Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Entrevista

Honey Thaljieh, cofundadora de la selección femenina de Palestina: "Los clubes deben apoyar causas para detener el genocidio"

Quien fuera la primera capitana de la selección palestina, ahora directora de Relaciones Públicas de la FIFA, atiende a EL PERIÓDICO para hablar de su lucha

Honey Thaljieh,  futbolista, cofundadora de la selección femenina de fútbol de Palestina y Relaciones Públicas de la FIFA.

Honey Thaljieh, futbolista, cofundadora de la selección femenina de fútbol de Palestina y Relaciones Públicas de la FIFA. / MANU MITRU

Laia Bonals

Laia Bonals

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Le duele. Todo lo que está sucediendo en su país, a su gente, le genera un dolor que difícilmente se puede expresar en palabras. Cuando era niña, Honey Thaljieh (Belén, 1984) conoció el fútbol en las pequeñas calles de su ciudad natal. Palestina ya estaba en guerra, pero ese pequeño resquicio de esperanza, de libertad, lo aprovechó para construirse. Ahora, tras dedicarse al fútbol y ser unas de las fundadoras de la selección femenina de Palestina, es Relaciones Públicas de la FIFA, donde lucha desde la institución para cambiar las cosas y ser la voz de aquellos que no la tienen. En Barcelona, por unos días acude al congreso The Change y atiende a EL PERIÓDICO.

En primer lugar, hábleme del fútbol. ¿Por qué, cuándo y, sobre todo, cómo?

En aquel momento no me daba cuenta de que me llevaría donde estoy hoy. Tenía siete años y crecí en un contexto de guerra en el que no había otras oportunidades. No es como los niños de la guerra de hoy en día. Ellos tienen acceso a la música, a los deportes, a la natación... Incluso tienen todos los medios para vivir como niños. Y en mi contexto, no había nada de eso. Por lo tanto, veía a los niños jugar al fútbol en las estrechas calles de Belén. Y allí fue donde empecé a decirme: «¿Por qué no unirme a ellos?». Y entonces empecé a jugar con los niños. Y me di cuenta de que se me daba muy bien. Corría, regateaba, atacaba, marcaba goles. Descubrí un talento que no sabía que tenía. Por eso me encantaba. Así que todos los días volvía a la calle y jugaba a fútbol. Jugaba y jugaba. Incluso en contra de la sociedad, en contra de las barreras culturales, en contra de todos los que decían: 'no, el fútbol no es para chicas. Es para chicos. No puedes seguir jugando en la calle'. Y eso no me detuvo. Tenía esa determinación y ese coraje, diría yo, para seguir adelante sin importar nada.

Y lo que empezó como refugio, terminó siendo capital en su vida.

Y seguí adelante hasta que más tarde empecé a darme cuenta de que el fútbol es mucho más que un simple juego. No se trata solo de dar patadas a un balón. Así que empecé a darme cuenta, después de entrar en la adolescencia, de que el fútbol tiene que ver con la identidad, la igualdad para las mujeres, la lucha contra la injusticia, la liberación, el hecho de crecer en un contexto como el palestino. Entonces se me ocurrió que podía abordar todas mis cuestiones sociales, políticas y culturales con el fútbol. Y fue mi fantástica vía, mi plataforma, para abordar todas esas cuestiones. Y aún así sigo hablando de fútbol, lo cual es fascinante.

El fútbol como punto de encuentro.

Y así fue como se empezó a crear la selección palestina femenina, y empezamos a invitar a otras chicas de otros equipos, a concienciar, a intentar conseguir el apoyo de la federación de fútbol. Porque, por supuesto, la FIFA ya había dado su apoyo al fútbol femenino hacía mucho tiempo, y estaban animando a las 211 asociaciones miembros a garantizar que se incluyera el fútbol. Y queríamos utilizar ese reconocimiento de la FIFA para presionar a la federación y decirle: 'Vale, ahora tenéis que hacer algo por el fútbol femenino'. Y así es como empezó todo, presionando mucho por los derechos de las mujeres y por el acceso de las mujeres al fútbol, y para garantizar que las chicas tuvieran derecho a jugar.

Barcelona 07/09/2025 Deportes. Entrevista Honey Thaljieh,  futbolista, cofundadora de la selección femenina de futbol de Palestina y Relaciones Públicas de la FIFA. Gallery Hotel.  AUTOR: MANU MITRU

Honey Thaljieh. / MANU MITRU / EPC

El contexto social, político, la familia, los prejuicios... ¿Cuál fue el obstáculo más difícil de salvar?

