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PERFIL

Mendilibar, el jornalero vasco del fútbol modesto que se convirtió en un ídolo griego

El entrenador del Olympiacos, rival hoy del Barça en la Champions, ha alcanzando las mayores cotas de éxito de su carrera pasados los 60 años

El entrenador de Olympiacos, José Luis Mendilibar.

El entrenador de Olympiacos, José Luis Mendilibar. / NEIL HALL / EFE

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

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"Tienes que irte de los sitios antes de que sea tarde, siempre. Yo soy muy cazurro". Jagoba Arrasate, actual entrenador del Mallorca, explicaba hace unas semanas en el podcast 'Los Fulanos' el consejo que le había dado José Luis Mendilibar, en el contexto de su salida de Osasuna, hace dos veranos. Arrasate le hizo caso, se marchó de Pamplona, y encontró la aprobación de su interlocutor: "Eres más inteligente que yo".

Porque la carrera de Mendilibar (64 años), el entrenador del Olympiacos que este martes (18.45 horas) rinde visita a Montjuïc para enfrentarse al Barça en la tercera jornada de la Champions, es un cúmulo de sabiduría adquirida en clubes en los que duró poco más que un suspiro y equipos en los que estuvieron a punto de levantarle una estatua... pero de los que no supo irse a tiempo, como le confesaba a Arrasate. Es una más de las múltiples dicotomías de un entrenador pasional y extemporáneo, enemigo del 'Big Data', de un animal de los banquillos que ha alcanzado a partir de los 60 años una cima de éxito que jamás imaginó.

El técnico del Olympiacos, José Luis Mendilibar, durante la rueda de prensa que ofreció ayer en el estadio Olímpico Lluis Companys.

El técnico del Olympiacos, José Luis Mendilibar, durante la rueda de prensa que ofreció ayer en el estadio Olímpico Lluis Companys. / Alejandro García / EFE

Una segunda juventud en Olympiacos

Vive 'Mendi' la segunda juventud, más esplendorosa aún que la primera, que jamás imaginó disfrutar en el fútbol. Él, que se especializó en sacar todo el jugo posible a plantillas modestas de Primera División, a acudir como apafuegos de emergencia en situaciones complicadas. ¿Cómo pensar que el destino le tenía preparado alzar dos títulos europeos, ganar una liga griega, ser un entrenador de Champions?

Su destino giró en marzo de 2023. Dos años antes había descendido con el Eibar, que le mantuvo en el banquillo hasta el final, tras cinco temporadas logrando permanencias más que holgadas. Su siguiente parada había sido el Alavés, durando apenas 12 partidos en los que solo sumó una victoria. La sensación era la de que su carrera en la élite se agotaba cuando el Sevilla, tras haber despedido a Lopetegui y Sampaoli, llamó a su puerta.

Una Europa League con el Sevilla

"Llevo más de 400 partidos en Primera. No me han regalado nada", se reivindicó entonces. Sus palabras se hicieron carne cuando un par de meses después levantó la Europa League, la séptima de la historia del Sevilla, el primer título absoluto de su amplísima carrera. Un punto de inflexión para la entidad hispalense, que desde entonces navega cuesta abajo y sin frenos, muy lejos de aquellos objetivos ambiciosos.

Mendilibar, a la izquierda, celebrando la conquista de la Europa League con el Sevilla.

Mendilibar, a la izquierda, celebrando la conquista de la Europa League con el Sevilla. / José Manuel Vidal / EFE

El título justificó, prácticamente obligó, la renovación de un Mendilibar en el que la directiva del Sevilla nunca creyó. Le veían como un parche temporal, no como el líder de un proyecto a largo plazo. Y esas historias, el fútbol ofrece cientos de ejemplos, nunca salen bien. En octubre de ese mismo año, 'Mendi' era despedido. Ahora sí, ese epílogo de gloria que le había concedido el fútbol cuando yo no lo esperaba parecía llegar a su final. Pero nada más lejos de la realidad.

La oferta del Olympiacos

Apenas cuatro meses después, Mendilibar recibió una oferta del Olympiacos. Un club proclive a la contratación de los entrenadores españoles desde que su amigo Ernesto Valverde lo dirigió, con notable éxito, en dos etapas entre 2008 y 2012. Después de él llegaron Míchel, Víctor Sánchez del Amo, Òscar García, Carlos Corberán y Diego Martínez.

Y hasta ahí, hasta El Pireo, trasladó el método que lleva aplicando desde que asumió en 1994 el mando del Arratia, de la preferente vasca. Un manual en el que la presión alta, la defensa adelantada y el juego directo a través de centros constantes al área son imprescindibles, pero en el que la exigencia es superlativa "Se lo decíamos a los nuevos jugadores, la exigencia al principio es muy alta, pero si te adaptas a ella, 'Mendi' te va a hacer volar", solía decir Fran Garagarza, hoy director deportivo del Espanyol, jefe del técnico durante sus años en Eibar.

José Luis Mendilibar, tras ganar la Conference League con el Olympiacos.

José Luis Mendilibar, tras ganar la Conference League con el Olympiacos. / Petros Giannakouris / AP

El 'método Mendilibar'

Hubo vestuarios que no tragaron con el 'método Mendilibar', principalmente los del Athletic y el Levante. Grupos que no encajaron bien que el castigo por fallar en el entrenamiento fuera dar una voltereta ('volatín', en su jerga) delante de sus compañeros y que observaban con desconfianza que su entrenador quisiera jugar con ellos a las cartas en el autobús del equipo. O arrancadas como gritarle a Marc Cucurella, en mitad de un entrenamiento con público, que era "el peor jugador de Primera División" (no lo pensaba, claro) por un fallo.

En Grecia, en cambio, ha encajado como un guante. En dos temporadas, el Olympiacos ha ganado la Conference League, el primer título europeo de su historia, y ha vuelto a ganar la liga griega, tras dos años previos atascado en la tercera posición, una anomalía para un club que en las 30 últimas ligas solo ha dejado escapar seis.

El veterano Dani García (35 años), a quien ya entrenó en el Eibar, es su extensión en el campo. Él fue uno de los futbolistas 'anónimos' a los que convirtió en internacionales (o casi), como el mencionado Cucurella, David Silva, Raúl García, Bryan Gil o Pedro León. Todos pasaron por las manos de este jornalero vasco hoy convertido en ídolo griego.

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