FÚTBOL
El callejón sin salida de una Superliga que ya solo defiende Florentino Pérez: "Fuera de España ni se habla de ella"
Los acuerdos de la UEFA con los grandes clubes europeos y la letra pequeña de las sentencias judiciales del litigio han reducido a la mínima expresión el proyecto de competición rupturista, hoy relegado a un rol de 'lobby' que agoniza por su falta de apoyos
Laporta se acerca la UEFA alejándose de Florentino y la Superliga

Bernd Reichart. CEO de A22 Sports Management, sociedad promotora de la Superliga, junto a Florentino Pérez y Joan Laporta, en un desayuno informativo en diciembre de 2022. / MARISCAL / EFE

"¿Qué querían la mayoría de grandes clubes cuando lanzaron el órdago de la Superliga? Ganar más dinero y tener voz y voto en cómo se consigue y se reparte ese dinero. Pues eso, ahora, ya lo tienen. La UEFA, más allá de su furiosa reacción inicial, tomó nota y en estos cuatro años ha trenzado una alianza sólida con esos grandes clubes, salvo Madrid y Barça, a través de la ECA y Al-Khelaifi, que es el mejor socio que tiene Ceferin ahora. La Superliga ya no existe, solo se habla de ella en España y porque Florentino Pérez es quien se ha empeñado en sacarla adelante de alguna manera".
Estas palabras, pronunciadas por un abogado con amplia experiencia laboral en despachos de la élite del fútbol europeo, resumen el punto muerto en el que se encuentra el proyecto de la Superliga. Lo que comenzó como una amenaza de liga semicerrada de 12 clubes europeos, al margen de la UEFA y la FIFA, es hoy un ente indeterminado, más parecido a un 'lobby' de presión que a una competición incipiente. El Barça de Joan Laporta es el único apoyo que, sobre el papel, le queda a Florentino. Y su acercamiento a la ECA, sustanciado en la asistencia del dirigente azulgrana a su asamblea de este miércoles, dejan ese presunto respaldo en cuarentena.
Un proyecto que duró 48 horas
En realidad, la Superliga murió a las 48 horas de su estrambótico nacimiento, la noche del 19 de abril de 2021. El sepulturero fue el entonces primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, que al calor de la masiva reacción contraria de los aficionados ingleses por el carácter elitista del proyecto, obligó a los seis clubes de la Premier League a abandonar de inmediato el barco de Florentino Pérez. En total, nueve de doce, entre ellos el Atlético, renunciaron. Hace un año, también lo hizo la Juventus, dejando solos a Madrid y Barça, que no han sumado ningún socio adicional en estos años. Desde aquella renuncia masiva, la Superliga trata de mantener las constantes vitales, pero sabe, como el resto del mundo, que sin clubes ingleses no hay competición supranacional posible.

Los principales actores del caso Superliga. / NACHO GARCÍA
La estrategia trazada por Anas Laghrari y Bernd Reichart, los ejecutivos a quienes se les encargó el desarrollo del proyecto, se basó en dos pilares para sobrevivir. El primero, despojar a la Superliga de su carácter egoísta con el resto del ecosistema europeo, creando un nuevo modelo de competición abierto y tratando de seducir a los aficionados con la promesa de fútbol gratuito en sus televisiones. El segundo, confiar en que la Justicia les allanara el camino.
Tres cambios de formato
El primero de los propósitos se ha ido transformando en hasta tres alteraciones en la propuesta de formato de competición hasta convertirlo en un sucedáneo de la Champions y el resto de competiciones que organiza la UEFA. La última propuesta, de hecho, consiste en introducir pequeños matices a la actual Champions, como adelantó 'Mundo Deportivo'. Se la ha ofrecido a la UEFA, pero caerá en saco roto, pues no va a haber cambio de formato para el ciclo que arranca en 2027. Algo que quedará negro sobre blanco este lunes, cuando salgan a licitación los derechos de TV para ese ciclo.
La falta de apoyos, el fortalecimiento de la posición de la UEFA y el marco jurídico no han dejado a la Superliga mucha más salida que la de ejercer ese papel de 'lobby'. La estrategia actual parece destinada a disimular el fracaso del proyecto tratando de influir en el ecosistema oficial y tradicional del fútbol. Si el proyecto no ha bajado ya la persiana es, muy probablemente, por la negativa de Florentino Pérez a asumir que uno de sus grandes proyectos, con el que se quería mirar en el espejo de Santiago Bernabéu, ha resultado imposible.
Y esto es así porque la Justicia tampoco le dio a la Superliga lo que esperaba. Es cierto que le concedió una victoria parcial, tras la inesperada resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en diciembre de 2023, pero ese triunfo quedó lejos de ser suficiente para avalar un proyecto rupturista. Porque lo que dijeron los tribunales es que UEFA no puede bloquear competiciones paralelas por defecto, sino que tenía que articular un reglamento en el que se recogieran las bases para su aprobación.
En busca de un acuerdo
Cuando se conoció la sentencia, la UEFA ya había aprobado ese reglamento, en el que se exige que nuevas competiciones sean compatibles en el calendario con el desarrollo de las ligas nacionales y de las competiciones de la UEFA. Algo que, obviamente, es imposible para una competición paralela con decenas de jornadas de competición. La Superliga podría haber optado por denunciar el reglamento, pero en su lugar decidió en diciembre seguir el procedimiento y solicitar su autorización a la UEFA, como un gesto por tender puentes con la institución que preside Ceferin a través del diálogo.
Pero para entonces, el presidente de la UEFA ya tenía toda la baraja en su mano. La renovación del memorándum de entendimiento con la ECA, firmado en 2023, extendió la colaboración entre ambas instituciones, implicando a los representantes de los clubes españoles en el diseño de la estrategia comercial de la Champions, en la adjudicación de los derechos de televisión y, en definitiva, en el reparto de dinero. Y ese era, en definitiva, el interés de la aristocracia del fútbol continental. Logrado el objetivo, para casi todos, la Superliga es una página pasada que prefieren olvidar.
Suscríbete para seguir leyendo
- Un informe impulsado por Vilajoana apunta que el Barça es el club más endeudado de la historia del fútbol europeo
- Àlex Márquez: “Si un día, luchando con Marc, nos caemos, será porque uno de los dos la ha cagado”
- El Barça hace un llamamiento para el clásico femenino ante el ritmo de entradas vendidas: 'No sé por qué no ha llegado a la gente que jugamos contra el Madrid
- Olivier Rioux, el jugador más alto de la historia del baloncesto universitario
- Muere Xabier Azkargorta, la leyenda del Espanyol que echó raíces en Bolivia
- Un tío de Rubiales le ataca con huevos durante la presentación de su libro
- Clara Serrajordi, elegida por Messi y estrella de futuro azulgrana
- En Madrid ya cantan 'no pasa nada, tenemos a Oyarzabal