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SEGUNDA VIDA (18)

Ferran Martínez: "Si ganas mucho dinero, no tiene sentido que no sepas nada de finanzas"

El exjugador del Barça y el Joventut ha protagonizado una transición única de estrella del baloncesto a experto en finanzas y tecnología

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Ferran Martínez, exjugador del Barça y Joventut de baloncesto.

Ferran Martínez, exjugador del Barça y Joventut de baloncesto. / Ricard Cugat / EPC

Albert Guasch

Albert Guasch

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Pocos deportistas de élite habrán protagonizado una transición tan completa hacia la segunda vida como Ferran Martínez, de 57 años. El primer pívot moderno del baloncesto español es ahora un hombre de negocios de 2.13 m. de altura, abuelo desde hace 9 meses, que habla con desenvoltura de finanzas, de computación cuántica y de inteligencia artificial empática. El exjugador del Barça y el Joventut (entre otros), campeón de la Liga Europea y 156 internacionalidades, tiene un perfil de Linkedin imposible de reproducir, de tan largo que es. Difícil encontrar una personalidad más inquieta.

Llévenos al día que se retiró. ¿Lo vivió con amargura?

Para mí fue traumático. Venía de jugar en Italia. Estaba físicamente perfecto. Acababa de competir en los play-offs por el título con un equipo llamado Fabriano. Había jugado muy bien y tenía un acuerdo verbal con la Lottomatica de Roma, que era el campeón. Iba a firmar por dos años. Quizás hubieran sido los últimos años, pero se frenó en seco. Mi reto, puesto que había ganado la Liga en España y en Grecia, era también ganarla en Italia. Y en un partido de la selección catalana en el Palau Sant Jordi, en la rueda de calentamiento noté un crack en la rodilla. Supe enseguida que sería muy grave. Me rompí todos los cartílagos, menisco... Me operaron y ya vi que tenía que retirarme.

Con 35 años.

Sí, era 2002. Pero enseguida me puse las pilas. O sea, me mentalicé muy rápido.

Barcelona 14/10/2025 Deportes Entrevista a Ferran Martínez, exjugador del Barça y Joventut de baloncesto. Per la sèrie Segunda Vida. En el restaurant Santa Clara. FOTO DE RICARD CUGAT

Ferran Martínez, exjugador de baloncesto y apasionado de las finanzas y la tecnología. / RICARD CUGAT / EPC

Fue un duelo corto, ¿entonces?

No recuerdo tener depresión ni nada. Como soy muy positivo, dije: ‘¡Hostia, ahora tengo algo que nunca he tenido, que es tiempo!’. Porque desde los 15 años mi vida había sido estudiar, entrenar y jugar. Esa época no era como ahora. Empalmabas la competición de equipo con la selección española y después ya con la pretemporada, y nunca parabas. Así que empecé a estudiar mucho para adquirir conocimientos para lo que vendría, aunque durante mi carrera como jugador ya lo hacía.

¿Qué había estudiado?

Había hecho programación, computación, cosas de estas que me gustaban mucho. Pero en aquella época me decían que estudiaba o jugaba, tenía que elegir.

¿Los clubs?

No, me lo decían las universidades. No existía internet y todo debía ser presencial. Y más en determinadas carreras como Informática, que era muy inicial.

¿Es la que quería estudiar?

Sí, aunque empecé Empresariales y Económicas. No las terminé. Lo que más me interesaba era adquirir muchos conocimientos, más que tener un título en sí.

¿Y aprendió de finanzas?

Mientras jugaba había creado un modelo propio de inversión que funcionaba bastante bien. Era muy disciplinado y ya había empezado a programar hojas de cálculo cuando ni existía Excel.

¿Lo hizo solo?

Sí, sí. Me gustaba mucho la tecnología y me planteé cómo podía usarla a mi favor para realizar una buena planificación financiera y de inversiones. De hecho, viajaba inicialmente con un ordenador portátil que pesaba cinco kilos. La gente no lo entendía. Hablo del año 90. Todo el mundo me decía: '¿Dónde vas con esto?'.

Barcelona 14/10/2025 Deportes Entrevista a Ferran Martínez, exjugador del Barça y Joventut de baloncesto. Per la sèrie Segunda Vida. En el restaurant Santa Clara. FOTO DE RICARD CUGAT

Ferran Martínez posa después de la entrevista con EL PERIÓDICO. / RICARD CUGAT / EPC

¿Y toda esa preparación le sirvió para que aquel momento traumático no lo fuera tanto?

Ocurrió que en los últimos años de mi carrera, de 1999 al 2002, explotó la burbuja tecnológica. Unas inversiones que me hizo un banco fueron muy mal, porque fueron tres años de caídas libres de renta variable. Entonces, al retirarme, en lugar de cabrearme con el banco, estuve durante dos años formándome en el Centre d’Estudis Financers en Barcelona con temas de Bolsa y todo esto.

