Andá p'allá, bobo
No les han pillado el truco, ¡qué va!, el problema es que han dejado de creer

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·

Deberíamos leer a los que saben, a los que han convivido con los mejores, por ejemplo, con Johan Cruyff. Deberíamos leer a aquellos que tienen en su mesita de noche los diez mandamientos de la ‘ley blaugrana’ o, lo que es lo mismo, del ‘Profeta del gol’ y sus discípulos.
Por ejemplo, deberíamos leer a Xavi Torres, que no solo ha jugado a fútbol como un gran centrocampista, sino que trata de reflexionar sobre lo que ocurre en el campo de juego, especialmente en el culé, con sensatez y, sobre todo, con las enseñanzas de aquellos a los que rozó y de los que aprendió.
“El Barça de Hansi Flick”, escribía el otro día Torres en el diario ‘Sport’, “ganó tres títulos la pasada temporada porque supo ser un equipo. Su cerebro fue la idea y todos los futbolistas se pusieron a su servicio con extraordinaria humildad”. Es sencillísimo. Olvídense del cuento ese, ahora tan de moda, de que al Barça le han pillado el truco. ¿Qué truco?, si el Barça tenía, tiene, truco, es lo bien que lo hacían, lo mucho que se entrenaban, el hambre que tenían y, sobre todo, como dice Xavi, todos persiguiendo hacer eficaz la idea.
La tesis de Cruyff
Torres se acordará como yo de la magistral frase que solía decir Cruyff el día antes de un sorteo de Copa de Europa o Copa del Rey. Mientras todo el mundo especulaba con evitar a tal o cual coco, ogro, campeón, Cruyff mostraba la más absoluta de las indiferencias sobre el adversario que le tocase en liza. ¿Cómo?, pues con una explicación la mar de sencilla: “Si mi equipo está bien, si somos el Barça, si creemos y ejecutamos nuestra idea de fútbol, que se preocupen ellos”. La sensación de ahora es que los que se enfrentan al Barça no están preocupados.

Flick anima a un exhausto Pedri tras sustituirle frente al PSG. / JORDI COTRINA
Ese es el problema, que el Barça no está bien, ha dejado de creer (al menos, buena parte de sus futbolistas) en la idea, en la ejecución, en el lema de Athos, Porthos, Aramis y D’Artagnan, “¡uno para todos y todos para uno!”. Ese es el problema, no que el PSG sea invencible (total, ganaron en el minuto 90) o que el Sevilla mordió más que los culés (si Lewandowski marca el penalti, el 4-1 no se produce), el problema es que el Barça de esta temporada no es aquel equipo convencido de lo que hacia.
Y no solo hay que leer a los que saben, también hay que escuchar a los que han perfeccionado ese fútbol de autor que siempre ha plasmado en el césped el conjunto azulgrana o los mejores equipos culés. Por ejemplo, a Pep Guardiola, que reconoce que se le cae la baba cuando ve jugar, con la mayor intensidad, al Barça de Flick.
"Yo no soy nadie para dar un consejo”, dice el técnico del Manchester City en una entrevista a ‘Premier Corner’, “pero dicen: 'no, es que la defensa...'. Miren, ¡no cambien nada! Sigan tirando para arriba como van... evidentemente con el tiempo le van a encontrar el matiz para hacer daño, que de eso se trata, ¿no? Un equipo nunca es el mismo, se lo van a encontrar y, luego, Hansi va a tener que encontrar la contra”.
Ni les han pillado el truco ni otras historias inexplicables. Como escribió Xavi Torres, en el 'Sport', "el Barça de Flick ganó tres títulos porque supo ser un equipo. Su cerebro fue la idea y todos los futbolistas se pusieron a su servicio con extraordinaria humildad”. Ese es el problema, que han dejado de creer en la idea.
No sé ni la mitad de lo que sabe Xavi Torres y, por descontado, ni una millonésima parte de lo demostrado por Pep, pero lo escribí en el primer mes de competición, este no es el Barça del año pasado. ¿Puede serlo?, claro que puede serlo, pero lo primero que deben hacer es reconocer, todos y cada uno de ellos, cosa que no sé si han hecho, que, como explica Xavi, la idea ha dejado de estar en su cerebro y, tal vez, quién sabe, todos esos toques de atención de Flick (acuérdense de los egos, Lamine Yamal debe trabajar más duro, tenemos que volver a ser un equipo…) y Deco (“si creemos que la calidad está por delante del trabajo, tenemos un problema”) sean la demostración más evidente de que estos chicos, o se han acomodado, o no se entrenan lo suficiente, o no están fuertes, o están pensando en otras cosas.
Iñigo no está
Mantener en pie el galimatías en que se ha convertido el club no es nada fácil. Saber que todo, todo, depende de ti, de ganar, de que la pelotita entre, pesa lo suyo. Y más si se trata del Barça. Es posible, fijo, seguro, que por más responsabilidad que Flick haya experimentado en su carrera como entrenador, jamás vivió lo que puede ser un Barça incendiado y, por favor, no digo que estemos a un paso de eso, pero la imagen del equipo en los dos últimos encuentros es más que preocupante.
Cierto, faltan, nada más y nada menos, que Joan Garcia, Raphinha, ¡Lamine Yamal!, cielos ¡qué bueno es!, Gavi, Fermín… e Iñigo Martínez, cuya salida fue (casi) despreciada por los que mandan y no sé si por el propio Flick, cuando acaba de demostrarse que, no solo era una voz importante, sonora, responsable, en el seno de la plantilla (misión vital), sino que era quien marcaba la línea defensiva y, por descontado, quien hacía extraordinario (que lo es) a Cubarsí. Por cierto, lo sé de buena tinta, Iñigo defiende que la pareja de Cubarsí debe ser Christensen.

