la noche, pues fue su batazo, en el cierre de la entrada 18ª lo que decidió el pulso a favor de Los Ángeles, que ya mandan en la Serie Mundial (2-1), después de que Toronto ganase, en su casa, el primer partido 11-4, los Dodgers respondieran el sábado (1-5) y, hoy, los campeones se impusieran en un tercer partido frenético, el más largo e incierto de la historia.
El estadounidense Freddie Freeman dio la victoria a los Dodgers con un 'home rune' en la 18ª entradas, mientras su compañero Shohei Ohtani se convertía en el primer beisbolista de la era moderna que llega a primera base en nueve ocasiones en un mismo encuentro.
Y, sí, el segundo gran héroe y protagonista de la tarde-noche de Los Ángeles, volvió a ser el prodigio de los prodigios, el ‘pelotero’ más grande jamás visto sobre un ‘diamante’, el japonés Shohei Ohtani, que, la próxima madrugada, será el ‘pitcher’ o lanzador abridor de los Dodgers en el inicio del cuarto partido de la Serie.
Ohtani se ha convertido en el cuarto jugador de la historia del béisbol, primero en la era contemporánea, que logra llegar a primera base en nueve ocasiones en un mismo partido. ¿Cómo lo logró?, pues no solo por méritos propios (dos ‘home runes’, dos batazos de dos bases) sino, también, por concesiones del rival, que le regaló cuatro bases por bolas intencionadas. ¿Qué es una base por bola intencionada?, pues es el recursos que los managers que temen a Ohtani emplean para no ser castigados con sus batazos.

Los compañeros de Freddie Freeman (5) reciben, eufóricos, al autor del 'home rune' que les dio la victoria ante Toronto. / DAVID J. PHILLIP / AP
Es decir, en cuatro de las nueve ocasiones que el fenómeno japonés de los Dodgers cogía el bat y se dirigía al cajón del bateador (Ohtani es zurdo al batear y diestro al lanzar), Schneider prefirió regalarle la primera base sin lanzamiento alguno, reconociendo su miedo, su terror, a sufrir un ‘cuadrangular’ si permitía que sus lanzadores se enfrentasen a él. Y a fe que Schneider tenía razón, las cuatro veces que permitió que sus lanzadores se midiesen a Ohtani, Shohei los maltrató con dos ‘home runs’ y dos dobles.
“No se puede explicar con palabras lo que hoy ha protagonizado este chico, es imposible contar lo que ha hecho Shohei en este partido”, comentó Ernei Clement, de los Blue Jays de Toronto. “Solo se puede decir una cosa: simplemente es el mejor jugador de la historia de este deporte”.
“Todos, todos, hemos hecho un grandísimo partido. ¿Yo?, lo importante es que el equipo ha ganado, que hemos adquirido ventaja en la serie y lo mío es, simplemente, formar parte de este extraordinaria equipo. Y, mañana, tendremos que seguir trabajando duro para intentar ganar el cuarto encuentro. No puedo decir nada más”, comentó Ohtani antes de retirarse del ‘diamante’.
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