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Carrascazos

La bella y la bestia, por Lluís Carrasco

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, este jueves en un acto de la Fundación Cruyff.

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, este jueves en un acto de la Fundación Cruyff. / Efe

Lluís Carrasco

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Joan Vehils y su diario Sport, como saben el primito guapetón y deportista de El Periódico, ha vuelto a demostrar su finísimo olfato en el equilibrio entre la crítica y el halago, regalando a Laporta una portada. Fue el pasado lunes, y fue para enmarcar. La imagen, un Jan descojonándose de risa bien agarrado a la “bella” Bibiana Ballbé. El titular: “Me gusta ser presidente”. Pura magia editorial. En un tiempo en que la gestión genera, desgraciadamente, más preguntas que respuestas, Vehils decidió por un día, que lo importante no eran las cuentas ni los resultados, sino los sentimientos. Y qué mejor sentimiento que el amor propio presidencial.

A las puertas de unas elecciones, el “Me gusta ser presidente” suena a lema de campaña y a mensaje de resistencia. El club atraviesa turbulencias que originan dudas más que razonables, pero ahí está el líder, feliz y seguro, irradiando positivismo como si al Espai Barça ya solo le faltara el ajardinamiento. Por un día, Sport no analizó: arropó. No informó: acompañó y divirtió, y quiso regalar un abrazo periodístico a las puertas de una asamblea que se augura entretenida. A los que lo entendieron diferente criticando la portada por ofrecer una imagen frívola, que se calmen, el favor comunicativo fue, no solo de primero de carrera, sino de manual, ya que transporta a Laporta al terreno que mejor domina: el del carisma y las sonrisas.

En términos de imagen, y Gabi Martinez, Dircom del club lo sabe, la jugada es ideal. En lugar de abrir el debate sobre la gestión, se optó por abrir el álbum de recuerdos enseñando un presidente dicharachero, cercano y despreocupado. Es el poder de la comunicación emocional: transformar la duda en simpatía y el desgaste en complicidad. Así que sí, Sport optó por un camino, y acertó. Y por un día, más que un diario, pareció un gabinete de prensa no oficial. Y lo hizo con estilo: una imagen desenfadada, un titular redondo y una moraleja implícita. A Laporta le gusta ser presidente… y a Sport, sin tomar partido, me da que le gusta que le guste. ¡Be happy!

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