¿Lo perdió todo?

Perdí una parte. Lo que había ganado lo tenía diversificado, normalmente en el sector inmobiliario, pero también en mercados financieros. Después de estudiar a fondo el tema, me fui al banco que me había perdido las inversiones y al final les dije yo lo que tenían que hacer. A raíz de todo eso, me ficharon en UBS, que es un banco suizo, para crear un departamento de Sports and Entertainment en Ginebra. Me dijeron: ‘Queremos que ayudes a otros deportistas a hacer lo mismo que has hecho para ti’. Y creamos este departamento muy especializado para deportistas y artistas, gente que gana mucho dinero en períodos muy cortos, o que gana muy irregularmente y que por falta de conocimiento y por sus entornos se arruinan. Y así entré en el mundo financiero.

"Muy, muy implicado estoy en dos compañías: una es Reental, que se dedica a la tokenización de activos inmobiliarios, y otra llamada Ownverse, que es una empresa de inteligencia artificial muy potente que entrena a otras IA para que reaccionen como los seres humanos"

¿Asesoró entonces a muchos deportistas?

Estuve tres años en UBS, pero a la vez fui haciendo muchas cosas. Montamos una empresa llamada Global Sports Advisors, que era de representación de deportistas. Yo me encargaba de los contratos de imagen. Dábamos un servicio que en aquella época era inédito, que consistía en que el representante hiciese de representante, el financiero de financiero y el abogado, de abogado, y que una única figura no lo hiciera todo. Muchos problemas venían por ahí. Luego me fichó el Banco Sabadell y repliqué el modelo de Sports and Entertainment. Eso fue en el 2007. Estuve muchos años en un departamento de gestión de patrimonios de los deportistas y artistas. Y en la parte de representación también me permitió conocer a muchos futbolistas, como a Messi.

¿A Messi le asesoró?

Ayudé a que firmara su primer contrato de imagen con el Banc Sabadell. Ahí fuimos pioneros en España al ofrecer un servicio de banca privada destinado solo a deportistas. Lo lideró Jaume Guardiola. Y yo aprendí mucho de esa etapa.

DARRYL MIDDELTON. FERRAN MARTINEZ. BASQUET. JUGADA PARTIT DE VETERANS CB GIRONA. BARÇA . PRIMERA JORNADA DELS ACTES DE LA LLIGA CATALANA

Ferran Martínez, con Darryl Middleton, en un partido de veteranos del Barça hace unos años. / ANIOL RESCLOSA

¿A qué otros deportistas ayudó?

No se puede decir, pero bueno, deportistas muy reconocidos. De fútbol, de golf, tenis, pilotos… Es que al final, sea cual sea el deporte, la problemática es la misma. Al no tener tiempo, ni el control de nada, pues delegan. Yo siempre les insistía mucho en que intentaran formarse mínimamente. Si ganas mucho dinero no tiene sentido que no sepas nada de finanzas.

¿Y tuvo éxito? A veces cuesta imaginar a algunos futbolistas formándose financieramente.

Depende. Nosotros intentamos explicar las cosas para que pudieran entenderlas. Aunque la clave para mí es muy simple: si tú ganas 10 y con 3 puedes vivir, pues los otros 7 haz como si no existieran. Debes ir invirtiendo y creando un patrimonio y unos ahorros. No tener los grifos abiertos. La vida es muy larga y siempre puede producirse una lesión o una situación que lo cambie todo.

Hoy día los grandes deportistas son como empresas en sí mismas.

Una cosa es que puedas tener mucho dinero y otra es la trascendencia que quieras darle a tu vida cuando te retiras. A mí me gusta mucho la mentalidad norteamericana, de ser trascendente más allá del deporte. Y eso significa ser también el número 1 en otra cosa. No solo vivir del dinero acumulado y de la imagen. Hay un estudio que dice que el 60% de todos los exjugadores de la NBA se han arruinado a los 10 años, pese a ganar mucho. Ahora hay jugadores con inquietudes y que son grandes empresarios, como Stephen Curry, LeBron James, Magic Johnson o Shaquille O'Neal. Y esto es bueno. También siempre con una vertiente de poder devolver a la sociedad lo que te ha dado.

Esa faceta de asesoramiento la ha dejado atrás ya, por eso.

Sí, esta es una parte puntual de mi vida después de retirarme. Todo ha sido una evolución. Después estuve también en un banco suizo llamado Mirabaud, y en un banco andorrano llamado Andbanc. Me permitió aprender muy bien cómo funciona el sistema financiero por dentro, y también me permitió entender que podemos cambiar muchas cosas desde fuera.