Si soy sincera, lo más difícil fue el contexto político. Porque el contexto social y cultural existe en todas partes. Muchas chicas crecieron en un contexto similar al mío. No se les permitía jugar al fútbol, ni siquiera en Europa, en muchos lugares del mundo. Y el fútbol femenino estaba prohibido. Así que, por desgracia, este reto, el de las chicas a las que no se les permite jugar, existe en todas partes. Por supuesto en diferentes niveles, entre naciones y culturas. Así que eso también fue una lucha, sin duda, luchar contra los prejuicios y la mentalidad de la sociedad. Pero el reto más difícil, diría yo, fue el reto político. Porque en Palestina estás rodeada de muros, restricciones, controles en todos los niveles. Y allí ni siquiera puedes moverte libremente en una ciudad pequeña. Como Belén, por ejemplo, donde crecí y viví, tiene más de 120 controles y barreras. Y Belén es una ciudad muy pequeña, es como un pueblecito. Imagínese todos esos obstáculos, barreras y muros que separan a las personas y los lugares. No te queda espacio para jugar a fútbol. No te queda espacio para entrenar juntas como equipo. Teníamos que reunirnos con chicas de otras ciudades. Somos de Belén y queríamos reunirnos con chicas de Jerusalén, de Ramala, de Jericó, incluso de Gaza. Y era casi imposible reunirnos todas en un mismo lugar. Muchas veces tuvimos que viajar fuera del país para reunirnos con las chicas de Gaza, porque no se nos permitía ir allí y a ellas no se les permitía venir. Nunca entrenamos juntas. Y esa es la parte más difícil en el contexto palestino. Si no fuera así, probablemente habríamos visto a Palestina participar en una Copa del Mundo. Porque tenemos el talento, tenemos el potencial, tenemos la capacidad, tenemos la resiliencia, tenemos la perseverancia para continuar y nunca rendirnos y luchar por crecer en un contexto así. Así que imagino que si estuviéramos en otro contexto, ya nos habríamos clasificado para un Mundial.

Encontrar en el deporte, este caso el fútbol, una herramienta de cambio. Aunque no pueda con todo.

El fútbol es fantástico, pero no va a resolver todos nuestros problemas, ¿verdad? Porque nuestro problema va más allá de cualquier expectativa o imaginación. Estamos hablando del genocidio que se está produciendo ahora mismo ante los ojos del mundo. Pero yo diría que, en mi contexto, el fútbol ha contribuido sin duda a transformar vidas. Transformó mi vida, ¿no? Así que diría que, desde las calles de Belén hasta los escenarios mundiales de la FIFA y muchas otras organizaciones representan el poder del fútbol, sus valores y el impacto social que tiene. Porque mi conexión con este deporte está profundamente arraigada en el impacto social que genera. Sí, empodera, da confianza. Da voz a las personas que no la tienen. Ese es el poder del fútbol. Es global. Une a las personas, independientemente de su origen étnico, procedencia, nacionalidad, religión o cualquier otra cosa. Cuando hablamos de fútbol, todos somos iguales. Lo mismo ocurre en el campo. Todos somos iguales.

Barcelona 07/09/2025 Deportes. Entrevista Honey Thaljieh,  futbolista, cofundadora de la selección femenina de futbol de Palestina y Relaciones Públicas de la FIFA. Gallery Hotel.  AUTOR: MANU MITRU

Honey Thaljieh. / MANU MITRU / EPC

¿Cree que el fútbol y los clubes deben su influencia para cambiar las cosas? ¿Para decir que algo no está bien y que hay que cambiarlo?