Iñigo Martínez era vital en el engranaje de la defensa azulgrana, vital. / JORDI COTRINA / EPC
Y han pasado, claro que sí, muchas más cosas. Flick, que por comparación con Xavi Hernández, fue altamente elogiado por sacar el mayor rendimiento de todos y cada uno de sus futbolista, ya no parece en condiciones de lograrlo. O no, de momento. Las versiones de Koundé, Araujo, De Jong, Raphinha, Olmo, Lewandowski y hasta del prodigioso Pedri están muy, muy, lejos de lo mostrado y demostrado la pasada temporada. No sé de quién es la culpa, si de la preparación física, si de la dejadez de los futbolistas, si de la menor exigencia por parte del ‘mister’, si de la falta de hambre, pero es evidente que el 75% de los futbolistas culés no son ni la mitad de lo que eran.
El club son ellos
La idea era morder y no muerden. La idea era presionar, robar el balón en las inmediaciones del área rival, para matar cinco metros después de recuperarla. La idea era que ciertos centrocampistas (¿quién?, Fermín, Gavi, Casadó, Bernal…) mordiesen al rival, otros creasen el fútbol (¿quién?, Pedri, De Jong, Olmo...) y que la defensa creyese ciegamente, eso, ciegamente, en lo que hacía y situase la línea (casi) en el centro del campo. Eso, cuando se hizo bien, intensamente, a tope, concienzudamente, nadie les pilló el truco. El problema es que todo eso, todo, no alguna de las tres cosas, no, todo, se ha dejado de hacer, ni concienzuda ni levemente, no se hace.
De verdad, en serio, la reflexión es que no se están preparando con la intensidad del año pasado, no creen como creían en la idea del año pasado, no tienen el hambre del año pasado, no son los del año pasado. Déjense de cuentos de que les han pillado el truco. Y, por favor, dejen de especular con fichar, en invierno (ya lo he leído, ya), un central zurdo y un 9. Vuelvan a creer en la idea y ejecútenla como hicieron el año pasado. El club les necesita, el club, si fuese una empresa normal, estaría en quiebra, el club sigue en sus manos.
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