¿En qué sentido?

Estando en el Sabadell cogí un año sabático y, junto a otros tres socios, creamos una especie de fondo de inversión, un pledge fund, que invertía en start-ups tecnológicas. Nuestro modelo era muy innovador en España. Lo que hacíamos era seleccionar, de 20 empresas al mes que nos llegaban, una que nos gustara mucho e invertíamos, y mucha gente nos acompañaba en estas inversiones. Y así entré en el mundo de la valoración de start-ups y me puse un poco el sombrero de inversor con capital riesgo, que es lo que más me gusta.

¿Sí?

Sí, porque puedes controlar mucho más. Y la siguiente evolución que he tenido ya no es solo estar como inversor, si no, cuando me gusta mucho una compañía, entrar en ella. Ayudarla a hacerla crecer primero como socio y después como ejecutivo.

¿En cuántas compañías participa?

Como inversor estoy en unas 15. Implicado bastante en cuatro. Y muy, muy implicado, básicamente en dos. Una llamada Reental, que es tokenización de activos inmobiliarios. La otra se llama Ownverse, que es una empresa de inteligencia artificial que está en EEUU y que la veo muy potente.

Barcelona 14/10/2025 Deportes Entrevista a Ferran Martínez, exjugador del Barça y Joventut de baloncesto. Per la sèrie Segunda Vida. En el restaurant Santa Clara. FOTO DE RICARD CUGAT

Ferran Martínez, durante su sesión fotográfico con EL PERIÓDICO. / RICARD CUGAT / EPC

¿Qué la diferencia de otras IA?

Es una inteligencia artificial emocional. Es una IA que entrena a otras IA para que sean como los seres humanos. Es una inteligencia artificial empática, que no te contesta lo que tú quieres oír, sino que intenta entender al ser humano para mejorarlo. Y es una tecnología muy bestia. Utiliza algoritmos muy potentes basados en algo llamado Theory of Mind. Ya sé que es muy complejo, pero es la teoría con la que se basa toda la psicología mundial actualmente. Es la forma de aprendizaje de los niños pequeños. De hecho, tiene ya muchos contratos con empresas muy grandes. Y yo estoy aquí como responsable también de partnerships internacionales. Pero esto lo combino junto a otra que se llama Reental, que es la que te decía de Blockchain. Permite tokenizar cualquier cosa. Y tokenizar significa dividir en partes, y así cualquier persona puede invertir en inmuebles, aunque no tenga mucho dinero, porque se puede hacer a partir de 300 euros, y participar en los beneficios que proporcione el inmueble. Reental opera sobre todo en EEUU, donde están mucho más claras las regulaciones que aquí en Europa. Al final lo que fomento es una red entre compañías tecnológicas y hacemos un network global de todas ellas. Y con computación cuántica, lo mismo. Estoy en una consultora llamada Entanglement Partners, que genera algoritmos que les llamamos poscuánticos. En un futuro existirán los ordenadores cuánticos, que serán capaces de hacer cosas que actualmente ningún ordenador puede hacer. Y esto cambiará absolutamente la vida que conocemos ahora.

¿Su día a día no es muy estresante?

No lo es porque lo disfruto mucho y soy muy ordenado. Para mí lo chulo es que cada día pasan cosas diferentes. Y la IA me ayuda muchísimo. Y no lo he dicho pero también formo parte de muchas comunidades de emprendedores, como es StartUp Grind, que es una comunidad que nació en Silicon Valley. Tengo muchos contactos en Silicon Valley. Y, aparte, me distraigo jugando a golf.

Hasta ha escrito cinco libros. ¿Los escribe usted?

Los hago yo todos. De liderazgo, de mis experiencias deportivas trasladadas a las empresas, de economía fácil, de las nuevas tendencias tecnológicas… Y ahora estoy a punto de sacar otro.

¿Otro?

Espero sacarlo el próximo año. Lo que ocurre es que hablo de tecnología y estoy continuamente actualizándolo, pero debe llegar un punto en el que diga hasta aquí.

Su vida profesional parece por completo alejada del deporte.

No ha sido voluntario. Me hubiera encantado involucrarme en la gestión del mundo del deporte a partir de esa visión más empresarial y más innovadora, no la clásica que hay ahora, que no sale de los parámetros de hace 30 o 40 años. Cuando tú quieres realizar grandes cambios te encuentras con grandes barreras. Lo que estoy haciendo ahora lo disfruto muchísimo. Ahora bien, nunca cierro las puertas a unir mis pasiones, que son el baloncesto y el deporte, con la tecnología y las finanzas.

¿De qué manera se imagina?

Como un general manager al estilo americano. Me gustaría transformar modelos de organizaciones deportivas.

¿Aceptaría ser el CEO del Barça si algún candidato a la presidencia se lo ofreciera?

