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Carrascazos

Silencio, se aprueba, por Lluís Carrasco

Joan Laporta, durante la asamblea de este domingo.

Joan Laporta, durante la asamblea de este domingo. / FCB/GERMÁN PARGA / Europa Press

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

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El domingo hubo una nueva Asamblea General de Socis Compromisaris, el más precioso y preciado evento societario en Can Barça. Una cita que es, o debería ser, el escaparate de la vitalidad democrática del club pero que cada vez más, parece una reunión en “Zoom o Teams” a la que solo se conecta el que no tiene otra cosa mejor que hacer. No me gustó -y todos nos debemos mirar al espejo- la baja participación. Muy baja. Bajísima. De esas que nos deberían sonrojar.

En un club como el nuestro, donde la libertad y la democracia forma parte de nuestro sentir más íntimo, que gane el silencio y participe entre el 7 y el 14% de los convocados -menos del 0,50% del censo- es, directamente, alarmante. Y ahí, deberíamos reflexionar. De acuerdo, el modelo propuesto ahuyenta, el contenido cansa y el resultado es dramático, pero todos, insisto, todos, con el grado de responsabilidad que competa, somos culpables. Sin excepción.

Un pequeño milagro

Me gustó, lo admito, que se aprobaran todos los puntos del orden del día con las mayorías para poder trabajar con holgura. Es decir, que el club podrá seguir funcionando sin tener que mirar de reojo apoyos o rebeliones. En un Barça que siempre vive al borde del drama, eso es una victoria, y que los números y las votaciones acompañen da, por lo menos, aire para trabajar sin filtraciones apocalípticas. Vamos, un pequeño milagro en clave blaugrana. Ya ven, cosas buenas y otras, no tanto. Y, por último, lo que me sorprendió: ver un Jan menos seguro, más serio y más irascible... por momentos, hasta incómodo.

Ese Laporta de sonrisa única y verbo afilado que conquista fácilmente gigantescos auditorios, pareció, tal vez por la distancia que provoca el mundo digital, más tenso. Seguro que la situación del club pesa, o tal vez sea que iniciamos una temporada agotadoramente electoral y de alternativas cansinamente fragmentadas. No sé. En cualquier caso, si es eso, que pase rápida, que no haya juego sucio y que no nos avergüence. Hagámonos merecedores del carnet que guardamos no solo en la cartera, sino también en el corazón.

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