Por supuesto. Para mí, deberían usar esas plataformas para apoyar causas, mostrar solidaridad, defender a las personas que no tienen voz y usar su poder e influencia para contribuir a la sociedad. Porque creo que no es solo una responsabilidad. Es una obligación usar nuestra plataforma, usar el éxito del fútbol y usar su voz para defender a las personas que no la tienen. Lo que ha hecho el Athletic Club [mostró su solidaridad con Palestina invitando a un grupo de refugiados antes de su partido frente al Mallorca] es básicamente darnos voz. Entrar en San Mamés fue abrumador, emocionante, sincero, porque veía las banderas palestinas, la solidaridad, el apoyo, y también cómo han integrado parte del programa de refugiados. Los clubes deben seguir expresándose y también apoyando causas, ya sea para los refugiados, para las personas sin hogar, para acabar con la violencia, para mostrar solidaridad con Palestina o para detener el genocidio. Esto es muy poderoso. Es entonces cuando el fútbol se convierte en un vehículo para la liberación, la identidad, la integridad, el apoyo y la solidaridad. Esos son los momentos en los que piensas que este deporte no es solo un juego. No es solo una competición. No se trata de quién ganó o quién perdió. Se trata del legado que deja. Se trata de la historia que crea, porque cada club tiene una historia. Si seguimos construyendo historia, la historia nunca la olvidará. Lo que ocurrió en San Mamés es historia, un momento único que nunca se olvidará. Estará en los libros de historia. Es el primer club que se ha levantado en solidaridad con un poderoso mensaje al pueblo palestino, para apoyar a los refugiados y decir: «Detengan el genocidio».

Debe ser muy difícil en el presente, en el día a día, cuando su gente, sus vecinos, están sufriendo un genocidio. ¿Cómo está?

Es realmente abrumador y extraordinario. Ya no sé cómo expresarlo con palabras. Imagínese despertarse cada día y ver esas imágenes. Ver cómo matan a tu gente cada día. Están hambrientos. No pueden moverse libremente. No tienen derechos básicos. No tienen refugio. Aun así, tienes que despertarte y lidiar con todo eso y seguir adelante con tu vida. Y sonreír e intentar trabajar e intentar hacer tus tareas diarias. No ha sido solo durante los últimos dos años. Los últimos dos años han sido intensos. Pero esta es nuestra situación desde hace 77 años. Se va acumulando. Se acumulan los traumas. Si intentamos distraernos de los traumas, ahora todo vuelve. Ni siquiera puedo quejarme. Porque sigo viviendo bajo un techo. Tengo comida en la mesa. Pero ¿qué pasa con todos esos niños y palestinos en Gaza que no tienen agua para beber y cada momento de su vida están amenazados de muerte, de ser tiroteados? Es realmente triste. Es realmente horrible. Es como si ya no supiera qué decir. Es difícil... Ni siquiera puedo imaginarlo. No se puede imaginar. Ni siquiera puedo imaginarme crecer en un contexto así. ¿Qué hacen? ¿Qué sienten? ¿Cómo se sienten? Conocí a algunos refugiados en Bilbao. Salieron de Gaza y consiguieron encontrar un lugar en el País Vasco. Fue horrible. No pude soportar escuchar sus historias. Solo lloraba, sintiendo lo mismo que ellos. Y no se puede decir nada. No sabes qué decir. Solo te quedas ahí tratando de apoyar. Es muy difícil.

Barcelona 07/09/2025 Deportes. Entrevista Honey Thaljieh,  futbolista, cofundadora de la selección femenina de futbol de Palestina y Relaciones Públicas de la FIFA. Gallery Hotel.  AUTOR: MANU MITRU

Honey Thaljieh, en Barcelona. / MANU MITRU / EPC

El fútbol femenino va mucho más allá del deporte en sí.

Exactamente, y la transición es enorme. Estoy orgullosa de ello, por supuesto. Sin duda, todavía tenemos que ver más. Así que llevo conmigo esos valores, la fuerza para garantizar que debemos continuar y que nuestras voces son importantes, que mi voz es importante para seguir impulsando, transformando y apoyando a las niñas de Palestina, pero también de todo el mundo. Utilizar el fútbol como plataforma para empoderar y crear oportunidades. Me alegro de estar utilizando esta plataforma que otorga la FIFA. Da apoyo a 211 asociaciones. Recuerdo cuando conseguí mis primeras botas. Fue gracias a la FIFA mientras hacía un curso en Palestina. Tenía ya 21 años. Me emocioné. Ahora sé lo que se siente cuando voy y entrego estas botas a través de la FIFA a niños de favelas, de barrios marginales, sin hogar, de campos de refugiados. Veo lo que sienten, porque yo sentí eso mismo. Así que, para mí, el fútbol es realmente global y va más allá de cualquier cosa que pueda limitarlo. Deja un legado que acoge, empodera y une a personas.

Suscríbete para seguir leyendo