Mira, seré muy sincero. Yo he nacido en el Barça, fiché con 12 años y es el club en el que he estado más años. Pero no es una cuestión de que te ofrezcan algo, porque muchos candidatos anteriormente me han ofrecido cosas y después no han cumplido. No me quita el sueño. Siempre estoy abierto a hacer las cosas para poder ayudar y mejorar lo que hay actualmente. Si me llaman y quieren esto, perfecto. Y si no, también.

"La NBA es una espina que tengo clavada, pude hacer ahí mi carrera entera, pero no me dejaron"

Ferran Martínez

— Exjugador del Barça y el Joventut de baloncesto

Ya fue director general en el Fuenlabrada.

Fue un paréntesis de nueve meses. Estaba viviendo en Andorra, recibí una llamada de un grupo empresarial que había comprado el club y me picaron el gusanillo del baloncesto. El reto era subir al Fuenlabrada. Lo hicimos muy bien, porque estuvimos a un segundo en la prórroga de lograrlo. Pero la situación se hizo un poco complicada, porque no se cumplió lo prometido y al final no tenía sentido estar en un sitio absolutamente desprotegido, sin ninguna capacidad de tomar ninguna decisión.

¿Ve mucho margen de mejora en la organización de los clubs?

Sé que lo importante es la parte deportiva, pero los clubs deben tener mucha más creatividad y mucha más capacidad de poder generar ingresos que ahora mismo no tienen en la cabeza porque desconocen que hay otras formas de hacerlo. Gracias a las tecnologías puedes llegar a cualquier parte del mundo. Pueden hacerse muchas cosas. Pero, claro, si tu interlocutor no entiende nada de lo que le dices, es lógico que ponga una barrera.

¿Y hoy dónde ha quedado el baloncesto en su vida?

Lo sigo mucho. Estoy en la junta directiva de la Asociación de Veteranos del Barça. Nos reunimos cada dos meses o así y hacemos una tarea promover el barcelonismo por todas partes.

¿Puede jugar todavía?

Hasta hace seis meses, sí. El último partido ya me dolía mucho la rodilla, el pie y todo...

¿La que se lesionó?

De la rodilla lesionada me han operado tres o cuatro veces. Y llevo placas de titanio y tornillos y de todo. Pero te dices, ‘aunque des pena, sal unos 10 minutos’. Hago lo que puedo, la gente me hace fotos y tal, y ya está. Pero el último partido que jugamos, en Girona, ya me dolió mucho, y tampoco tengo que arriesgar la salud.

¿Y tiene nostalgia de cuándo jugaba?

Para mí es como si hubiera sido una película que ahora veo y, pienso: ‘Hostia, estoy yo dentro’. Pero no tengo nostalgia. Lo que me alegra es que muchísima gente se acuerda de mi época y de mí, lo cual no tiene ningún sentido habiendo pasado tantos años. Esto significa que dejé huella y eso es guapo.

¿Y a la NBA tuvo opción de ir a jugar?

Sí. Y es la espina que tengo más clavada. No entré en el draft porque no me dejaron entrar.

¿Quién?

Fue muy duro, porque en esa época no había internet ni nada. Yo había quedado mejor jugador de Europa Junior, por delante de Kukoc, Radja y otros, tenía muchas ofertas de la NBA. Pero también estaba a punto de firmar un contrato con el Barça, mi primer contrato grande. Y entonces, algo sucedió, que no quiero profundizar mucho, pero no entré en el draft porque me enteré de que me declararon que no era elegible. Como si yo hubiera renunciado. El día del draft compré el Sport y Mundo Deportivo para ver en qué número había salido, porque las previsiones eran de salir muy arriba, y vi que no salía. Y digo: ‘Se han equivocado’.

¿Y luego?

En aquella época tampoco había la cláusula buy-out de poder pagar una cantidad y deshacer tu contrato. Finalmente pude ir a Toronto Raptors, en 1997, y estaba entrenando con ellos, pero fue el año del lock-out, la huelga de jugadores, y no hubo liga hasta diciembre. Acababa de cumplir 29 años, temía quedarme un año en blanco y acepté una oferta para ir a Panathinaikos. Muchos jugadores de la NBA hicieron lo mismo. Económicamente era muy buena opción, y deportivamente también, porque Panathinaikos era el club más grande en ese momento en Europa. En resumen, fue mala suerte. Si no hubiera habido el lock-out, hubiera jugado mis últimos años en EEUU. Era un adelantado a mi tiempo por el tipo de juego que tenía.

Es que quizá fue el primer pívot alto que tiraba triples.

De hecho, pude haber hecho la carrera entera en la NBA. Esto me lo han dicho muchos entrenadores... Pero bueno, da igual, la historia fue así.

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